Divina Sabiduria. (Pistis
Sophia)
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I 1. Cuando
resucitó de entre los muertos, Jesús pasó once años hablando con sus
discípulos. 2. Y les enseñaba hasta los lugares, no solamente de los
primeros preceptos, y hasta los lugares del primer misterio, del que está en el
interior de los velos, en el interior del primer precepto, que es él mismo el
veinticuatro misterio, sino que también las cosas que se hallan más allá, en el
segundo lugar del segundo misterio, que está antes que todos los misterios. 3. Y Jesús dijo a sus discípulos: He venido de ese primer
misterio, que es el mismo que el último misterio, que es el veinticuatro. 4. Mas los discípulos no comprendían estas cosas, porque
ninguno de ellos había penetrado aquel misterio, que, sin embargo, consideraban
como la cumbre del universo y como la cabeza de todo lo que existe. Y pensaban
que era el fin de todos los fines, porque Jesús les había dicho, con relación a
ese misterio, que rodea el primer precepto, y los cinco moldes, y la gran luz,
y los cinco asistentes, e igualmente todo el tesoro de la luz. 5. Y Jesús no había anunciado todavía a sus discípulos
toda la emanación de todas las regiones del gran invisible, y de los tres
triples poderes, y de los veinticuatro invisibles, y de sus regiones, y de sus
eones, y de sus rangos, todo según la manera como emanan aquellos que son los
mismos que los próbolos del gran invisible, y no les había explicado sus
nacimientos, y sus creaciones, y su vivificación, y sus archones, y sus
ángeles, y sus arcángeles, y sus decanos, y sus satélites, y todas las moradas
de sus esferas. 6. Jesús no había hablado a sus discípulos de toda la
emanación de los próbolos del tesoro de la luz, ni tampoco de sus salvadores,
según el orden de cada uno de ellos y el modo de su existencia. Ne les había
hablado del lugar de los tres amén que están esparcidos en el espacio. 7. Y nos les había dicho de qué lugar brotan los cinco
árboles, ni los siete amén, que son los mismos que las siete voces, ni
cuál es su región según el modo de la emanación. 8. Y Jesús no había dicho a sus discípulos cuáles son las
regiones de los cinco asistentes, ni dónde están, ni les había hablado de los
cinco círculos, ni del primer precepto, ni en qué sitio están. 9. Y solamente, hablando con sus discípulos, había
revelado la existencia de esos seres, pero no les había explicado su emanación
y el rango de su región, y ellos ignoraban que había otras regiones dentro de
ese misterio. l0. Y no
había dicho en qué lugar había salido hasta que había entrado en ese misterio
en el momento en que fue emanado, sino que sólo les había dicho: Yo he salido
de este misterio. 11. Y por eso pensaban ellos respecto a ese misterio que
era el fin de todos los fines y la cima del universo. Y Jesús dijo a sus
discípulos: Ese misterio envuelve todas las cosas que os he dicho desde el día
que he venido hasta el de hoy. 12. Y por eso los discípulos no pensaban que cupiese
alguna otra cosa en el interior de ese misterio. 13. Y ocurrió que estando los discípulos en el Monte
Olivete dijeron estas palabras, con gran alegría: Nosotros somos más felices
que ningún hombre, puesto que el Salvador nos lo ha revelado todo, y habemos
toda elevación y toda perfección. 14. Y, mientras hablaban así, Jesús estaba sentado un poco
aparte. Y ocurrió que el día quince de la luna del mes de têbêth,día en
que había plenilunio, el sol, alzándose en su carrera ordinaria, emitió una luz
incomparable. 15. Porque procedía de la luz de las luces, y vino sobre
Jesús, y lo rodeó completamente. Y estaba algo alejado de sus discípulos y
brillaba de un modo sin igual. 16. Y los discípulos no veían a Jesús, porque los cegaba
la luz que lo envolvía. 17. Y sólo veían los haces de luz. Y éstos no eran iguales
entre sí, y la luz no era igual, y se dirigía en varios sentidos, de abajo
arriba, y el resplandor de esta luz alcanzaba de la tierra a los cielos. Y los
discípulos, viendo aquella luz, sintieron gran turbación y gran espanto. 18. Y ocurrió que un gran resplandor luminoso llegó sobre
Jesús y lo envolvió lentamente. Y Jesús se elevó en el espacio, y los
discípulos lo miraron hasta que subió al cielo, y todos quedaron silenciosos. 19. Y esto pasó al decimoquinto día del mes de têbêth.
20. Y cuando Jesús hubo ascendido al cielo, después de la
hora de tercia, todas las fuerzas de los cielos se turbaron y se agitaron entre
sí, y todos los eones y todas las regiones, y sus órdenes, y la tierra entera,
y sus habitantes fueron estremecidos. 21. Y los discípulos y todos los hombres se amohinaron, y
pensaron que era posible que el mundo fuese a ser destruido. 22. Y todas las fuerzas del cielo no cejaban en su
agitación y se agitaron entre sí desde la hora de tercia de aquel día hasta la
de nona del siguiente. Y los ángeles y arcángeles, y todas las potencias de las
regiones superiores entonaban himnos, y todos oían sus cánticos, que duraron
hasta la hora nona del otro día. 23. Mas los
discípulos estaban reunidos y llenos de terror. Y se espantaban de lo que
sucedía, y lloraban, diciendo: ¿Qué ocurrirá? ¿Destruirá el Salvador todas las
regiones? 24. Y hablando así vertían lágrimas, y a la hora de nona
del día siguiente, los cielos se abrieron y vieron descender a Jesús en medio
de un inmenso esplendor. 25. Y este esplendor no era igual, sino que se dividía de
muchos modos, y unos brillaban más que otros. Y había tres especies que
brillaban de diferente forma, y la segunda estaba sobre la primera, y la
tercera era superior a las demás. Y la primera era análoga a la que envolvió a
Jesús cuando ascendió al cielo. 26. Y cuando los discípulos vieron tal, quedaron llenos de
espanto. Y Jesús, misericordioso y dulce, les habló y dijo: Tranquilizaos y no
temáis nada. 27. Y oyendo los discípulos estas palabras, dijeron:
Señor, si tú quitas de ti esa luz deslumbrante, podremos seguir aquí. De otro
modo, nuestros ojos cegarán y por esa luz nosotros y el mundo entero estamos
turbados. 28. Y Jesús hizo desaparecer aquella luz, y los
discípulos, tranquilizados, fueron hacia él, y prosternándose unánimemente, lo
adoraron, diciendo: Maestro, ¿adónde has ido? ¿A qué te han llamado? ¿Y de
dónde proceden todas estas perturbaciones? 29. Y Jesús, todo misericordia, les dijo: Regocijaos,
porque, a partir de este momento, yo os hablaré con toda claridad, desde el
principio de la verdad hasta su fin, y sin parábola. 30. No os ocultaré nada respecto a las cosas que
pertenecen a las regiones superiores, y a las regiones de la verdad. Porque me
lo ha autorizado el Inefable, por el primer misterio de los misterios, para que
yo os hable desde el principio hasta la consumación, y desde las cosas
interiores a las exteriores, y viceversa. Escuchad y os diré todas estas cosas.
31. Ocurrió que, estando yo sentado algo lejos de vosotros
en el Monte Olivete, meditaba sobre la misión para la que he sido enviado, que
está cumplida, y sobre el último misterio, que es el mismo que el veinticuatro
misterio, desde las cosas interiores hasta las exteriores, y en que todavía no
me había sido enviado un vestimento. Y estas cosas son en el segundo puesto del
primer misterio. 32. Y sucedió que, cuando yo comprendía que el fin del
misterio para el que he venido estaba cumplido ya, y que el misterio no me
había aún enviado mi veste, reflexionando sobre esto, en el Huerto de los
Olivos, cerca de vosotros, el sol se levantó a los lugares en que lo ha
colocado el primer misterio que lo ha creado, y, según la orden del primer
misterio, mi veste de luz me fue enviada, la cual me había sido dada desde el
principio, y yo me puse en el último misterio, que es el veinticuatro misterio,
a contar desde los que están en el segundo lugar del primer misterio. 33. Y esta veste yo la he puesto en el último misterio,
hasta cumplir el tiempo en que debía empezar a predicar a la humanidad y a
revelar todas las cosas desde el principio de la verdad hasta su fin, hablando
desde lo interior de lo interior hasta lo exterior de lo exterior. 34. Regocijaos,
pues, y sentid gozo, puesto que os ha sido otorgado que os hable desde el
principio hasta el fin de la verdad. Y os he elegido desde el principio por el
primer misterio. 35. Regocijaos, porque, al descender en el mundo, conduzco
desde el comienzo doce fuerzas, que he tomado de los doce salvadores del tesoro
de la luz, según el mandato del primer misterio. Y las he arrojado en el seno
de vuestras madres y con las que hoy están en nuestro cuerpo. 36. Y estas fuerzas me han sido otorgadas por encima de
todo el mundo, porque vosotros debéis salvar al mundo entero, y para ello es
preciso que podáis sufrir las amenazas de los señores del mundo, y los peligros
del mundo, y sus penas, y sus persecuciones. 37. Os he dicho que la fuerza que está depositada en
vosotros la he extraído de los doce salvadores que están en el tesoro de la
luz. Y por eso os he dicho desde el principio que vosotros no sois de este
mundo, ni yo tampoco lo soy. 38. Y los hombres que son del mundo han tomado las almas
de los archones de los eones. Pero la fuerza que está en vosotros viene de mí y
pertenece a las regiones superiores. Yo he conducido a los doce salvadores del
tesoro de la luz, de los que he tomado una parte de mi fuerza. 39. Y cuando he venido al mundo, he venido entre los
angeles de las esferas, semejante a Gabriel, el ángel de los eones, y los
archones de los eones no me han conocido, sino que creían que era el ángel
Gabriel. 40. Y ocurrió que cuando estuve entre los jefes de los
eones, miré desde arriba el mundo de los hombres, según el mandato del primer
misterio, y hallé a Isabel, madre de Juan el Bautista, antes que lo hubiese
concebido. 41. Y puse en ella la fuerza que había recibido del
pequeño Iâo, el bueno, que está en el centro, para que pudiese predicar, antes
que yo, y preparar mis caminos, y para que bautizase con el agua de remisión de
los pecados. 42. Y en el sitio de un archon destinado a recibirlos,
encontré el alma del profeta Elías en la esfera de los eones, y recibí su alma,
y la llevé a la Virgen, hija de la luz, y ella la dio a sus herederos, que la
llevaron al seno de Isabel. 43. La fuerza de Iâo, aquel que está en el medio, y el
alma de Elías, el profeta, han sido unidas en el cuerpo de Juan el Bautista. 44. Y porque dudasteis cuando yo os dije que Juan había
declarado ser el Cristo él, vosotros contestasteis que estaba en la Escritura
que, si el Cristo venía, Elías vendría con él, y le prepararía los caminos. 45. Mas, al hablarme así, yo os contesté: Elías ha venido,
y lo ha preparado todo, como está escrito. 46. Y como vi que no comprendíais que el alma de Elías
estaba en Juan el Bautista, os hablé en parábola.
Jesús promete a sus discípulos instruirlos en todos
los misterios
II 1. Y Jesús
siguió hablando, y dijo: Y según el mandato del primer misterio, miré desde
arriba el mundo de los hombres y hallé a María, que es llamada mi madre carnal,
y le hablé en figura de Gabriel. 2. Y cuando ella se elevó hacia mí, yo puse en ella la
primera fuerza, que he recibido de Barbelón, es decir, el cuerpo que viene de
las regiones superiores. 3. Y en el sitio del alma puse en ella la fuerza que he
recibido del gran Sabach, el bueno, que está en el hemisferio de la derecha. Y
las doce fuerzas de los doce salvadores del tesoro de la luz que yo he recibido
de los doce diáconos que están en el centro, y la llevé a la esfera de los
archones. 4. Y los decanos de los archones y sus satélites creyeron
que eran las almas de los archones, y las llevaron a los satélites, y yo las
puse en el cuerpo de vuestras madres. 5.
Y cuando se cumplió el tiempo, os
parieron, y en vosotros no había nada del alma de los archones. 6. Y cuando
Jesús hubo dicho todas estas cosas a sus discípulos en el Monte Olivete, continuó
instruyéndolos. 7. Y dijo: Regocijaos y que la alegría descienda sobre
vuestra alegría. 8. Porque los tiempos se han cumplido, y yo me vestiré
con el ropaje que me ha sido preparado desde el principio, y que he puesto en
el último misterio hasta el tiempo de su perfección. 9. Mas su
tiempo no se había cumplido, y ya no podía hablaros de la verdad desde su
principio hasta su fin, como ha de ser para que el mundo sea salvado por
vosotros. 10. Regocijaos, pues, oh dichosos entre todos los hombres,
porque habéis de salvar al mundo. 11. Y cuando Jesús hubo concluido de hablar así, dijo: He
aquí que recibo mi vestidura, y que toda ciencia me es dada por el primer
misterio. 12. Esperad un poco, y yo os revelaré todo misterio y toda
pleroma, y nada os ocultaré a partir de hoy. 13. Mas en la perfección, yo
os instruiré de toda perfección y de todos los misterios que son en sí mismos
el fin de todos los fines y la gnosis de todas las gnosis, que hay en mi
vestidura. 14. Y os explicaré todos los misterios, desde el interior
de los interiores hasta el exterior de los exteriores. 15. Escuchad,
pues, y oíd todas las cosas que me han sucedido. 16. Y
ocurrió que cuando el sol se levantó en Oriente, descendió una gran potencia de
la luz, y en la que venía mi investidura, que yo he puesto en el veinticuatro
misterio, según os he explicado. 17. Y encontré el misterio de mi investidura, escrito en
las cinco palabras que pertenecen a las regiones superiores, y que son: Zama,
zama, òza ráchama òzai. 18. Y su explicación es ésta: El misterio que está fuera
del mundo y que es causa de que el mundo haya sido hecho es toda la agresión y
toda la elevación, proyecta todas las emanaciones y está en todas ellas. 19. Y he
venido a nos, para que nos nos asociemos contigo, nos enteros estamos contigo.
Y nos somos uno e idéntico, y tú eres uno e idéntico. 20. Y éste
es el primer misterio hecho desde el principio, y que es inefable ante la
emanación. Y todos nosotros somos su nombre. 21. Y nosotros, pues, vivimos
enteramente para ti, en el último límite, que es lo mismo que el último
misterio desde lo interior. 22. Y te hemos enviado tu investidura, que es tuya desde
que en el principio la situaste hasta el último límite, y hasta que su tiempo se
cumplió, según disposición del primer misterio. 23. Y
habiéndose cumplido el tiempo, te la daré. 24. Ven a nos, para que
seamos en ti, para que te revistamos del primer misterio y de toda su gloria,
según mandato del que nos ha dado el primer misterio. 25. Porque
tú eres nuestro predecesor y has sido hecho antes que nosotros. 26. Reviste
tu investidura y ven a nos, que necesitamos de ti. 27. Para que
revistamos con ella hasta que el tiempo marcado por el Inefable se haya
cumplido. 28. Y el tiempo se ha cumplido ya. Ven, pues, a nos para
que te revistamos hasta que cumplas todo el ministerio de la perfección del
primer misterio determinado por el Inefable. 29. Ven a nos y deja el
mundo. Y recibirás toda tu gloria, que es la gloria del primer misterio. 30. Y,
cuando reconocí el misterio de esas palabras en la investidura que Él me había
enviado, me revestí de ella, y me convertí en una luz inmensa, y volé a las
regiones superiores, y llegué a las puertas del firmamento transformado en
claridad incomparable.
Cristo
explica a sus discípulos su viaje a través de las distintas esferas
III 1. Y todas
las puertas del firmamento se abrieron ante mí. 2. Y subí a
la primera esfera, y brillé con una luz inmensísima, cincuenta y nueve veces
mayor que aquella con que destellé en el firmamento. 3. Y cuando
llegué a las puertas de la primera esfera, todas se abrieron a la vez por sí
solas. 4. Y cuando entré en el círculo de las esferas emanando
una luz infinita, todos los archones fueron en turbación viendo el esplendor
que me pertenecía. 5. Y mirando mi ropaje, vieron el misterio de su nombre,
y su turbación aumentó. 6. Y tuvieron gran espanto y dijeron: ¿Qué cambio nos ha
producido el señor del firmamento? 7. Y todas sus filas y sus lazos se rompieron. 8. Y cada
uno se detuvo en su fila, y me adoraron a mí y a mi investidura, y cantaron
himnos del interior de los interiores, con gran temor y desconcierto. 9. Y fui a
las puertas de la segunda esfera, que es el Heimarméné y sus puertas se
abrieron por sí mismas. 10. Y entré en el ámbito de Heimarméné, rodeado de una luz
formidable, y no había ningún género de luz que no fuese en mí. 11. Y la luz
era cuarenta y nueve veces más grande allí que en la primera esfera. 12. Y todos
los archones de la segunda esfera cayeron, en su turbación, unos sobre otros,
llenos de espanto ante la luz que me pertenecía. 13. Y viendo
en mi vestidura el misterio de su nombre, quedaron desconcertados, y se
preguntaban: ¿Cómo es que el Señor nos ha cambiado, sin saberlo nosotros? 14. Y los
lazos de sus lazos, y de sus filas, y de sus cimientos, fueron rotos. 15. Y cada
uno se detuvo en su puesto y, prosternándose ante mí y ante mi veste, me
adoraron. 16. Y cantaron un himno desde el interior de los
interiores, y estaban llenos de temor y de turbación. 17. Y,
dejando aquel lugar, subiendo hacia los grandes archones de los eones, llegué a
sus velos y a sus puertas, entre una claridad inmensa, y no había especie de
luz que no fuese en mí. 18.
Y cuando llegué a los doce eones, sus
puertas se conmovieron, y sus velos se plegaron por sí mismos, y sus puertas se
abrieron a la vez. 19. Y entré entre los eones destellando un resplandor
inmenso, en que ningún género de luz faltaba, y este resplandor era cuarenta y
nueve veces más grande que en el Heimarméné. 20. Y sus ángeles, y sus
eones, y sus arcángeles, y sus archones, y sus dioses, y sus señores, y sus
fuerzas, y sus luminarias, y sus antepasados, y sus triples poderes, vieron que
yo era luz infinita, al que ninguna especie de luz es ajena. 21. Y se
desconcertaron, y un gran pavor los dominó cuando vieron la luz deslumbrante
que había en mi. 22. Y su pavor y turbación llegaron hasta las regiones del
Gran Maestro de los cielos, y de los tres grandes triples poderes. 23. Y por su
gran espanto, el Gran Maestro y los tres grandes triples poderes, corrían de un
lado para otro, y no pudieron cerrar sus regiones, a causa del gran temor que
experimentaban. 24. Y reunieron todos sus eones, y todas sus esferas, y
todos sus súbditos, espantados por el gran resplandor que veían en mí. 25. Porque
el mundo no hubiera podido soportar la luz que había en mí entre los eones, y
se hubiera disuelto. 26. Y yo brillaba allí con una luz ocho mil setecientas
veces mayor que la que fue conmigo cuando yo estaba en el mundo con vosotros. 27. Y
cuantos había en el círculo de los doce eones se aturdieron, viendo la luz que
me envolvía, y corrían de un lado para otro. Y todas sus regiones, y sus
cielos, y sus mundos, se conmovieron, porque no conocían el misterio que se
había cumplido. 28. Y Adamas, el gran tirano, y todos los tiranos que
están en los eones comenzaron a combatir contra la luz. 29. Y no
pudieron ver lo que combatían, porque no veían nada más que una luz muy
brillante. 30. Y cuando combatían contra la luz, sucumbieron todos y,
cayendo sin fuerza, quedaron sin aliento, como los habitantes de la tierra al
morir. 31. Y yo les arrebaté la tercera parte de su fuerza, para
que no pudieran persistir en sus malos actos, ni los hombres de la tierra los
invocasen en sus misterios revelados por los ángeles pecadores, y que
constituyen la magia. 32. Y así, si los hombres los invocasen con fines
perversos, no podran ejecutar malas acciones. 33. Y troqué los Heimarménés
y las esferas que son sus soberanas. Y las volví durante seis meses a la
izquierda y seis meses a la derecha, ejerciendo sus influencias, según el
mandato del primer precepto y según el mandato del primer misterio. 34. Y Iâo,
el guardián de la luz, las había colocado mirando siempre a la izquierda, y
ejerciendo así sus influjos y sus funciones. 35. Y he aquí que cuando yo
llegaba a sus regiones, fueron rebeldes y se mostraron hostiles a la luz. 36. Y por
eso les quité la tercera parte de su fuerza, para que no pudiesen ejercer sus
prácticas malévolas. 37. Y cambié los Heimarménés y las esferas, poniéndolas a
la derecha seis meses para ejercer sus influjos, y seis meses a la izquierda.
Diálogo
de Jesús con la Virgen María
IV 1. Y cuando el Salvador hubo hablado así, dijo: Aquel que
tenga oídos para oír oiga. 2. Y cuando María oyó las frases del Salvador, miró al
espacio durante una hora. 3. Y dijo: Señor, permíteme hablar con sinceridad. 4. Y Jesús
misericordioso contestó a María: Eres dichosa, María, y yo te instruiré de
todos los misterios concernientes a las regiones superiores. 5. Habla con
sinceridad, tú, cuyo corazón está más enderezado que el de todos tus hermanos
hacia el reino de los cielos. 6. Y María dijo al Salvador: Señor, tú has dicho: Oiga
quien tenga oídos para oír, para que entendamos las palabras que nos has dicho.
7. Escúchame, Señor: Tú has dicho: Arrebaté la tercera parte de todos los
archones de los eones, y cambié los Heimarniénés, y las esferas que son sus
soberanas, para que, si la raza de los hombres que están en el mundo las
Invocase en los misterios que los ángeles pecadores les han enseñado para
ejercer malos actos en los misterios de su magia, no pudiesen desde entonces
ejercerlos. 8. Puesto que tú les has arrebatado su fuerza, aquellos
que muestran a los hombres las cosas que están en el porvenir no tendrán, desde
ahora, la facultad de adivinar lo venidero, porque tú has cambiado sus esferas
y las has hecho ejercer su influjo seis meses a la derecha y seis a la
izquierda. 9. De tus palabras, Señor, ha hablado la fuerza que
residía en Isaías el profeta, y que dijo en parábolas, al hablar de Egipto:
¿Dónde están, oh Egipto, tus adivinos y tus intérpretes y tus evocadores? La
fuerza que había en Isaías, el profeta, ha profetizado, antes que tú vinieses,
que tú quitarías su fuerza a los archones de los eones, y que cambiarías sus
Heimarménés y todas sus esferas. 10. Y cuando el profeta dijo: No sabéis lo que hará el
Señor, significaba que ninguno de los archones sabía lo que tú efectuarías
ahora, y lo que dijo Isaías de Egipto debe entenderse también de la materia sin
eficacia. 11. E Isaías hablaba de la fuerza que hay hoy en tu cuerpo
material, y que tú has tomado de Sabaoth, el bueno, que está en el hemisferio
de la derecha. 12. Y por eso, Señor Jesús, nos has dicho: Quien tenga
oídos oiga, porque tú sabes si el corazón de cada uno aspira ardientemente
hacia el reino de los cielos. 13. Y cuando María dejó de hablar, dijo el Salvador:
María, dichosa tú eres entre todas las mujeres de la tierra, porque tú serás el
pleroma de todos los pleromas y el fin de todos los fines. 14. Y oyendo
hablar así María a Jesús, sintió júbilo extremo, y se arrodilló y adoró sus
pies. 15. Y dijo: Señor, óyeme, y permite que te interrogue
respecto a las palabras que has dicho acerca de las regiones en que has estado.
16. Y Jesús contestó a María, y dijo: Habla con franqueza y no temas, que
yo te revelaré cuanto me preguntes. 17.
Y ella dijo: Señor, los hombres que
saben los misterios de la magia de los archones de los eones y la magia de los
archones de la Heimarméné y la de los de la esfera, según los ángeles malos les
han enseñado, y los invocan en sus misterios, que son su magia, para impedir
las buenas acciones, ¿podrán ahora cumplir sus designios o no? 18. Y Jesús,
contestando a María, dijo: No los cumplirán como los cumplían desde el
principio, cuando yo les quité la tercera parte de su fuerza. Pero lo harán
quienes conocen los misterios de la magia del tercer eon. 19. Y cuando
Jesús dijo estas palabras, Maria se levantó y dijo: Señor, los adivinos, y los
astrólogos, ¿mostrarán desde ahora a los hombres las cosas futuras? 20. Y Jesús
contestó a María: Silos astrólogos observan las Heimarménés y las esferas cuando estén vueltas a la izquierda, según su primera
emanación, sus palabras se cumplirán y dirán lo que ha de ocurrir. 21. Pero si
se observan las Heimarménés y las esferas cuando estén vueltas a la derecha, no
dirán nada verdadero. 22. Porque sus influencias estarán trocadas, así como sus
cuatro ángulos, y sus tres ángulos, y sus ocho figuras. 23. Porque
desde el principio sus cuatro ángulos, y sus tres ángulos y sus ocho figuras
estaban vueltos hacia la izquierda Pero yo los cambiaré, haciendo que se
vuelvan seis meses a la izquierda y seis a la derecha. 24. Y el que
haya encontrado su orden desde que yo los cambié, disponiendo que seis meses
miren a la izquierda y seis a la derecha; quien los haya observado de esta
manera, sabrá exactamente sus influjos y anunciará cuantas cosas harán. 25. E igual
será para los adivinos, si invocan el nombre de los archones cuando sus
influencias, vueltas hacia la izquierda, se les manifiesten. 26. Y
asimismo con todas las cosas sobre las que interroguen a los decanos. 27. Mas si
los adivinos invocan sus nombres cuando tienen la faz hacia la derecha, no
comprenderán nada, pues no estarán en la prístina posición en que Iâo los ha
colocado, y tendrán un gran desconcierto al no conocer sus tres ángulos, ni sus
cuatro ángulos, ni sus ocho figuras.
Diálogo
de Jesús con Felipe
V 1. Y
mientras Jesús pronunciaba estas palabras, Felipe estaba sentado, escribiendo
todo lo que Jesús decía. 2. Y al concluir, se adelantó y, prosternándose, adoró
los pies de Jesús, diciendo: Señor y Salvador mío, permíteme hablar, para que
te interrogue sobre lo que nos has dicho acerca de las regiones en que has
estado en virtud de tu misión. 3. Y el Salvador, misericordioso, contestó a Felipe, y
dijo: Tienes permiso. Di lo que quieras. 4.
Y Felipe replicó a Jesús: Señor, tú
has cambiado el modo de ser de los archones, y los eones, y de sus Heimarménés,
y esferas, y de todas sus regiones, y los has desconcertado en su camino y
extraviado en su ruta. ¿Has hecho esto para la salvación del mundo, o no? 5. Y Jesús
contestó a Felipe y a sus discípulos: Yo he cambiado su ruta por salvar todas
las almas. 6. Porque en verdad os lo digo: De no haberlos desviado,
ellos hubieran perdido muchas almas. 7.
Y hubiera pasado mucho tiempo antes
de que los archones de los eones, y los archones de Heimarméné, y de la esfera,
y todas sus regiones, y sus cielos, y sus eones, hubieren sido destruidos. 8. Y las
almas hubieran pasado mucho tiempo fuera de ese lugar, y el número de las almas
de justos que fueran puestas por el misterio en posesión de las regiones
superiores y en tesoro de la luz hubieran dejado de llenarse. 9. Y por eso
he desviado su camino, para que fuesen perturbados, y perdiesen la fuerza que
forma la materia de su mundo, para que los que han de salvarse sean prontamente
purificados y llevados a las regiones superiores, y para que los que no deban
salvarse sean destruidos. 10. Y cuando Jesús hubo dicho estas palabras a sus
discípulos, María, la dichosa y de buen lenguaje, se adelantó, y se prosternó a
los pies de Jesús, diciendo: Señor, perdóname si te hablo, y no te enojes
contra mí por lo mucho que te interrogo. 11. Y el
Salvador, en su misericordia, dijo a María: Di lo que quieras y te contestaré
con claridad. 12. Y María respondió a Jesús: Señor, ¿cómo se detendrán
las almas fuera de ese lugar y cómo serán rápidamente purificadas? 13. Y el
Salvador contestó a María: María, tú buscas la verdad en todas tus preguntas,
que son razonadas, y llevas la luz a todo con tu celo. 14. Desde
ahora no os ocultaré nada, mas os revelaré todo con esmero y con claridad.
Escúchame, María, y vosotros, discípulos, recoged mi palabra.
Jesús
explica a sus discípulos su combate con los seres de las esferas superiores
VI 1. Antes que
yo divulgase mi misión a los archones de los eones, y a los archones de la
Heimarméné, y de las esferas, estaban todos ellos ligados a sus cadenas, y a
sus esferas, y a sus sellos, según el orden en que Iáo, el guardián de la luz,
los situó desde el comienzo. 2. Y cada uno estaba en su puesto y hacía su camino según
la forma que le trató Iâo, el guardián de la luz. 3. Y cuando
llegó el tiempo de Melquisedec, el gran heredero de la luz, llegó al medio de
todos los archones y todos los eones, y les quitó la luz pura a todos los eones
y archones de la Heimarméné y de las esferas. 4. Porque les quitó lo que
los había turbado. Y excitó la vigilancia que hay sobre ellos, y les quitó la
fuerza que había en ellos, y las lágrimas de sus ojos, y el sudor de sus
cuerpos. 5. Y Melquirededo, el heredero de la luz, purificó estas
fuerzas, para llevar su luz al tesoro de la luz. 6. Y los
satélites de los archones recogieron toda su materia, y los satélites de los
archones de las Heimarménés, y los satélites de todas las esferas que están
debajo de los archones la recibieron para hacer las almas de los hombres, y de
los rebaños, y de los reptiles, y de las bestias, y de los pájaros, y enviarla
al mundo de los hombres. 7. Y las potencias del sol y las potencias de la luna,
cuando miraron al cielo y vieron los sitios de los caminos de los eones y de
las Heimarménés y de las esferas, vieron que la luz les había sido quitada. 8. Y tomando
la luz pura y los residuos de la materia, la acarrearon a la esfera que hay
debajo de los eones, para hacer las almas de los hombres, y para hacer los
reptiles, y las bestias de carga, y los animales, y los pájaros, siguiendo el
círculo de los archones de esta esfera, y siguiendo las figuras de su
conversión, para echarlas en el mundo de los hombres, y convertirlas en almas
de este lugar, según el modo que os he dicho. 9. Y esto hacían con
perseverancia, antes que su fuerza no fuese disminuida ni debilitada, y
quedaran débiles e impotentes. 10. Y cuando quedaron impotentes y su fuerza hubo cesado,
y quedaron debilitados en su fuerza, y la luz que había en su región cesó, y su
reino fue disuelto, he aquí que una vez que hubieron conocido por un tiempo
estas cosas, Melquisedec, el heredero de la luz, vino de nuevo para entrar en
medio de todos los archones de los eones y de todos los archones de la
Heimarméné y de las esferas, y los conturbó, y los oprimió para arrancarles su
fuerza, y el aliento de su boca y el sudor de sus cuerpos. 11. Y
Melquisedec, el heredero de la luz, los purificó de un modo que efectuó con
perseverancia, y llevó su luz al tesoro de la luz. 12. Y cuando
yo vine para ascender al ministerio a que he sido llamado por· orden del primer
misterio, subía en medio de los doce archones de los eones, revestido de mi
investidura. 13. Y yo
resplandecía con una luz inmensa, y no había especie de luz que no estuviera en
mí. 14. Y cuando todos los tiranos, el gran Adamas y los
tiranos de los doce eones, se esforzaron en combatir con la luz de mi
investidura, querían tener su posesión para permanecer en sus reinos. 15. Y lo
hacían ignorando a quién combatían. Y cuando combatían con la luz, yo,
siguiendo la orden del primer misterio, troqué sus caminos y las armas de sus
eones, y las sendas de sus Heimarménés, y las vías de su esfera. 16. Y las
puse seis meses mirando los tres ángulos de la izquierda, y los cuatro ángulos
y las cosas que están en su región, y sus ocho figuras, según la forma en que
estaban desde el comienzo. Y cambié su conversión y su dirección. 17. Mas
cuando les quité la tercera parte de sus fuerzas cambié las esferas, a fin de
que mirasen un tiempo a la derecha y otro a la izquierda. 18. Y cambié
su curso, y toda su vía, y aceleré la vía de su curso, para que fuesen purificados
rápidamente, y abrevié su círculo e hice ligera su vía. 19. Y se
apresuraron mucho, y fueron excitados en su vía, y no pudieron, desde entonces,
devorar la materia de su pura luz. 20.
Y abrevié su tiempo y su duración,
para que el número de las almas justas que recibiesen los misterios y entrasen
en el tesoro de la luz se cumpliese pronto. 21. Si yo no hubiese
abreviado su tiempo, ni cambiado su curso, ellos no habrían dejado a ningún
alma venir al mundo, por la materia de su residuo, que hubiesen devorado. 22. Y una
multitud de almas se habrían perdido. Y por eso yo he dicho: He abreviado el
tiempo pensando en mis elegidos. 23. De otro modo, ningún alma hubiera podido salvarse. Y
he abreviado los tiempos por las almas justas que han de recibir los misterios,
y que son las almas de los elegidos. 24.
Y si no hubiese abreviado su tiempo,
ningún alma material habría podido salvarse. 25. Sino que habrían sido
consumidas en el fuego que está en la causa de los archones. 26. Y estas
son las cosas sobre las cuales me has preguntado.
Jesús
relata su encuentro con la Sabiduría fiel
VII 1. Y cuando
Jesús hubo hablado así a sus discípulos, todos se prosternaron a la vez, y lo
adoraron, diciendo: Nosotros, tus discípulos, hemos sido elevados sobre todos
los hombres, por la grandeza de las cosas que nos estás diciendo. 2. Y Jesús
siguió hablando, y dijo a sus discípulos: Oíd lo que me ocurrió con los
archones de los doce eones, y con todos sus archones, y sus maestros, y sus
dignidades, y sus ángeles, y sus arcángeles. 3. Cuando vieron la brillante
vestidura que había sobre mí, y cada uno vio el misterio de su nombre en la
vestidura brillante de que yo iba cubierto, todos se prosternaron unánimemente,
adorando mi brillante investidura, y diciendo: El Señor del universo nos ha
cambiado. 4. Y cantaron a coro un cántico desde el interior de los
interiores, y todas sus triples potencias, y sus antepasados, y sus ángeles, y
sus fuerzas engendradas de sí mismos, y sus virtudes, y sus dioses, y todos sus
magnates. 5. Y vieron a los guardianes de sus regiones, al perder
parte de su fuerza, caer en una gran debilidad, y tuvieron gran miedo ellos
mismos. 6. Y descubriendo el misterio de su nombre en mi
envoltura, se apresuraron a venir a adorarlo, y no pudieron por la suma luz que
había conmigo. 7. Y
alejándose un poco, lo adoraron. Y adoraron la luz de mí investidura, y todos
cantaban un himno del interior de los interiores. 8. Y sucedió
que cuando los guardianes que hay al lado de los archones vieron todas estas
cosas, cayeron en el abatimiento y se desplomaron fuera de sus regiones. 9. Y
quedaron como los habitantes del mundo cuando son heridos de muerte, y no
alentaban, y estaban del mismo modo que cuando yo les arrebaté su fuerza. 10. Y he
aquí que cuando yo me alejaba de estos eones, cada uno de los que están en los
doce eones fueron restituidos a sus sitios, y cometieron acciones malas, según
el modo en que yo los había dispuesto. 11.
Porque pasan seis meses vueltos hacia
la izquierda, cometiendo hechos generosos en sus tres ángulos, y en sus cuatro
ángulos, y en los que están en su región. 12. Y otros seis meses
mirando a la derecha, y hacia sus tres ángulos, y hacia sus cuatro ángulos, y
hacia los que pertenecen a su región. 13.
Y éste es el modo como irán aquellos
que están en el Heimarméné y en las esferas. 14. Y ocurrió que subí muy
luego a las regiones superiores, hacia los velos de la trecena región de los
eones. 15. Y cuando llegué ante sus velos, éstos se abrieron delante
de mí. 16. Y entré a la trecena región de los eones, y encontré
sola a la Sabiduría fiel, sin que ninguno de los eones estuviese cerca de ella.
17. Y estaba bajo la decimotercera región de los eones, y sentados, y
lloraba porque no la habían conducido a la decimotercera región, que es su
lugar en las regiones superiores. 18. Y se afligía por los sufrimientos que le había causado
el orgullo de uno de los tres triples poderes. Y cuando yo os hable de la
emanación, os diré el misterio de su creación. 19. Y cuando
me vio la Sabiduría fiel, y contemplé la luz que me rodeaba, y en la que no
faltaba ninguna especie de luz, sufrió una gran turbación. 20. Y
mirando la luz de mi vestidura, vio el misterio de mi nombre trazado sobre mi
vestidura, y todo el esplendor de su misterio como lo había sido desde el
principio en las regiones superiores y en la trece región de los eones. 21. Y
dirigió un himno a la luz que había en las regiones superiores, que ella vio en
los velos del tesoro de la luz. 22. Y cuando Jesús hubo dicho estas cosas a sus
discípulos, María se adelanté, y dijo: Señor, yo te he oído decir que la divina
Sabiduría estaba también en los veinticuatro próbolos, pero no estaba en su
región, porque tú has dicho: Yo la encontré debajo de la decimotercera región
de los eones. 23. Y Jesús, contestando, dijo a sus discípulos: La fiel
Sabiduría estaba en la trecena región de los eones, donde están todas sus
hermanas invisibles, que son, ellas mismas, los veinticuatro próbolos del gran
invisible. 24. Y ocurrió que por orden del primer misterio, la
Sabiduría divina miró a lo alto y vio las alas del tesoro de la luz. 25. Y deseé
ir a aquella región, pero no pudo llegar. Y dejó de efectuar el misterio de la
trecena región de los eones, y dirigió un himno a la luz de las regiones
inferiores, que está en la luz de las alas del tesoro de la luz. 26. Y cuando
ella elevaba su himno a las regiones superiores, todos los archones que están
en las doce regiones de los eones sintieron odio hacia ella, porque ellos
estaban en las regiones inferiores, y ella se detuvo en sus misterios y quiso
elevarse por encima de ellos. 27. Y por esto se irritaron contra ellas y la odiaron. 28. Y el
gran triple poder orgulloso, que es la tercera de las triples potencias y que reside en la trecena región de los eones, aquel que
fue insumiso, no dando toda la pureza de la fuerza que había en él, y no
mostrando la luz pura en el tiempo en que los archones dieron su pureza, quiso
ser soberano en toda la trecena región de los eones y en las que están debajo. 29. Y
aconteció que todos los archones de las doce regiones de los eones se
enfurecieron contra la Sabiduría fiel, que estaba sobre ellos. 30. Y
sintieron hacia ella odio sumo, y el gran triple poder orgulloso de que os he
hablado siguió a los archones de las doce regiones de los eones, y se irritó
contra la Sabiduría fiel. 31. Y la odió extremadamente, porque quería ir a la luz
que está sobre él, y proyectó fuera de sí una gran fuerza con rostro de león,
hecha de la materia de que es él. 32. Y proyectó muchas otras emanaciones materiales, y las
proyectó a las regiones inferiores, en medio del caos, para que tendiesen lazos
a la Sabiduría fiel y le quitasen la fuerza que hay en ella. 33. Porque
quería ir a la región superior que hay sobre ellos, y porque dejó de cumplir
sus misterios. 34. Y ella continuó llorando, buscando la luz que había
visto. 35. Y los archones que permanecían en el misterio de que
ellos se ocupan, tuvieron odio contra ella, y todos los guardianes que vigilan
las puertas de los eones tuvieron también odio contra ella.
Asechanzas
que tiende el gran triple poder a la Sabiduría fiel
VIII 1. Y
ocurrió, según disposición del primer orden, que el gran triple poder
orgulloso, que es uno de los tres poderes, condujo a la Sabiduría a la decimotercera
región de los eones. 2. Y era para que contemplase los lugares del infierno y
viese en aquellos lugares su potencia de luz con rostro de león. 3. Y quería
que fuese allí, para que le quitasen la luz que había en ella. 4. Y la
Sabiduría miró desde arriba, y vio la fuerza de aquella luz en la región de los
infiernos, y no supo que pertenecía al triple poder orgulloso. 5. Sino que
pensó que provenía de la luz que ella había visto desde el principio en la
región superior, y que venía de las alas del tesoro de la luz. 6. Y pensó
dentro de sí: Iré a tomar la luz que los eones de la luz han creado para mí, a
fin de que yo pueda llegar a la luz de las luces, que está en la altura de las
alturas. 7. Y con estos pensamientos salió de su lugar hacia la
trecena región de los eones, y subió hacia los doce eones. 8. Y los
archones de los eones la vieron y se irritaron contra ella, porque quería
elevarse a las regiones superiores. 9.
Y al salir de las doce regiones de
los eones, vino a los parajes del caos, y avanzó hacia la fuerza de la luz con
cara de león para devorarla. 10. Y todos los defensores de la materia la rodearon. Y la
gran fuerza de la luz con faz de león devoró la potencia de la luz en la
Sabiduría y purgó su luz, que ella había devorado, y su materia. 11. Y la
arrojaron en el caos, que es en su mitad de llamas y en su otra mitad de
tinieblas. 12. Y había un archon con rostro de león, y era
Ialdabañrt, de quien yo os he hablado muchas veces. 13. Y cuando
todo esto sucedió, la Sabiduría se encontro en una extremada debilidad. 14. Y la
fuerza de la luz con rostro de león comenzó a arrebatar todas las fuerzas de la
luz en la Sabiduría, y todas las fuerzas de la materia
del poder orgulloso rodearon a la vez a la Sabiduría y la atormentaron. 15. Y la
Sabiduría fiel, lanzando grandes gritos, se dirigió a la luz de las luces que
vio desde el principio, implorando su ayuda. 16. Y le suplicó, con estas
palabras: Luz de las luces, a quien he implorado desde el comienzo, escucha
ahora, ¡oh luz!, mis súplicas. 17. Protégeme, luz, porque malos pensamientos han entrado
en mí. 18. Y he mirado, ¡oh luz!, las regiones del infierno, y he
visto la luz en ese lugar, y he venido aquí pensando alcanzar esa luz. 19. Y he
caído en las tinieblas que son el caos del infierno. 20. Y no he
podido volver a mí lugar, porque he sido atormentada por todos mis enemigos, y
la fuerza del rostro de león me ha arrebatado la luz que había en mí, y yo he
implorado tu auxilio, y mi voz no se ha elevado en las tinieblas. 21. Y he
mirado a lo alto, para que la luz en la que creo me asista. 22. Y cuando
he mirado a lo alto, he visto todos los archones de una multitud de eones. 23. Y
mirándome en este estado, se alegraban de mis gritos. Y yo no les he hecho
ningún mal. 24. Mas me odian sin motivos. Y cuando los próbolos del
triple poder han visto que los archones de los eones se regocijaban de mi mal,
han comprendido que los archones de los eones no me prestarían su socorro. 25. Y los
que me afligían injustamente han tenido confianza y me han arrebatado la luz
que yo había recibido de ellos. 26. Mas tú, luz verdadera, sabes que yo he hecho esas
cosas cándidamente, creyendo que la luz de faz de león era tuya. 27. Y el
pecado que he cometido es patente ante ti. 28. No permitas, Señor, que
yo permanezca más tiempo así. Porque yo he creído desde el principio en tu luz.
29. Señor, luz de las fuerzas, no me dejes más tiempo privada de tu luz,
porque por ansia de tu luz he caído en la aflicción y la vergüenza me ha
cubierto. 30. Y por ansia de tu luz he quedado extraña a mis
hermanas invisibles, y a las emanaciones del gran Barbelón. 31. Y esto
me ha ocurrido, ¡oh luz!, porque he deseado penetrar en tu círculo. 32. Y ha
venido contra mí la cólera del orgulloso, aquel que no escuchó tu orden para
que expandiese su luz. 33. Porque yo he estado en la región de los eones y no he
practicado su misterio, y todos los guardianes de las puertas de las regiones
de los eones me buscaban, y cuantos comprenden sus misterios me perseguían. 34. Mas yo
he mirado hacia ti, luz, y he creído en ti. 35. No me dejes en la
aflicción de la oscuridad del caos, mas líbrame de estas tinieblas. 36. Si tú
quieres venir a salvarme, grande es tu misericordia; escúchame en la verdad, y
sálvame. 37. Estas son las palabras que dijo la Sabiduría fiel, y
el que tenga oídos para oír que oiga.
Jesús
responde a las consultas de María, Marta y Pedro
IX 1. Y María
dijo: Señor, mis oídos reciben la luz y yo oigo en mí fuerza de luz. 2. Oye,
pues, lo que tengo que decir sobre las palabras de la fiel Sabiduría al
confesar su pecado. 3.
Tu fuerza de luz ha sido profetizada
por boca de David, cuando dijo en su salmo sesenta y ocho: Dios mío, protégeme,
porque las aguas han llegado hasta mi alma. 4. Y dijo luego María: Tal
es, Señor, la explicación de la súplica de la Sabiduría fiel. (No hay versículo
5) 6. Y siguió hablando, y dijo: La fiel Sabiduría elevó un
himno de este modo: 7. Luz de las luces, yo creo en ti; no me dejes para
siempre en las tinieblas. 8. Ayúdame y protégeme en tus misterios. Acerca tu oído a
mí y sálvame. 9. Que la fuerza de tu luz me preserve y me lleve hasta
los eones elevados. 10. Y líbrame de la fuerza de faz de león y de todos mis
enemigos. 11. Porque yo he creído en ti desde el comienzo, y tú eres
mi salvador y mi tesoro de luz. 12. Mi boca está llena de gloria, para que cante siempre
tus alabanzas y el misterio de tu grandeza. 13. No me dejes en el caos y
no me abandones. Porque mis enemigos me han querido arrebatar toda mi luz. 14. Vuélvete
a mí, ¡oh luz!, y líbrame de estos malvados. 15. Que quienes han querido
quitarme mi fuerza caigan, ¡oh luz!, en las tinieblas. 16. Y cuando
dijo estas palabras, Jesús preguntó a sus discípulos: ¿Comprendéis lo que os
digo? 17. Y Pedro se adelantó, y dijo: Señor, no permitas hablar
siempre a esta mujer, porque ocupa nuestro puesto y no nos deja hablar nunca. 18. Y Jesús
dijo a sus discípulos: Adelántese y hable aquel en quien obre la fuerza de la
inteligencia. 19. Porque yo veo, Pedro, tu fuerza en el conocimiento de
las palabras que dijo la fiel Sabiduría. 20.
Ven, pues, y da tu explicación entre
tus hermanos. 21. Y Pedro fue, y dijo: Señor, tu fuerza ha sido
profetizada por David en el salmo sesenta y nueve, cuando dijo: Señor Dios mío,
piensa en socorrerme. 22. Y el Salvador dijo: Ésa es la explicación del himno de
la Sabiduría fiel. 23. Dichosos vosotros entre todos los hombres de la
tierra, porque os he revelado estos misterios. 24. Y en
verdad os lo digo: Yo os explicaré los misterios de todas las regiones de mi
Padre y de todas las regiones del primer misterio. 25. Para que
lo que aprobéis en la tierra sea aprobado en el reino de las regiones
superiores, y para que lo que rechacéis en la tierra sea rechazado en el reino
de mi Padre, que está en los cielos. 26.
Escuchad, pues, y entended las
palabras que la Sabiduría fiel pronunció. 27. Luz de las fuerzas,
protégeme. 28. Que los que quieren quitarme mi luz sean hundidos en
el caos. 29. Y que sean sumidos en las tinieblas los que me
persiguen diciendo: Seremos más fuertes que ella. 30. Que se
regocijen cuantos buscan la luz y que digan siempre: Yo celebraré el misterio
de los que quieren tu misterio. 31. Protégeme, pues, ¡oh luz!, porque yo necesito mi luz,
que mis enemigos me quieren arrebatar. 32.
Tú eres mi salvador, luz; sácame y
libértame de este caos. 33. Y cuando Jesús hubo expuesto así a sus discípulos el
cántico tercero de la Sabiduría fiel, agregó: 34. Que quien comprenda el
sentido del tercer cántico de la fiel Sabiduría se adelante a darnos su explicación. 35. Y Marta
se abrazó a sus pies, dando gritos y llorando, y entregándose al dolor y a la
humillación. 36. Y dijo: Señor, ten piedad de mí y extiende sobre mí tu
misericordia, y permite que dé yo la explicación del tercer himno de la
Sabiduría fiel. 37. Y Jesús, dando la mano a Marta, dijo: Bienaventurado
el que se humille, porque él disfrutará misericordia. 38. Dichosa
tú eres, Marta: Danos la explicación del canto de la fiel Sabiduría. 39. Y Marta
dijo: Tu fuerza, Señor, ha sido profetizada en el salmo setenta de David,
cuando dijo: Señor, creo en ti. No permitas que yo sea humillado para siempre. 40. Y éste
es, Señor, el sentido del tercer himno de la fiel Sabiduría. 41. Y cuando
Jesús oyó estas frases de Marta, dijo: Marta, tú has hablado bien.
Interpretación
que da Juan a la cuarta plegaria de la Sabiduría fiel
X 1. Y Jesús,
continuando su discurso, dijo a sus discípulos: La Sabiduría.fiel hizo su
cuarta plegaria. 2. Y la dijo antes que la fuerza de rostro de león y las
emanaciones materiales que había con ella y que había enviado el poder
orgulloso volviesen a atormentarla. 3.
Y dijo así: Luz en la que yo he
creído, oye mi ruego, y que mi voz ascienda hasta tu morada. 4. No vuelva
lejos de mí la imagen de tu luz. 5. Mas dirígela a mí, que estoy en la aflicción. 6. Arráncame,
sálvame de esta destrucción, porque mi tiempo desaparece y yo me estoy
convirtiendo en materia. 7. Mi luz me ha sido quitada y mi fuerza ha sido
destruida. 8. Y he perdido la memoria de mi misterio, al que he sido
consagrada desde elprincipio. 9. Y mi fuerza ha sucumbido en virtud de mi espanto. 10. Y me he
convertido como en un demonio que habita en la materia, o como en un decano que
está sólo en el aire. 11. Y mis enemigos han dicho: En lugar de la luz que hay
en ella, la llenaremos del caos. 12. Y he devorado el sudor de mi sustancia y la amargura
de las lágrimas de la materia de mis ojos. 13. Para que los que me
atormentan no me arrebaten estas otras cosas. 14. Y todas estas cosas, luz,
me han sucedido por tu disposición, y ha sido tu decisión y tu voluntad que me
sucedieran. 15. Y tu voluntad me ha traído al infierno y he venido al
infierno como la fuerza del caos. 16. Y mi fuerza se ha helado en mí. 17. Señor:
Tú eres la luz en la eternidad y visitas en toda Ocasión a los afligidos. 18. Álzate,
luz, busca mi camino y el alma que hay en mí. 19. Porque se ha cumplido la
orden que tú habías dado para mi aflicción. 20. Y ha llegado el tiempo de
que yo busque mi camino y mi alma; el tiempo que tú has marcado para buscarme. 21. Y en
este tiempo, todos los archones de los eones de la materia temerán tu luz. 22. Y todas
las emanaciones de la decimotercera región de los eones de la materia temerán
los misterios de tu luz. 23. Para que los demás se revistan de la pureza de su luz cuando
el Señor busque la fuerza de nuestra alma. 24. Y este
misterio es el modelo ofrecido a la raza que está por crear, y esta raza eleva
un himno a las regiones superiores. 25.
Yla luz mira desde lo alto de su luz
y mirará toda la materia, para oír los gemidos de los que están encadenados. 26. Para
romper la fuerza de las almas, cuya fuerza ha sido sujeta, y para poner su
nombre en el alma y su misterio en la fuerza. 27. Y cuando Jesús hubo
hablado así a sus discípulos, dijo: He aquí la cuarta plegaria de la Sabiduría
fiel. Y el que sepa comprender que comprenda. 28. Y cuando Jesús dijo esto,
Juan se adelantó, y adoró el pecho de Jesús, y dijo: Señor, perdóname y déjame
que yo dé la explicación de la cuarta plegaria que elevó la fiel Sabiduría. 29. Y Jesús
dijo a Juan: Yo te autorizo y te animo a dar la explicación de la cuarta
plegaria que elevó la Sabiduría fiel. 30.
Y Juan repuso y dijo: Señor, tu
fuerza ha profetizado lo que dijo la fiel Sabiduría en el salmo ciento uno de
David. 31. Señor: Oye mi plegaria y que mis clamores lleguen a
ti. 32. Y al concluir Juan estas palabras, dijo Jesús: Es
acertado, Juan, y en el reino de la luz te está reservado un puesto.
Felipe
interpreta el sentido de la quinta plegaria que elevó a la Sabiduría fiel
XI 1. Y Jesús,
persistiendo en su discurso, dijo a sus discípulos: 2. Las
emanaciones del triple poder orgulloso atormentaron a la Sabiduría fiel en el
caos, porque querían quitarle su luz. 3.
Y el tiempo de sacarla del caos no
había llegado aún. 4. Y la orden del primer misterio no había llegado
todavía, y yo no debía aún salvarla del caos. 5. Y cuando las emanaciones
materiales la torturaban, ella clamó. 6.
Y dijo su quinta súplica: Luz de mi
salvación, yo te elevo un himno en el lugar de las regiones superiores y, a la
vez, del caos. 7. Porque yo te elevo el himno que te dirigía en las
regiones Superiores. 8. Ven a mí, ¡oh luz! Vuelve el espíritu, ¡oh luz!, hacia
mi súplica. 9. Porque mi fuerza está llena de tinieblas y mi luz se
ha perdido en el caos. 10. Y me he convertido, como en los archones del caos, que
están en las regiones inferiores. 11. Y soy como un cuerpo material, para el que no hay
salvador en las regiones superiores 12.
Y me he convertido como en las
materias cuya fuerza ha sido quitada, y que han caído en el caos, y tú no las
has salvado, y han perecido. 13. Y me han sumido en las tinieblas infernales, en la
oscuridad. 14. Allí donde están las materias inertes y privadas de
toda fuerza. 15. Y tú has dado mandato sobre mí y sobre cuantas cosas
has organizado. 16. Y me has alejado tu aliento, y me has hundido en el
abismo. 17. Y por tu mismo mandato sobre las cosas que has
ordenado, mis enemigos están atormentándome. 18. Y me odian, y no me
auxilian, y estoy casi del todo perdida, y mi luz ha disminuido en mí. 19. Y he
clamado a la luz, con toda la luz que hay en mí, y he alzado las manos
elevándola, hacia ti. 20. Y ahora,
luz, ¿se ha cumplido tu voluntad en el caso? 21. ¿Se elevarán entre las
tinieblas los liberadores que han de Venir según tu voluntad? 22. ¿Y darán
el misterio de tu nombre en el caos? 23.
¿Dirán tu nombre en el caos que tú no
iluminas? 24. Yo te glorifico, luz, y mi voz te llegará en las
regiones Superiores. 25. Que tu luz venga sobre mí, porque me han quitado mi
luz. 26. Y yo estoy en el sufrimiento por causa de la luz,
desde que mis enemigos me atacan. 27. Y cuando he mirado a lo alto, hacia la luz, y he
mirado el infierno, he caído en el infierno, según la disposición de la luz,
elevándome en el caos. 28. Y tu mandato ha venido sobre mí, y los temores y
turbaciones que tú has fijado me han rodeado, abundantes como las aguas. 29. Y se han
apoderado totalmente de mí. 30. Y, según tu voluntad, no has dejado que mi compañera
me ayudase y socorriese en esta aflicción. 31. Tal es la quinta plegaria
que formuló la fiel Sabiduría en el caos, cuando estaba atormentada por las
emanaciones materiales del triple poder. 32.
Y cuando Jesús hubo hablado así a sus
discípulos, les dijo: Que oiga quien tenga oídos para oír. 33. Y quien
tenga en sí el hálito brillante, que se adelante y dé la explicación del quinto
ruego de la Sabiduría fiel. 34. Y se levantó Felipe cuando hubo hablado Jesús. 35. Y dejó
en el suelo un libro que tenía entre las manos, y en ese libro escribía las
palabras de Jesús, y todas las cosas que había hecho. 36. Y
Felipe, adelantándose dijo a Jesús: Señor: yo soy aquel a quien has
confiado el cuidado del mundo. 37. Para que escriba cuantas cosas nosotros decimos y
hacemos. 38. Y no me has permitido exponer la explicación del
misterio de las súplicas de la Sabiduría fiel. 39. Y mi
espíritu se ha agitado fuertemente en mí, para que yo diese la explicación de
ese misterio. 40. Y me he adelantado, porque soy el que escribo todas
las cosas. 41. Y Jesús, oyendo a Felipe, fe dijo: Escucha, Felipe,
que yo te hablo, porque es a ti, y a Tomás, y a Mateo, a quienes el primer
misterio ha ordenado escribir todas las cosas que yo diga y haga y cuantas
cosas veáis. 42. Aún no ha terminado el número de palabras que tú debes
transcribir por escrito. 43. Y cuando termines, tú tendrás holgura para decir lo
que quieras. 44. Mas ahora, vosotros tres, escribid las cosas que yo
diga y que yo haga, y que yo vea, para que dé testimonio de todo en el reino de
los cielos. 45. Y cuando Jesús concluyó estas palabras, dijo a sus
discípulos: Quien tenga oídos para oír que oiga. 46. Y Marta
se levantó de entre los discípulos y se puso junto a Felipe. 47. Y dijo:
Señor, mi oído ha entendido la voz de la luz, y estoy presta a oír, según la
fuerza de mi entendimiento, la palabra que tú has dicho. 48. Mas,
Señor, déjame que te hable con claridad. 49.
Porque tú has dicho: Que oiga quien
tenga oídos para oír. 50. Y has dicho también a Felipe: A ti, y a Tomás, y a
Mateo, se os ha encargado por el primer misterio de escribir todas las cosas
del reino de la luz, para que deis testimonio de ellas. 51. Oye,
pues, la explicación de la palabra que tu fuerza de luz hizo profetizar a
Moisés cuando dijo: De toda cosa se hará constancia por medio de dos o tres
testigos. 52. Y estos tres testigos son Felipe, Tomás y Mateo. 53. Y cuando
Jesús oyó esto, dijo: Ésa es, María, la explicación 54. Adelántate,
pues, Felipe, y danos la explicación de la quinta súplica de la Sabiduría fiel.
55. Y luego siéntate hasta el fin de la misión que se te ha encomendado,
que es la de escribir todas las cosas del reino de la luz. 56. Y tú
continuarás diciendo lo que tu espíritu comprenda. 57. Mas
ahora, explica el misterio de la quinta plegaria de la fiel Sabiduría. 58. Y Felipe
respondió a Jesús, y dijo: Escucha, Señor, la explicación que yo doy de la
quinta plegaria de la fiel Sabiduría. 59.
Tu fuerza ha profetizado sobre ella,
diciendo en el salmo ochenta y siete de David: Señor, Dios de mi salvación, yo
clamo hacia ti de noche y día. 60. Que mí palabra llegue hasta ti y presta oído a mi
súplica. 61. Y Jesús, oyendo estas palabras, dijo: Ven y siéntate,
querido Felipe, y escribe cuantas cosas yo haga, y cuantas palabras yo diga, y
cuantas cosas veas. 62. Y Felipe se sentó y escribió.
Andrés
y María interpretan palabras de la Sabiduría fiel y de Jesús
XII 1. Y Jesús
continuó hablando a sus discípulos. 2. Y les dijo: La fiel Sabiduría volvió a elevar
clamores hacia la luz. 3. Y ésta le remitió el pecado que había cometido. 4. Y dejando
su sitio, entró en las tinieblas. 5. Y la Sabiduría fiel elevó su sexta impetración de esta
manera: 6. Yo te alabo, luz, en las tinieblas de los infiernos. 7. Escucha
mi súplica y que tu luz atienda el clamor de mis plegarias. 8. Porque yo
no iría ante ti, y tú me abandonarías, si tú no existieras, oh luz, mi
liberadora, a causa de la luz de tu nombre. 9. Yo he creído en ti, luz, y
tú eres mi fuerza. 10.. Y he sido fiel a tu misterio, y mi fuerza ha creído
en la luz que está en lo alto, y ha creído en ella hasta cuando estaba sumida
en el caos del infierno. 11. Y toda la fuerza que hay en mí ha creído en la luz,
aun cuando estaba sumida en las tinieblas del infierno. 12. Y ellas
ceerán también cuando lleguen a las regiones superiores, porque Él nos verá y
nos rescatará. Y el misterio de su salvación es grande. 13. Y Él
preservará todas las fuerzas contra el caos, en virtud de mi falta, cuando,
dejando mi sitio, yo he venido al caos. 14.
Y quien pueda entender que entienda. 15. Y cuando
Jesús acabó estas palabras, dijo a sus discípulos: ¿Comprendéis lo que os he
dicho? 16. Y Andrés se adelantó, diciendo: Señor, la fuerza de tu
luz profetizó por boca de David, en su ciento veintinueve salmo, al decir: Y he
clamado, Señor, desde el fondo del abismo... Escucha mi voz. Que Sirad ponga su
confianza en el Señor. 17. Y dijo Jesús: Está bien, Andrés; bienaventurado seas.
Que ésa es la explicación de la plegaria de la Sabiduría. 18. En
verdad, en verdad, os digo, que yo os haré conocer todos los misterios de la
luz. 19. Y toda gnosis, desde el interior de los interiores
hasta el exterior de los exteriores. 20.
Y desde el Inefable hasta las
tinieblas de las tinieblas. 21. Y desde
la luz de las luces. Y desde los dioses hasta los demonios. 22. Y desde
todos los señores hasta todos los decanos. Y desde todas las
revoluciones hasta todas las emanaciones. 23. Y desde la creación de
los hombres hasta la de las bestias, y los animales, y los reptiles. 24. Y así se
os llamará perfectos y completos en todas las cosas. 25. En
verdad, en verdad, os digo: cuando yo sea en el reino de mi Padre, vosotros
estaréis conmigo. 26. Y cuando el número del perfecto se cumpla, para que la
mezcla sea destruida, yo ordenaré que os conduzca a todos los dioses que no han
dado aún la fuerza de su luz. 27. Y ordenaré al fuego de la Sabiduría que respete a los
perfectos y consuma a los tiranos hasta que hayan dado la última pureza de su
luz. 28. Ycuando Jesús habló así, dijo a sus discípulos:
¿Comprendéis lo que os digo? 29. Y María dijo: He aquí, Señor, el sentido de las
palabras que tú has dicho. Tú has dicho que en la destrucción de la nada tú
estarás sentado sobre la fuerza de la luz. 30. Y que nosotros, tus
discípulos, estaremos sentados a tu diestra. 31. Y que juzgaremos a los
tiranos que no hayan dado aún la pureza de su luz. 32. Y del
fuego que has dicho que debe consumirlos hasta que hayan dado la última luz que
hay en ellos, tu fuerza de luz ha profetizado en el salmo veinticuatro, en que
dice David: 33. Dios se sentará en la asamblea de los dioses para
juzgar a los dioses. 34. Y Jesús dijo: Está bien, María.
Interpretación
de Tomás
XIII 1. Y
continuó hablando y dijo a sus discípulos: Y sucedió que cuando la fiel
Sabiduría hubo dicho la sexta súplica de la remisión, se volvió a las regiones
inferiores. 2. Para ver si sus pecados se le habían remitido, y para
ver si iba a ser conducida al caos, ya que la orden del primer misterio para
remitirle su pecado no se había dado aún para sacarla del caos. 3. Y se
volvió a las regiones superiores, a fin de ver si su súplica se había
entendido. 4. Y vio a los doce archones de los doce eones burlándose
y regocijándose, porque no se la habia escuchado. 5. Y cuando
vio cómo se burlaban, se afligió extremadamente y elevó su séptima súplica. 6. Luz, yo
he elevado de nuevo mi fuerza hacia ti. 7.
Y te suplico que no me dejes caer en
la ignominia, ni que los doce archones de los eones que me odian se congratulen
de mi desgracia. 8. Porque quienquiera que te sea fiel no será entregado a
la ignominia. 9. Y los que me han quitado mi fuerza no seguirán siendo
sus poseedores. 10. Mas les será arrebatada y ellos permanecerán en las
tinieblas. 11. Luz, muéstrame tus caminos, y yo me salvaré
siguiéndolos. 12. Y muéstrame aquellos sitios a que debo dirigirme para
libertarme del caos. 13. Y muéstrame la senda en tu luz y haz que yo sepa, ¡oh
luz!, que tú eres mi salvador. 14. Y lo creerá en ti en todo tiempo. 15. Vuelve a
mí tu atención para salvarme, ¡oh luz!, porque tu misericordia se extiende
hasta la eternidad. 16. No me imputes, ¡oh luz santa y recta!, el pecado que
me ha hecho cometer mi ignorancia. 17.
Sino sálvame por tu gran misterio y
que mis pecados me sean remitidos por tu gran bondad. 18. Porque
ella me devolverá a la senda, para que yo sea perdonada de mi falta. 19. Y
quitará a mis enemigos mi fuerza, que ha sido rota por las emanaciones
materiales del triple poder. 20. Porque todas las ciencias de la luz son para la
salvación, y los misterios son para los que buscan las regiones de sus
posesiones, en virtud del misterio de tu nombre, ¡oh luz! 21. Y mi
falta es grande, mas perdónamela. 22. Y dará a cuantos creen en la luz el misterio que
quiera. 23. Y su alma estará en las regiones de la luz y su fuerza
será la adquisición del tesoro de la luz. 24. Porque la luz es quien da
la fuerza a quienes le son fieles. 25.
Y el nombre de su misterio está en
quienes creen en Él. 26. Y Él les mostrará el lugar de las posesiones que están
en el tesoro de la luz. 27. Y yo he sido siempre fiel a la luz que librará mis
pies de las cadenas de las tinieblas. 28.
Vuelve tu atención a nos, ¡oh luz!, y
sálvame. 29. Porque mis enemigos han arrebatado mi nombre en el
caos y me han causado grandes aflicciones. 30. Líbrame de estas
tinieblas y pon tu mirada en el dolor de mis aflicciones. 31. Perdóname
mis errores. Piensa en los doce archones que me acusan y están celosos de mí. 32. Vela
sobre mi fuerza y protégeme y no me hagas quedar en estas tinieblas en que te
he sido fiel. 33. Porque mis enemigos me han como privado de razón,
viendo la fidelidad que tengo por ti. 34.
Y ahora, ¡oh luz!, conserva mi fuerza
en las penas que me afligen y protégeme contra mis enemigos. 35. Y
habiendo así hablado Jesús a sus discípulos, Tomás se adelantó. 36. Y dijo:
Señor, mi espíritu se anima y yo me regocijo grandemente, porque nos has
revelado estas palabras. 37. Y yo no me he adelantado hasta ahora a mis hermanos
para no incomodarlos. 38. Porque los veía reunidos para dar la explicación de
los misterios de la Sabiduría fiel. 39.
Y he aquí, Señor, que respecto a la
séptima plegaria de la Sabiduría fiel, tu fuerza de luz ha profetizado, con la
voz de David, en su salmo Veinticuatro. 40.
Diciendo: Señor: yo he alzado mi voz
hacia ti. Señor: yo tengo puesto mi corazón en ti. 41. Y cuando
Jesús oyó las palabras de Tomás, le dijo: Bien has hablado, Tomás, y ésa es la
explicación del séptimo himno de la fiel Sabiduría. 42. En
verdad, en verdad, os digo que todas las criaturas os mirarán en la tierra como
bienaventurados. 43. Porque os he revelado estas cosas y os he infundido mi
soplo y os he dado la inteligencia espiritual de lo que os digo. 44. Y os he
de llenar de toda luz y de toda la fuerza de mi soplo, 45. Para que
comprendáis desde ahora todo lo que se os diga y todo cuanto veáis. 46. Esperad
un poco, y os hablaré de lo concerniente a las regiones superiores desde el
exterior hasta el interior, y desde el interior hasta el exterior.
La Sabiduría fiel impetra por octava vez el auxilio de
la luz
XIV 1. Y Jesús
prosiguió su discurso a sus discípulos. 2.
Y dijo: Cuando la Sabiduría fiel hubo
dicho su séptima plegaria en el caos, y sin que aún me hubiese llegado orden
del primer misterio para libertarla, elevándola sobre el caos, por mi propio
impulso, y en virtud de mi misericordia, sin esperar la orden, la conduje a un
lugar despejado sobre el caos. 3. Y sus enemigos cesaron momentáneamente de
atormentarla, creyendo que iba a ser definitivamente arrojada en el caos. 4. Y la fiel
Sabiduría ignoraba que yo la asistía y me desconocía del todo. 5. Y
persistía en celebrar el tesoro de la luz, que había visto antes y al que
seguía fiel. 6. Y pensaba que era él el que la asistió, y como era
fiel a la luz, creía que su súplica se escucharía y sería llevada del caos. 7. Mas no se
había aún cumplido la disposición del primer misterio a fin de que su ruego
fuese escuchado. 8. Escuchad, pues, y yo os diré cuántas cosas sucedieron
a la fiel Sabiduría. 9. Ocurrió que, cuando yo la llevé a un lugar más
desahogado del caos, las emanaciones del triple poder dejaron de atormentarla
creyendo que yo la iba a llevar completamente al caos. 10.. Ycuando
supieron que la Sabiduría fiel no era conducida al caos, volvieron a torturarla
sumamente. 11. Y por eso ella elevó su octava súplica. 12. Y dijo de
este modo: Yo he puesto, ¡oh luz!, mi corazón en ti; no me dejes en el caos.
Escúchame y líbrame en tu pensamiento. 13.
Vuelve mi espíritu hacia mí y
líbrame; sé mi salvador, ¡oh luz!, y líbrame. 14. Llévame a tu luz, porque
tú eres mi salvador y tú me conducirás hacia ti. 15. Y por el
misterio de tu nombre, indícame tu camino y dame tu misterio. 16. Y
librame de la fuerza de rostro de león y de mis enemigos, que me han tendido
asechanzas. 17. Porque tú eres mi salvador y yo entregaré la pureza de
mi luz en tus manos. 18. Libértame, ¡oh luz!, en tu conocimiento. 19. Y tú te
irritarás contra aquellos que vigilan contra mi, para que no se apoderen de mí
totalmente. 20. Porque yo he creído en la luz, y yo te adorará y
cantará tus alabanzas, para que tengas piedad de mí y vuelvas tu corazón a la
pena en que me encuentro. 21. Y tú me librarás y me restituirás mi fuerza fuera del
caos. 22. Y no me abandonarás a la fuerza con rostro de león,
mas me conducirás a la región en que la aflicción no existe. 23. Y cuando
Jesús habló así a sus discípulos, continué. 24. Y dijo: Cuando la fuerza
de faz de león supo que la Sabiduría fiel no había sido arrojada en el caos,
vino con todas las otras emanaciones materiales del triple poder. 25. Y otra
vez atormentaron a la fiel Sabiduría. Y cuando la torturaban, ella prosiguió
impetrando. 26. Y dijo: Ten piedad de mí, luz, porque ellos me
atormentan aún. 27. Y cuanto hay en mí, y mi fuerza y mi espíritu son
turbados, según tu orden, ¡oh luz! 28.
Y mi fuerza ha sufrido grandes perjuicios,
mientras yo estaba sujeta a tormentos. 29.
Y el número de mi tiempo está en el
caos. 30. Y mi luz se ha eclipsado, porque mi fuerza me ha sido
arrebatada. 31. Y cuantas fuerzas había en mí han sido destruidas. 32. Y soy
impotente ante todos los archones de los eones que me odian y ante las
veinticuatro emanaciones en cuyas regiones yo estaba. 33. Y mi
hermano ha temido seguirme, en vista de las persecuciones en que me ha visto
sumida. 34. Y todos los archones de las regiones superiores me han
mirado como la materia en que no hay ninguna luz. 35. Y me he
convertido como en una fuerza material que ha caído lejos de los archones. 36. Y
cuantos están en los eones han dicho: Ella es como el caos. 37. Y todas
las fuerzas que no tienen misericordia han venido sobre mí, para qiutarme toda
mi luz. 38. Pero yo he creído en ti, luz, y he dicho: Tú eres mi
salvador, y mi suerte, que tú has marcado, está en tu mano. 39. Líbrame,
pues, de los enemigos que me acusan y me persiguen. 40. Extiende
tu luz sobre mí, porque yo no soy nada en tu presencia, y consérvame en
tu misericordia. 41. Y no consientas que caiga sobre mí la ignominia. 42. Porque
es a ti, oh luz, a quien yo glorifico en mis himnos. 43. Que el
caos envuelva a mis perseguidores y que sean sumergidos en las sombras
infernales. 44. Cierra la puerta a quienes quieren devorarme. 45. Y dicen:
arranquémosle la luz que hay en ella. 46.
Porque yo no les he hecho ningún mal.
Novena
plegaria de la Sabiduría fiel
XV 1. Y Mateo,
cuando Jesús hubo hablado así, se adelantó. 2. Y dijo: Señor, tu luz me
ha instruido para que yo explique la octava plegaria de la Sabiduría fiel. 3. Porque tu
fuerza ha profetizado en el salmo treinta de David, diciendo: En ti he puesto,
Señor, mi corazón. 4. No permitas que se me humille eternamente. 5. Y oyendo
estas palabras, dijo Jesús: En verdad te digo, Mateo, que cuando el número
perfecto sea cumplido, y cuando el universo sea destruido, yo estaré sentado en
el tesoro de la luz. 6. Y vosotros estaréis sentados sobre las doce fuerzas de
la luz, hasta que sean restablecidos los rangos de los doce salvadores en las
regiones de cada uno de ellos. 7. Y continuó hablando y dijo: ¿Comprendéis lo que os he
dicho? 8. Y María se adelantó y dijo: Señor, tú siempre nos has
hablado en parábolas. 9. Y nos has dicho en ellas: Yo estableceré con vosotros
un reino como el que mi Padre ha establecido conmigo. 10. Y
comeréis y beberéis en mi mesa y en mi reino. 11. Y estaréis sentados en
los doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. 12. Y Jesús
contestó: Está bien, María. 13. Y continuó y dijo a sus discípulos: Y las emanaciones
del triple poder continuaron atormentando, en el caos, a la Sabiduría fiel. 14. Y ella
pronunció su novena súplica y dijo: ¡Oh luz, confunde a los que me arrebatan mi
fuerza y devuélveme la que me han quitado! 15. Ven y sálvame. Porque
grandes tinieblas me envuelven y me afligen. 16. Di a mi fuerza: yo te
libertaré.
17. Y que
cuantos quieren arrebatarme mi luz sean privados de su fuerza y vuelvan al
caos. 18. Que sean reducidos a la impotencia los que quieren
quitarme mi luz. 19. Que su fuerza sea como el polvo y que tu ángel, Ieû,
los hiera. 20. Y si quieren ascender a lo alto, que las tinieblas los
rodeen. 21. Y que sean arrojados en el caos, y que Ieû, tu ángel,
los persiga para herirlos en las tinieblas del infierno. 22. Porque
me han tendido asechanzas y lo mismo la fuerza con faz de león. 23. Y sin
que yo los haya dañado, me atormentan y me quieren arrancar mi fuerza toda. 24. Arranca,
¡oh luz!, la pureza a la fuerza de faz de león, sin que ella lo sepa. 25. Y
confunde el proyecto que ha maquinado el triple poder, para arrebatar mi
fuerza, y arrebátale la suya. 26. Y mi fuerza se regocijará en la luz y será alegre,
porque tú la habrás salvado. 27. Y todas las partes de mi fuerza dirán: no hay más
salvador que tú. 28. Porque me has librado de la fuerza con rostro de león
que me arrebataba mi fuerza. 29. Y me salvarás de todos los que me quitan mi fuerza y
mi luz. 30. Porque se han levantado contra ti, profiriendo mentiras,
y diciendo que yo conocía el misterio de la luz de la región superior. 31. Y me
apremiaban, exclamando: Dinos los misterios de la luz de la región superior. 32. Mas yo
ignoraba esos misterios y me han infligido grandes males. 33. Porque
yo he sido fiel a la luz de la región superior. 34. Y me he
sentado en las tinieblas, con el alma sumida en el duelo. 35. Sálvame,
¡oh luz, a la que elevo mis himnos! 36.
Porque yo sé que tú me salvarás, pues
que yo hacía tu voluntad cuando estaba en la región de los eones. 37. Y yo
cumplía tu voluntad como las potencias invisibles que están en mis regiones y
yo lloraba, buscando con celo tu luz. 38.
Y ahora mis enemigos me rodean, y se
alegran de mis males, y me infligen sin piedad grandes aflicciones. 39. Y
rechinan los dientes contra mí y me quieren arrebatar toda mi luz. 40. ¿Hasta
cuándo, luz, permitirás que sigan afligiéndome? 41. Libra mi
fuerza de sus malos propósitos y presérvame de la fuerza con rostro de león.
Porque yo estoy sola en estas regiones. 42.
Y en medio de cuantos se han juntado
contra mí, yo te glorifico, ¡oh luz! 43.
Y clamaré siempre a ti, en medio de
todos los que me afligen. 44. Que no se regocijen más sobre mí, atormentándome y
quitándome mi fuerza. 45. Tú conoces su astucia, ¡oh luz! No permitas que tu
ayuda se aleje de mi. 46. Apresúrate, ¡oh luz! Júzgame en tu bondad y véngame. 47. ¡Oh luz
de las luces! Que mis enemigos no me arrebaten mi luz. 48. Y que no
digan entre sí: Nuestra fuerza se ha reforzado con su luz. 49. Y que no
digan: Hemos devorado su fuerza. 50. Sino que las tinieblas los rodeen y hagan impotentes a
aquellos que me quieren robar mi luz. 51.
Y que aquellos que dicen: Nosotros
hemos robado su fuerza y su luz, sean hundidos en el caos y en las tinieblas. 52. Sálvame,
para que yo sea en gozo. 53. Porque yo aspiro a la trecena región de los eones, que
es la región de la justicia. 54. Y para que yo diga a toda hora: La luz de Ieû, tu
ángel, irá aumentando de brillo. 55. Y mi
lengua cantará eternamente tus alabanzas en la decimotercera región de los
eones.
Jacobo
explica el significado de la novena plegaria de la Sabiduría fiel, y María
interpreta las palabras de Cristo
XVI 1. Y cuando
Jesús hubo dicho estas palabras a sus discípulos, dijo: Que aquel que entre vosotros
haya comprendido nos dé la explicación. 2.
Y Jacobo se adelantó y abrazó el
pecho de Jesús. 3. Y dijo: Señor: tu soplo me ha infundido inteligencia y
estoy presto a explicar lo que nos has dicho. 4. Porque es respecto a esto
lo que profetizó tu fuerza, mediante la voz de David, en su salmo treinta y
cuatro. 5. Diciendo: Juzga, Señor, a aquellos que me agravian,
combate a aquellos que me combaten. 6.
Y cuando Jacobo hubo hablado así,
dijo Jesús: Tú has hablado bien, Jacobo. 7.
Porque ésa es la explicación de la
novena súplica de la fiel Sabiduría. 8.
Y en verdad, en verdad os digo, que
vosotros entraréis conmigo en el reino de los cielos antes que todos los
invisibles y todos los dioses y todos los archones que están con el eón trece y
con el eón doce. 9. Y no solamente vosotros, sino todo el que haya
practicado mis misterios. 10. Y cuando el Salvador hubo hablado así, dijo:
¿Comprendéis lo que acabo de decir? 11.
Y dijo María: Señor, es lo que nos
has dicho otras veces. 12. Que los últimos serán los primeros y que los primeros
serán los últimos. 13. Porque los creados antes que nosotros son los
invisibles, pues que existieron antes que el género humano. 14. Y los
dioses, y los archones, y los hombres que reciban tus misterios entrarán los
primeros en el reino de los cielos. 15.
Y dijo Jesús: Así es, María.
El
primer ministro envía a Jesús para socorrer a la Sabiduría fiel
XVII 1. Y Jesús
prosiguió hablando a sus discípulos. 2.
Y dijo: Y ocurrió que cuando la fiel
Sabiduría hubo elevado su novena plegaria, la fuerza que tenía rostro de león
la atormentó con más fuerza. 3. Y le quería arrebatar su luz. Mas la Sabiduría fiel se
dirigió, clamando, hacia la luz. 4. Y dijo: Luz en la que he creído desde el principio, y
por la que he sufrido tantos dolores, ven y socórreme. 5. Y su
ruego fue entonces atendido. 6. Porque el primer misterio lo oyó y me envió a mí para
asistirla. 7. Y vine para ayudarla y la reconduje en el caos. 8. Porque
había sufrido grandes penas y aflicciones a causa de su fe en la luz. 9. Y así,
fui enviado por el primer misterio para socorrerla en todo. 10. Y aunque
yo no había ido aún al mundo de los eones, sobrevine entre todos ellos. 11. Y
ninguno de ellos lo supo, ni los que pertenecen a lo interior de lo interior,
ni los que están en lo exterior de lo exterior. 12. Y todo
lo sabía el primer misterio. Y cuando llegué al caso para ayudarla, ella me
vio. 13. Porque yo resplandecía con una gran luz y me
presentaba misericordioso. 14. Y no me presentaba altanero, como la fuerza con faz de
león que arrebaté la fuerza y la luz a la Sabiduría, y que la atormentó para
quitarle cuanta luz había en ella. 15.
Y me vio brillando con una luz diez
mil veces más poderosa que la de la fuerza con rostro de león. 16. Y comprendió
que yo venía de las regiones superiores, en cuya luz ella había tenido fe desde
el comienzo de las cosas. 17. Y la fiel Sabiduría tuvo entonces confianza y elevé su
décima súplica. 18. Y dijo: Yo he clamado a ti, luz de las luces. 19. Y en mi
aflicción me has oído; preserva ahora mi fuerza de los labios injustos y
engañosos. 20. Porque estoy envuelta en las asechanzas y calumnias de
los orgullosos y de los que no conocen la misericordia. 21. Malhaya
yo, que tan lejos estoy de mi morada, y me veo forzada a habitar en el caos. 22. Porque
mi fuerza no está en las regiones que me pertenecen. 23. Y he
hablado con dulzura a mis enemigos, y cuando yo les hablaba con dulzura, ellos
me han atacado sin motivo.
La
fuerza satánica de rostro de león se encoleriza ante Jesucristo
XVIII 1. Y cuando
Jesús hubo dicho estas palabras a sus discípulos, dijo: Que se adelante aquel
que se sienta infundido de inteligencia y que explique la décima impetración de
la Sabiduría fiel. 2. Y Pedro contestó y dijo: Señor, tu fuerza de luz ha
profetizado esto por boca de David. 3.
Cuando dijo en el salmo ciento
diecinueve: He clamado a ti, Señor, en mi aflicción. 4. Y tú me
has oído, Señor, mas preserva mi alma de los labios injustos y de la lengua
mentirosa. 5. Tal es, Señor, la explicación de la décima plegaria de
la fiel Sabiduría, tal como ella la pronunció cuando se sentía atormentada por
las emanaciones materiales del triple poder, y éstas y la fuerza de faz de león
la hacían sufrir extremadamente. 6. Ydijo Jesús: Bien está, Pedro. Has hablado justamente.
7. Y continuó Jesús hablando a sus discípulos. 8. Y dijo:
Cuando la fuerza que tenía cara de león se acercaba a mí, al ir hacia la fiel
Sabiduría, me vio resplandecer con una luz inmensa. 9. Y se
llenó de cólera y proyecté fuera de sí una muchedumbre de otras emanaciones
enfurecidas. 10. Y entonces la Sabiduría fiel pronunció su undécima
plegaria, y dijo: 11. ¿Por qué la fuerza (de faz de león) se apresta a hacer
el mal? 12. Su propósito era herirme y robar la luz que había en
mí. 13. Porque yo he preferido descender al caos que
permanecer en la región del decimotercero eón, que es la región de la justicia.
14. Y han querido envolverme en sus astucias, para arrebatarme toda mi luz.
15. Mas la luz les quitará toda su luz y destruirá toda su materia. 16. Y les
arrebatará toda su luz y no los dejará permanecer en el decimotercero eón, su
morada. 17. Y no dejará sus nombres entre los nombres de los
vivos. 18. Y las veinticuatro emanaciones verán lo que sucede a
la fuerza con faz de león. 19. Para que tomen ejemplo, y teman, y no sean indóciles. 20. Y darán
la pureza de su luz y te verán, para que te glorifiquen. 21. Y habrán
de decir: he aquí el que no ha dado el brillo de su luz para salvarse. 22. Mas
quiere ser glorificado en todo el esplandor de su luz, y él ha dicho: Yo
arrebatará la luz de la Sabiduría infiel. 23. Y que aquel cuya fuerza
sea exaltada se adelante y diga la explicación de la undécima plegaria de la
Sabiduría fiel.
El
triple poder, orgulloso, envía refuerzos a sus emanaciones para combatir el
poder de Jesús
XIX 1. Y Salomé
se adelantó, y dijo: Señor, tu fuerza de luz ha profetizado esto por boca de
David, en el salmo cincuenta y uno. 2.
Diciendo: ¿Por qué el impío se alaba
de su malicia? 3. Y cuando Jesús escuché estas palabras, dijo: Está
bien, Salomé. 4. Y en verdad, en verdad, os digo que yo os instruiré en
todos los misterios del reino de la luz. 5.
Y Jesús continuó hablando y dijo a
sus disçípulos: Me aproximé luego al caos. 6. E iba revestido de una luz
inmensa, para quitar su luz a la fuerza con faz de león. 7. Y cuando
la fuerza con rostro de león me vio, tuvo miedo, y llamó a su dios para que la
socorriese. 8. Y se llenó de cólera y la fiel Sabiduría sintió gran
espanto. 9. Y se dirigió a mí y dijo: No me olvides, ¡oh luz! 10. Porque
mis enemigos han abierto su boca contra mí. 11. Y han querido arrebatarme
mi luz y me han odiado. 12. Porque yo entonaba tus alabanzas y te amaba. 13. Que sean
sumergidos en las tinieblas exteriores; arrebátales su fuerza y no los dejes
remontarse a sus regiones. 14. Y que el caos los envuelva como una vestidura. 15. Ten
piedad de mí, ¡oh luz!, por el misterio de tu nombre, y sálvame en tu
misericordia. 16. Ven a mi ayuda, porque mi fuerza es destruida. 17. Porque
aquí no hay ningún misterio, y mi matena ha sido encadenada, porque se me ha
quitado toda mi fuerza. 18. Y que aquel que haya sido animado en su interior, se
adelante y explique las palabras de la fiel Sabiduría. 19. Y Andrés
dijo: Señor, tu fuerza de luz ha profetizado esto. 20. Cuando
dijo por boca de David, en su salmo ciento ocho: Dios mío, no calles en mi
elogio, porque los pecadores y los pérfidos han abierto su boca contra mí. 21. Y el
primer misterio, continuando su discurso, dijo de esta manera: 22. Y
ocurrió que yo no saqué aún del caos a la Sabiduría fiel. 23. Porque
yo no había recibido todavía la orden de mi Padre. 24. Y las
emanaciones del triple poder, viendo a la Sabiduría fiel otra vez provista de
luz como lo fue desde el principio, se detuvieron en sus ataques a la
Sabiduría. 25. Y a grandes gritos pidieron asistencia al triple
poder. 26. Para que él los ayudase a arrancar otra vez a la fiel
Sabiduría las fuerzas que había en ella. 27.
Y el triple poder envió otra gran fuerza
de luz, que descendía en el caos como una flecha que vuela. 28. Y era
para que ayudase a sus servidores a arrebatar a la Sabiduría fiel la fuerza que
le había sido reintegrada.
Jesús
confunde a las fuerzas del triple poder
XX 1. Y cuando aquella fuerza de luz hubo descendido, los
servidores del triple poder tuvieron gran confianza. 2. Y otra
vez persiguieron a la Sabiduría fiel, que estaba llena de turbación y espanto y
la atormentaron cruelmente. 3. Y uno de ellos se transformó en un basilisco de siete
cabezas. 4. Y otro tomó forma de dragón, y la primera potencia del
triple poder, con cabeza de león, y otros muchos se reunieron. 5. Y
atacaron a la fiel Sabiduría, y la llevaron de nuevo a las regiones inferiores
del caos, y la atormentaron mucho. 6. Y ella huyó, y vino a las regiones superiores del
caos, y ellos la persiguieron y la torturaron cruelmente. 7. Y Adamas
el tirano miró las doce regiones de los eones, y también sintió coraje contra
la Sabiduría fiel. 8. Porque había querido subir a la luz de las luces, que
está por encima de todos ellos. 9. Y Adamas miró, y vio que los enemigos de la Sabiduría
la atormentaban hasta quitarle cuantas luces había en ella. 10. Y cuando
la potencia del triple poder hubo descendido en el caos, encontró la fiel
Sabiduría. 11. Y la fuerza con rostro de león, y la fuerza con rostro
de serpiente, y la fuerza con rostro de basilisco, y la fuerza con rostro de
dragón, y todas las fuerzas del triple poder rodearon a la fiel Sabiduría,
queriendo arrebatarle por segunda vez sus fuerzas. 12. Y cuando
la atormentaban y afligían, ella se dirigió otra vez a la luz. 13. Y dijo:
Luz en la que he caído, que tu luz venga a mí. 14. Porque
tú eres quien me ha tomado en ella y tú me librarás de mis perseguidores. 15. Y cuando
la Sabiduría fiel hubo hablado de este modo, por orden de mi Padre, yo envié a
Miguel, y a Gabriel, y a los satélites de la luz. 16. Para que
llevasen a la Sabiduría fiel sobre sus manos, a manera que sus pies no tocasen
las tinieblas exteriores. 17. Y les ordené que se dirigiesen a las regiones del caos
en donde la tenían que conducir. 18. Y cuando los ángeles y las emanaciones de la luz
hubieron descendido al caos, todas las emanaciones del triple poder y las de
Adamas vieron la emanación de la luz y constituyeron una luz inmensa, a la que
ninguna clase de luz era ajena. 19. Y quedaron atemorizados y dejaron a la Sabiduría fiel.
20. Y una gran emanación de luz rodeó por todas partes a la Sabiduría, a
derecha e izquierda, y sobre su cabeza se levantó una corona de luz. 21. Y cuando
la emanación de la luz rodeó a la fiel Sabiduría, ésta se sintió llena de
confianza. 22. Y aquella emanación no dejaba de rodearla y ella no
tenía ya las emanaciones del triple poder. 23. Y los servidores del
triple poder no pudieron transformar más su figura, ni aproximarse a la
Sabiduría fiel por la gran luz que la rodeaba. 24. Y no
pudieron hacerle ningún mal, porque ella creía en la luz. 25. Y según
el mandato de mi Padre, el primer misterio descendió en el caos. 26. Y ataqué
a la potencia del rostro de león, que era la mayor luz, y le arrebaté toda su
luz. 27. Y herí a todas las emanaciones del triple poder y
todas cayeron, impotentes, en el caos. 28.
Y conduje a la fiel Sabiduría a la
derecha de Miguel y Gabriel. 29. Y una gran emanación de luz entró en ella. 30. Y miró a
sus enemigos, cuya luz había arrebatado yo completamente. 31. Y la
hice salir del caos y puse a sus pies los servidores del triple poder que
tienen rostro de serpiente. 32. Y el servidor que tiene forma de basilisco de siete
cabezas, y la potencia de faz de león y la potencia de faz de dragón. 33. E hice
permanecer la Sabiduría encima de la potencia que tiene el aspecto de un
basilisco de siete cabezas, y que es la más fuerte de todas en su malicia. 34. Y yo, el
primer misterio, he estado encima de ella, y he quitado todas sus fuerzas, y he
destruido toda su materia, para que no pueda retoñar.
Jacobo
explica extensamente todas las expresiones de Jesús
XXI 1. Y cuando
el primer misterio hubo hablado así a sus discípulos, dijo: ¿Comprendáis de qué
modo os he hablado? 2. Y Jacobo dijo: Señor: la fuerza de tu luz ha
profetizado así respecto a esto, por boca de David, en el noventa salmo: aquel
que viva bajo la protección del Altísimo estará bajo la sombra del Dios del
cielo. 3. Escucha, pues, para que yo te diga con toda claridad
la palabra que tu fuerza ha dicho por boca de David: aquel que viva bajo la
ayuda del Altísimo estará bajo la sombra del Dios del cielo. 4. Y cuando
la Sabiduría se confiaba a la luz, estaba bajo la luz de la emanación de la luz
que sale de él en las regiones superiores. 5. Y ésta es la palabra que
tu fuerza dijo por boca de David: Yo diré al Señor: tú eres aquel que me recibe
en sí y mi Dios es mi refugio. Yo me he confiado en él. 6. Porque
ésta es la misma palabra que la Sabiduría fiel canta en su himno. 7. Tú eres
aquel que me recibe en sí y yo voy hacia ti. 8. Y la palabra que dijo tu
fuerza: Dios mío, yo creo en ti, y tú me salvarás de las trampas y de las
palabras de los malvados, es la misma que dijo la fiel Sabiduría. 9. Luz, yo
creo en ti, porque tú me librarás del triple poder y de Adamas el tirano, y tú
me librarás de todas las penas que me afligen. 10. Y la
palabra que tú has puesto en boca de David: Él cubrirá tu pecho con tu sombra y
tú tendrás confianza bajo sus alas, es ésta: La Sabiduría fiel está en la luz
que emana de la luz que sale de ti. 11.
Y ella persevera, confiando en la luz
que la rodea a derecha e izquierda, y que son las alas de la emanación de la
luz. 12. Y la palabra que la fuerza de Dios explicó con la boca
de David: La verdad te circundará, es la luz de la emanación de la luz, que
circundó a la fiel Sabiduría. 13. Y la palabra que ha dicho tu fuerza: Y no temerá el
terror de la noche, significa que la Sabiduría fiel no temía los terrores y las
turbaciones que la habían rodeado en el caos, que es la noche. 14. Y la
palabra que ha dicho tu fuerza: Y no temerá la flecha que vuela en el día,
significa que la Sabiduría fiel no temió la fuerza que la verdad envió de la
suma altura, y que es en el caos como una flecha que vuela. 15. Así, tu
fuerza de luz ha dicho: No temerás la flecha que vuela en el día. 16. Porque
esta fuerza sale del treceno eón, el dueño de los otros doce eones, y es la luz
para todos. 17. Y por eso has dicho: el día. 18. Y esta
otra frase que ha dicho la fuerza de la luz: no temerá a lo que pasea en las
tinieblas, quiere decir que la Sabiduría fiel no temió a la fuerza con rostro de serpiente que asustaba a la
fiel Sabiduría, en el caos, que constituye las tinieblas. 19. Y la
expresión que ha empleado la fuerza: no temerá al demonio del mediodía,
significa que la Sabiduría fiel no temió a las proyecciones salidas del tirano
Adamas, el eón doce, y que arrojaron en un destierro a la fiel Sabiduría. 20. Y por
eso la fuerza ha dicho: no temerá al demonio del mediodía. 21. Porque
la hora del mediodía es la que proviene del duodécimo eón. 22. Y ella
salió del caos, que es la noche, y la noche salió del duodécimo eón, que está
en medio de todos. 23. Y la fuerza de luz ha dicho: la hora del mediodía,
porque los doce eones son el comedio entre el eón trece y el caos. 24. Y la
palabra que tu fuerza de luz ha dicho por boca de David: Mil cayeron a su
izquierda, y miríadas de ellos a su derecha, y los demás no se le aproximaron,
significa que una multitud de emanaciones del triple poder no pudieron
permanecer ante la gran luz de la emanación de la luz. 25. Y muchos
de ellos cayeron a la izquierda de la Sabiduría fiel, y Otros muchos a la derecha,
y ninguno podía aproximarse. 26. Y cuando dijo tu fuerza de luz, por boca de David: Y,
sin embargo, tú contemplarás a los pecadores, porque tú eres su esperanza,
Señor, significa que la Sabiduría fiel ha mirado a todos sus enemigos, que
fueron derrotados al fin. 27. Y no sólo ella los ha visto así, sino tú, Señor, el
primer misterio, has arrebatado la fuerza de la luz que estaba en la fuerza con
la faz de león. 28. Y has arrebatado su fuerza a todos los vástagos del
triple poder. 29. Y los has precipitado en el caos y les has impedido ir
a sus regiones. 30. Y la Sabiduría fiel ha visto a sus enemigos caídos en
el caos y ha visto la recompensa que les ha sido otorgada. 31. Porque
habían querido privar a la Sabiduría de su luz, y tú los has privado de la luz
que había en ellos, y no a la Sabiduría, que había sido fiel a la luz de las
regiones superiores. 32. Y esto, según lo expresó tu fuerza de luz por boca de
David: Tú te has refugiado en un lugar elevado y al cual no se te aproximará. 33. Y esto
significa que la Sabiduría fiel, habiendo sido acosada por sus enemigos a causa
de su fe en la luz, dirigió himnos a la luz, y no pudieron hacerle ningún mal,
ni aproximarse a ella. 34. Y la palabra que tu fuerza de luz puso en boca de
David: Él ha ordenado a sus ángeles guiarte en todos los caminos y conducirte
con sus manos, para que no te hieras contra las piedras, significa que tú has
ordenado a Gabriel y a Miguel que condujesen a la Sabiduria por todas las
regiones del caos, llevándola en sus manos, para que no tocase a las tinieblas
inferiores. 35. Y la palabra que dijo tu fuerza de luz por boca de
David: Tú marcharás sobre la serpiente y sobre el basilisco, y sobre la
serpiente y sobre el dragón, porque tú tienes confianza en mí, significa que,
cuando la fiel Sabiduría ha sido elevada sobre el caos, ha andado sobre
los servidores del triple poder. 36. Y ha andado sobre los que tienen faz de serpiente y
forma de basilisco con siete cabezas. 37.
Y sobre la fuerza con faz de león, y sobre la que tiene
apariencia de dragón. 38. Y como ella fue fiel a tu luz, fue salvada de todas
ellas. 39. Y ésta es, Señor, la explicación de las palabras que
nos has dicho. 40. Y cuando el primer misterio hubo oído estas palabras,
dijo: Así es, mi querido Jacobo.
Explicación de Tomás
XXII 1. Y el
primer misterio continuó hablando. 2. Y dijo a sus discípulos: Cuando yo hube conducido a la
Sabiduría fiel fuera del caos, ella clamó y dijo: 3. Y he sido
preservada del caos y me he visto libre de las ligaduras de las tinieblas. 4. Y he
venido hacia ti, ¡ob luz!, porque tú has sido la luz, preservándome y
protegiéndome por todas partes. 5. Y los enemigos que me combatían han huido ante la luz.
6. Y no se me han podido aproximar, porque tu luz estaba conmigo. 7. Y la
emanación de tu luz me protegía cuando los enemigos que me combatían me habían
arrebatado mi luz y, privada de ella, me habían arrojado a los infiernos. 8. Y yo era
ante ellos como una materia inerte. 9.
Y la fuerza de tu emanación vino de
ti hacia mí para salvarme. 10. Y brillaba a mi izquierda y a mi derecha y ninguna de
las regiones intermedias en que yo estaba carecía de luz. 11. Y
purificaste en mí todas mis malas materias. 12. Y yo fui por encima de
todas mis malas materias gracias a tu luz y a la emanación de tu luz. 13. Y confié
en tu luz y la emanación pura de tu luz me socorrió. 14. Y los
enemigos que me atormentaban fueron alejados de mí. 15. Y éste
es el cántico que elevó la fiel Sabiduría cuando fue libertada de los lazos del
caos. 16. Y que oiga el que tenga oídos para oír. 17. Y cuando
el primer misterio hubo acabado de decir estas palabras, Tomás se adelantó, y
dijo: Señor, mis oídos han recibido la luz. 18. Y mi inteligencia
comprende las palabras que has dicho. Permíteme interpretar las palabras de la
Sabiduría fiel. 19. Y el primer misterio se dirigió a Tomás, y dijo: Yo te
permito interpretar el himno que me dirigió la fiel Sabiduría. 20. Y Tomás
dijo: Señor, respecto al himno que te dirigió la Sabiduría fiel cuando fue
libertada del caos, tu fuerza de luz ha profetizado por boca de Salomón, hijo
de David, cuando dijo en su oda: He sido libertado de las cadenas que me
amenazaban. 21. Y he ido hacia ti, Señor, porque tú eres la mano que
me ha protegido y defendido, asistiéndome contra los que me combatían. 22. Y ellos
no han aparecido, porque tu faz estaba conmigo y me defendía por un efecto de
tu gracia. 23. Y he sido golpeado y vilipendiado y me han desaprobado
ante la multitud. 24. Y he sido como el plomo ante ellos. 25. Mas tu
fuerza ha venido a mi socorro, y has puesto lámparas a mi izquierda y a mi
derecha, para que nadie en mi torno careciese de luz. 26. Y tu
mano derecha me ha elevado, y me has curado de mi enfermedad. (No hay versículo
27) 28. Y me he hecho fuerte por tu verdad y por tu justicia. 29. Y los
que combatían contra mí han sido alejados. 30. Y he sido justificado por
tu bondad en tu reposo para la eternidad de las entidades. 31. He aquí,
Señor, la explicación del cántico que elevó la Sabiduría fiel. 32. Y el
primer misterio, luego que oyó las palabras de Tomás, le respondió: Está bien,
Tomás. 33. Y grande
es tu bienaventuranza, que ésa es la explicación del himno que dijo la fiel
Sabiduría.
Segundo
himno que eleva la Sabiduría fiel y explicación que da Mateo
XXIII 1. Y el
primer misterio continuó hablando así a sus discípulos: 2. La
Sabiduría fiel me elevó otro himno, diciendo: Yo he levantado mi voz hacia ti. 3. Porque tú
me has retirado de la región elevada de los eones que está encima del cielo y
me has conducido a las regiones inferiores. 4. Y me has sacado de las
regiones inferiores y has quitado la materia que había en mis fuerzas. 5. Y has
alejado de mí las emanaciones del triple poder que me atormentaban y eran mis
enemigos. 6. Y me has prestado tu ayuda para que yo pudiese
librarme de las cadenas de Adamas y para que pudiese vencer al basilisco de
siete cabezas. 7. Y los has destrozado por mis manos y me has puesto
encima de su materia. 8. Y los has destruido para que su raza no resurja. 9. Y has
estado conmigo dándome fuerza, y tu luz me ha envuelto por todas partes, y has
hecho impotentes las emanaciones del triple poder. 10. Porque
has arrebatado la fuerza de su luz. 11.
Y has dirigido mi camino para sacarme
del caos y me has hecho salir de las tinieblas materiales. 12. Y has
retirado todas mis fuerzas del poder de aquellos a quienes tú has arrebatado la
luz. 13. Y has puesto en mis fuerzas una luz pura, y a todas
las partes de mi ser que no tenían ninguna luz les has dado una luz pura que
proviene de las regiones superiores. 14.
Y la luz de tu faz se ha convertido
en mi vida. 15. Y me has vuelto a llevar encima del caos, para que
todas las materias que hay en sus regiones sean disueltas. 16. Y para
que tu luz renueve todas mis fuerzas y esté en todas ellas. 17. Y has
puesto en mí la luz de tu emanación me he convertido en una luz purificada. 18. Éste es
el segundo himno que dijo la fiel Sabiduría. Y que el que entienda este cántico
avance para dar su explicación. 19. Y cuando el primer misterio hubo terminado de decir
estas palabras, Mateo se adelantó y dijo: Yo conozco la explicación del himno
que elevó la Sabiduría fiel. Permiteme exponerlo con toda claridad. 20. Y el
primer misterio contestó: Te lo permito, Mateo. Danos la explicación del himno
que pronunció la fiel Sabiduría. 21. Y Mateo dijo: La explicación del himno que dijo en
segundo lugar la Sabiduría fiel está profetizada por tu fuerza de luz en una de
las odas de Salomón. 22. Él me ha llevado a los lugares situados por encima del
cielo. 23. Y me ha llevado a los sitios que están en los
cimientos inferiores. 24. Y ha dispersado a mis adversarios y enemigos. 25. Y me ha
dado el poder de romper mis cadenas y ha vencido, por mis manos, a la serpiente
de siete cabezas. 26. Y me ha puesto sobre su raíz, para que yo destruyese
su raza. 27. Y tú estabas conmigo, Señor, y me protegías, y tu
nombre era conmigo en todo lugar. 28. Y tu claridad ha destruido la visión del que habla
perversamente. 29.Mas tu mano ha tapizado el camino para los que te son
fieles. 30. Y los
has rescatado del sepulcro y los has conducido por en medio de los cadáveres. 31. Y has
recogido los huesos de los muertos, y los has revestido de carne, y has dado a
los que nada sentían la energía y la vida. 32. Y has llevado a los eones
a su perdición, para que fuesen destruidos todos, y para que renaciesen
nuevamente y tu luz fuese doblada por todos ellos. 33. Y has
construido tu riqueza mediante ellos y los has convertido en la residencia de
tus santos. 34. He aquí, Señor, la explicación del himno dicho por la
fiel Sabiduría. 35. Ycuando el primer misterio oyó las palabras que había
pronunciado Mateo, dijo: Está bien, Mateo amado. 36. Porque
ésa es la explicación del himno que elevó la Sabiduría fiel.
María
y Marta interpretan palabras de la Sabiduría fiel
XXIV 1. Y el primer
misterio, continuando su discurso, dijo: La Sabiduría elevó en seguida otro
himno. 2. Y dijo: Tú eres la luz alta que me has librado y me
has conducido hacia ti. 3. Y no has dejado que las emanaciones del triple poder
me despojasen de mi luz. 4. Ellas son mis enemigos, ¡oh luz de las luces! Yo elevo
mis cánticos hacia ti. 5. Tú me has libertado, luz; tú has elevado mi fuerza en
el caos. 6. Y me has librado de aquellos que descienden en las
tinieblas. 7. He aquí las palabras que pronunció la Sabiduría fiel.
El que comprenda su sentido adelántese y dé una explicación. 8. Y cuando
el primer misterio hubo dicho estas palabras a sus discípulos, María se
adelantó. 9. Ydijo: Señor, yo comprendo lo que tú acabas de
decirnos. 10.Mas temo a Pedro, porque me asusta, y sé el horror que
tiene por nuestro sexo. 11. Y cuando María hubo hablado así, el primer misterio le
dijo: Nadie podrá enojarse contra quien, sintiendo iluminada su inteligencia,
se adelante para explicar las cosas que yo digo. 12. Da,
pues, María la explicación de las palabras que pronunció la Sabiduría fiel. 13. Y María,
contestando al primer misterio, dijo en medio de los discípulos: Señor, tu
fuerza de luz ha profetizado por boca de David las palabras de la Sabiduría
fiel. 14. Porque dijo: Yo te exalto, Señor, porque tú me has
recibido en ti. 15. Y porque has salvado a aquellos que descendían a sus
tumbas. 16.Ycuando María hubo hablado de este modo, el primer
misterio dijo: Bienaventurada eres, María. 17. Y prosiguió hablando y
dijo a sus discípulos: La Sabiduría fiel pronunció muy luego este otro himno: 18. La luz
ha sido mi libertadora y ha cambiado mis tinieblas en luz. 19. Y ha
abierto el caos que me envolvía y me ha ceñido de luz. 20. Y cuando
el primer misterio hubo pronunciado tales palabras, Marta se adelanté y dijo:
Señor, tu fuerza ha profetizado esto por boca de David. 21. Diciendo:
Yo te loaré, Señor, porque tú me has recibido en ti. 22. Ycuando
el primer misterio oyó las palabras de Marta dijo: Está bien, Marta. 23. Y siguió
dirigiéndose a sus discípulos y les dijo: La Sabiduría fiel siguió recitando
himnos. 24. Y dijo: Mi fuerza ensalza las alabanzas de la luz. 25. Y no
olvida las fuerzas de la luz y todas las fuerzas que hay en ti. 26. Yo elevo
un himno al santo misterio que me ha remitido todas mis faltas. 27.Porque me
ha protegido contra todas las aflicciones con que mis enemigos me herían. 28. Y ha
librado mi luz de todos los perseguidores, que encarnizadamente me ofendían. 29. Y su
misericordia te ha dado, ¡oh fuerza mía!, una corona de luz, y te ha libertado
y llenado de una luz pura. 30. Y habiendo pronunciado estas palabras, dijo el primer
misterio: Aquel que pueda dar la explicación de estas palabras que avance y que
la dé con claridad. 31. Y María se adelantó y dijo: Señor, tu fuerza de luz ha
profetizado sobre esto, poniendo en boca de David estos términos: Que mi alma
loe al Señor y que cuanto está en mí loe al Señor. 32. Ycuando
el primer misterio oyó las palabras de María, dijo: Está bien, María:
bienaventurada tú eres.
Diálogo
de Jesucristo con la Sabiduría fiel
XXV 1. Y siguió
hablando el primer misterio y dijo a sus discípulos: Y conduje a la Sabiduría
fiel. 2. Y la llevé a las regiones que están debajo del treceno
eón. 3. Y la comuniqué el nuevo misterio de la luz y le di el
himno de la luz, para que los archones de los eones no pudiesen molestar desde
aquel punto y hora. 4. Y la puse en aquel lugar hasta que, yendo a ella, la
condujese a su puesto, que está en las regiones superiores. 5. Y cuando
la hube puesto en aquel sitio, ella me elevó otro himno. 6. Y dijo de
esta manera: Yo soy fiel a la luz y la alabo, porque se ha acordado de mí y ha
escuchado mis himnos. 7. Y ha sacado mi fuerza del caos y de todas las
tinieblas de la materia. 8. Y llevándome a lo alto me ha puesto en una región
elevada y firme. 9. Y me ha puesto en el camino que conduce a mi sitio, y
me ha dado el nuevo misterio y me ha comunicado el himno de la luz. 10. Y ahora,
luz, todos los archones verán lo que has hecho conmigo y así serán temerosos y
fieles a la luz. 11. Éste fue el himno que profirió la Sabiduría fiel,
henchida de júbilo al verse sacada del caos, y conducida a la zona que está
debajo del decimotercero eón. 12. Y que aquel cuya inteligencia comprenda el himno dicho
por la fiel Sabiduría se adelante para explicarlo. 13. Y Andrés
se adelantó. Y dijo: Señor, tu fuerza de luz profetizó este punto por boca de
David, haciendo que dijera: El Señor ha escuchado mi plegaria y ha sacado mi
alma de la tumba. 14. Y cuando Andrés hubo dado la explicación de las
palabras de la fiel Sabiduría, el primer misterio le dijo: Bienaventurado eres,
Andrés. 15. Y siguió hablando y dijo a sus discípulos: estas son
las cosas que sucedieron a la Sabiduría fiel. 16. Y cuando la hube llevado
a las regiones que están bajo el treceno eón, habiéndome aproximado a la luz,
me dijo: La luz de las luces, vuelve hacia ti la luz y sepárate de mí, para que
el tirano Adamas sepa que tú estás separado de mí. 17. Y para
que ignore quién debe libertarme. 18. Porque han venido hacia mí en esta región él y todos
los archones que me odian. 19. Y el
triple poder que dio la potencia a la fuerza con rostro de león, para que
viniesen a atormentarme. 20. Y para que me arrebatasen mi luz y así quedase yo sin
potencia y me viese privada de toda luz. 21.
Luz y luz mía, quítales la fuerza de
su luz, para que no puedan afligirme más desde ahora. 22. Y cuando
escuché las palabras que decía la Sabiduría fiel, le respondí: Mi padre que me
ha creado no me ha permitido aún quitarles su luz. 23. Mas yo
irradiaré mi luz en todas las regiones del triple poder y de todos los archones
que te odian, porque tú has sido fiel a la luz. 24. E
irradiaré mi luz en las regiones de Adamas y de sus archones, para que no
tengan fuerza para combatir contra ti. 25.
Hasta que su tiempo se cumpla y hasta
que llegue el momento en que mi Padre me permita arrebatarles su luz. 26. Y le
dije aun: Escucha, y te haré conocer cuándo llegará su tiempo y el cumplimiento
de las cosas que te he dicho. 27. Ellas ocurrirán cuando tres tiempos hayan sido
cumplidos. 28. Y la Sabiduría fiel me respondió: Luz, haz que yo sepa
cuándo serán cumplidos los tres tiempos. 29.
Para que yo me regocije y sea en el
gozo cuando se acerque el momento en que debes conducirme al lugar que me está
reservado. 30. Y para que me regocije también cuando se aproxime el
tiempo en que tú quitarás la luz a cuantos me odian porque he sido fiel a la
luz. 31. Y yo le repliqué: Cuando tú veas abrirse la puerta del
tesoro de la gran luz, que está a la izquierda del treceno eón. 32. Porque
cuando ellos hayan abierto esta puerta, los tiempos serán cumplidos. 33. Y la
Sabiduría contestó: Luz, estando en los lugares en que estoy, ¿cómo sabré que
esa puerta se ha abierto? 34. Y yo le respondí: Cuando se abra esa puerta, todos
aquellos que están en las regiones del espacio lo sabrán porque una gran luz se
expandirá en todas sus regiones. 35. Y yo he dispuesto esas puertas para que tus enemigos
no puedan hacerte ningún mal hasta que los tres tiempos sean cumplidos. 36. Y
tendrás la facultad de ir entre los doce eones cuando tú quieras y de volver a
tu lugar, debajo de la trecena región de los eones, en el que estás ahora. 37. Mas no
tendrás la facultad de entrar por la puerta de las regiones superiores, que
está en el decimotercero eón, para entrar en tu lugar, de donde tú has salido. 38. Y cuando
los tres tiempos sean cumplidos, tus enemigos te atormentarán de nuevo con
todos sus archones para quitarte la luz. 39.
Porque estarán irritados contra ti,
creyendo que tú te has apoderado de su fuerza en el caos y pensando que tú les
has quitado su luz. 40. Y te acometerán para arrebatar tu luz, para ponerla en
el caos y darla a sus criaturas, a fin de que puedan salir del caos y venir a
su región. 41. Y Adamas los asistirá. Mas yo les quitaré todas sus
fuerzas, y te las daré, y vendré para que tú las tomes. 42. Y cuando
te atormenten, eleva un himno a la luz y yo no diferiré el darte mi ayuda. 43. Y vendré
prontamente hacia ti desde los lugares que están bajo ti. 44. Y les quitaré
toda su luz y, del lugar en que te he colocado, debajo de la decimotercera
región de los eones, te conduciré al lugar de que has salido. 45. Y cuando
la Sabiduría fiel hubo oído estas palabras, se regocijó sumamente. 46. Y
dejándola en la región que está debajo de la decimotercera región de los eones,
me separé de ella y fui hacia la luz.
Adamas
y sus archones, al cumplirse los tres tiempos previstos por Jesús, atacan a la
Sabiduría fiel
XXVI 1. Y cuando
el primer misterio contó a sus discípulos cuanto había sucedido a la Sabiduría
fiel, estaba en el Huerto de los Olivos y era allí donde les contaba estas
cosas. 2. Y prosiguió hablando y dijo: Y ocurrió que estaba yo
sentado en el mundo de los hombres. 3.
Y estaba sentado en el camino que
conduce a este lugar, es decir, al monte de los Olivos. 4. Y esto
éra antes que se me hubiese enviado mi investidura, de la que yo me revestí en
el misterio veinticuatro. 5. Y no había ido aún a las regiones superiores a recibir
mis dos vestes. 6. Y estando sentado junto a vosotros en este lugar, que
es el Huerto de los Olivos, el tiempo que yo había marcado a la Sabiduría fiel
se cumplió. 7. Y cumplido ese tiempo, Adamas, con todos sus archones,
debía atormentarla. 8. Y cuando ese tiempo fue cumplido yo estaba en el mundo
de los hombres. 9. Y estando yo con vosotros en este lugar, Adamas miró
de lo alto de los doce eones a la región del caos. 10. Y vio su
fuerza, que estaba en el caos falta de luz. Porque yo le había quitado su luz. 11. Y vio
que estaba obscura, y que no podía ir a su lugar, que está en los doce eones. 12. Y Adamas
se acordó de la Sabiduría fiel y se irritó extremadamente contra ella. 13. Porque
pensó que ella se había apoderado de su fuerza en el caos y le había quitado su
luz. 14. Y tomó con él una multitud de archones y persiguieron
a la Sabiduría para arrojarla en el caos. 15. Y ella elevó su luz hacia
mí, implorando mi ayuda. 16. Y dijo: Luz de las luces, yo pongo mi confianza en ti.
17. Líbrame de mis enemigos y no permitas que me arrebaten mi luz. 18. Eleva
mis fuerzas por encima de mis enemigos, que se han declarado contra mí y me
persiguen sin tregua. 19. Apresúrate y socórreme, según me lo has prometido. 20. Y cuando
el primer misterio hubo dicho estas palabras, añadió: Que el que comprenda las
palabras de la fiel Sabiduría se adelante para dar su explicación. 21. Y Jacobo
se adelantó y dijo: Señor, tu fuerza de luz profetizó acerca de esto cuando
puso en boca de David las palabras de su séptimo salmo. 22. Señor
Dios, yo creo en ti. Protégeme contra mis perseguidores. 23. Y cuando
el primer misterio hubo escuchado estas palabras, dijo: Así es, amado Jacobo. 24. Y Jesús
continuó hablando. Y dijo: Ocurrió que, cuando la Sabiduría fiel concluyó aquel
himno, se volvió para ver si Adamas se marchaba con sus archones. 25. Y vio
que la perseguían y se volvió hacia ellos. 26. Y les dijo: ¿Por qué me
perseguís? ¿Porque creéis que no recibiré ningún socorro que me libre de
vosotros? 27. Porque quien me defiende es justo. 28. Y su luz
es potente y él me defenderá en el tiempo que me ha marcado. 29. Porque
me ha dicho: Yo vendré para socorrerte. 30.
Y él extenderá su cólera sobre
vosotros en todo momento. Porque éste es el tiempo que él me ha fijado. 31. Volved
atrás y dejad de perseguirme. Porque si no, la luz preparará su fuerza. 32..
Preparará todas sus fuerzas, y os quitará vuestra luz, y vosotros quedaréis en
la obscuridad. 33. Porque ha procreado sus fuerzas para arrebatar vuestra
luz con objeto de que perezcáis. 34. Mas cuando la Sabiduría fiel habló así, miró a la
región de Adamas. 35. Y vio aquella región en tinieblas y el caos procreado
por él. 36. Y vio también dos próbolos obscuros y crueles que
Adamas había procreado para que asiesen a la fiel Sabiduría. 37. Y para
que la condujesen al caos que él procreó y la atormentasen allí hasta quitarle
su luz. 38. Y cuando la Sabiduría fiel vio aquellos dos próbolos
obscuros y crueles que Adamas había procreado, y la región tenebrosa del caos
que él procreó, quedó sumida en espanto.
Jesús
libera a la Sabiduría fiel de sus enemigos y la conduce a la región prometida
XXVII 1. Y se
dirigió a la luz, clamando: Luz, he aquí que Adamas, el fautor de lo injusto,
ha entrado en cólera. 2. Y ha creado un próbolo obsceno y un segundo próbolo. Y
ha procreado el caos. 3. Quítale, ¡oh luz!, el caos que ha creado para llevarme
a él y privarme de mi luz. 4. Y destruye la resolución que ha tomado de quitarme mi
luz. 5. Y en castigo de su injusticia al quererme quitar mi
luz, quítale todas las suyas. 6. Tales fueron las palabras que la Sabiduría fiel dijo
en su himno. 7. Que aquel cuya inteligencia haya comprendido las
palabras de la fiel Sabiduría salga aquí para explicarlas. 8. Y Marta
se adelantó, y dijo: Señor, yo he comprendido las palabras de la Sabiduría
fiel. Permíteme explicarlas claramente. 9.
Y el primer misterio contestó a
Marta. Y le dijo: Yo te permito, Marta, explicar las palabras del himno de la
fiel Sabiduría. 10. Y dijo Marta: Señor, esas palabras las profetizó tu
fuerza de luz por boca de David, en el séptimo salmo. 11. Diciendo:
Mi Dios es un juez verdadero, fuerte y compasivo. 12. Y si
vosotros no os convertís, él aguzará sus armas. 12. Y
tenderá su arco, y lo manejará, y sus flechas os acabarán. 14. Y cuando
Marta hubo concluido, el primer misterio la miró y le dijo: Está bien, Marta;
dichosa tú eres. 15. Y sucedió que, una vez que Jesús hubo explicado a sus
discípulos todo lo que había experimentado la Sabiduría fiel cuando fue
precipitada en el caos. 16. Y el modo según el cual ella dirigía himnos a la luz
para que la salvase y la sacase del caos. 17. Y cómo la introdujo en la
duodécima región de los eones, y cómo la luz la protegió en todas las
aflicciones que le habían infligido los archones, porque quería elevarse a la luz. 18. Jesús continuó su discurso. Y dijo: enseguida tomé a
la fiel Sabiduría y la llevé a la decimotercera región de los eones. 19. Y había
allí una luz inmensa, superior a toda otra luz. 20. Y la
llevé a la región del veinticuatro invisible, donde había una luz infinita. 21. Y todos
quedaron turbados viendo venir conmigo a la Sabiduría. 22. Y la
conocían, mas no me conocían a mi. 23.
Porque creían que era la emisión de
la región de la luz. 24. Y cuando la Sabiduría fiel vio a sus compañeros
invisibles, se llenó de una extrema alegría. 25. Y quiso mostrarles los
milagros que yo había hecho por ella, desde que yo me encontraba en el mundo de
los humanos hasta que la conduje a la región de la luz.
La
Sabiduría fiel alaba a Jesús en medio del veinticuatro invisible
XXVIII 1. Y
elevándose entre los veinticuatro invisibles y estando en medio de ellos, me
elevó un himno. 2. Y dijo: Yo declaro ante ti, ¡oh luz!, que tú eres el
Redentor y el Salvador eterno. 3. Y entonaré un himno a la luz que me ha librado y
protegido contra la mano de mis enemigos los archones. 4. Porque tú
me has librado en todas las regiones: lo mismo en las regiones superiores que
en el fondo del caos. 5. Y en las esferas de los archones de los eones y cuando
yo descendí de la altura. 6. Y cuando me perdí en las regiones en las que no hay
ninguna luz. 7. Porque yo no hubiera podido volverme a ti en la
decimotercera región de los eones. 8. Pues que no había en mí ninguna luz ni fuerza alguna,
que mi fuerza estaba agobiada bajo la aflicción. 9. Y la luz
me ha protegido en todos mis dolores y me ha escuchado cuando yo estaba
entregada a mis enemigos. 10. Y me ha indicado el camino en la región de los eones,
para conducirme a la decimotercera región de los eones, que es mi morada. 11. Yo te
rindo homenaje, ¡oh luz! 12. Porque tú me has salvado. Y yo te celebraré, y a tus
milagros, ante la raza de los hombres. 13.
Y porque cuando yo estaba privada de
mi fuerza, tú me has dado la fuerza. 14.
Y cuando yo estaba privada de mi luz,
tú me has infundido una luz pura. 15. Porque yo he estado en las tinieblas y en las sombras
del caos. 16. Y he estado sujeta por duras cadenas en el caos en que
no hay luz alguna. 17. Porque yo he merecido la ira de la luz al desobedecer
su mandato y salir de la región que me correspondía. 18. Y cuando
hube descendido, fui privada de mi fuerza y de mi luz. 19. Y nadie
me socorrió, y cuando mis enemigos me torturaban, yo me dirigía a la luz. 20. Y ella
me protegió contra todos mis enemigos. 21.
Y rompió mis cadenas y me sacó de las
tinieblas y de la aflicción del caos. 22.
Yo te glorifico, luz, porque tú me
has salvado. 23. Y porque tus milagros han sido patentes ante la raza
de los hombres. 24. Porque tú has roto las elevadas puertas de las
tinieblas y los duros grillos del caos. 25.
Y cuando mis enemigos me
mortificaban, yo he dirigido un himno a la luz y ella me ha librado de todos
mis perseguidores. 26. Porque al enviar tu emanación hacia mí, ella me ha
dado fuerza y me ha sacado de todas mis aflicciones. 27. Yo te
ensalzo, luz, porque tú me has salvado y porque has hecho milagros ante la
Humanidad. 28. Es el himno que pronunció la fiel Sabiduría cuando se
encontraba en el centro del veinticuatro invisible. 29. Para
hacer saber cuántos milagros había hecho yo por ella. 30. Y para
que se supiese que, viniendo al mundo de los humanos, yo les había transmitido
los misterios de las regiones superiores. 31. Que aquel cuyo
entendimiento haya sido iluminado se llegue a explicar este himno proferido por
la Sabiduría fiel. 32. Y cuando Jesús acabó de decir estas palabras, se
adelantó Felipe. 33. Y dijo: Señor, alta está mi mente y me siento capaz de
interpretar el himno de la Sabiduría. 34.
Porque sobre esto profetizó David en
el salmo ciento seis, cuando dijo: Rendid homenaje al Señor. 35. Porque
es compasivo y su misericordia se extiende hasta la eternidad. 36. Y ésta
es, Señor, la explicación del himno de la Sabiduría. 37. Cuando
Jesús lo escuchó, dijo: Es verdad, Felipe. 38. Bienaventurado tú eres;
porque ésa es la explicación del himno que elevó la Sabiduría fiel.
María
Magdalena pregunta a Jesús sobre la esencia, composición y modo de ser de los
veinticuatro invisibles
XXIX 1. Y después
de todas estas cosas, María Magdalena se adelantó y adoró los pies de Jesús. 2. Y dijo:
Señor, no te incomodes si te interrogo. 3.
Porque nosotros nos informamos de
todo con celo ardiente. 4. Tú nos has dicho siempre: Buscad y encontraréis.
Llamad y se os abrirá. 5. ¿Cuál es, Señor, aquel que encontraremos? ¿Quién es
aquel a quien hemos de llamar? 6. ¿Quién puede darnos la explicación de las palabras
sobre las que te preguntamos? 7. Porque tú nos has dado el conocimiento de la luz y nos
has revelado cosas sublimes. 8. No hay en el mundo ser humano que tenga este
conocimiento. 9. Nadie existe en las regiones superiores de los eones
que pueda explicarnos el sentido de las palabras que tú dices. 10. Sólo tú,
que todo lo sabes y en todo eres perfecto, nos lo puedes explicar. 11. Porque
nosotros no inquirimos estas cosas como los demás hombres que hay en el mundo. 12. Sino que
las buscamos en el conocimiento que de las regiones superiores nos has dado tú.
13. Y las buscamos también en el lugar de la explicación perfecta con que
tú nos has instruido. 14. No te incomodes, Señor, contra mí. 15. Mas
revélame la palabra sobre cuyo sentido yo te interrogue. 16. Y cuando
Jesús hubo oído las palabras que había dicho María Magdalena, le contestó:
Pregunta lo que quieras, pregunta. 17.
Y yo te revelaré con interés y verdad
cuanto tú has de hacer. 18. En verdad, en verdad, os digo que os entreguéis a una
gran alegría y a un júbilo extremo. 19. Y que me
preguntéis celosamente sobre todo. Porque yo me regocijará informándoos
fielmente de lo que os conviene saber. 20.
Pregunta lo que quieras conocer y te
lo explicaré con satisfacción. 21. Y cuando María oyó las palabras del Salvador, tuvo
sumo regocijo. 22. Y dijo a Jesús: Mi Salvador y Señor, ¿cómo son los
veinticuatro invisibles? 23. ¿Y cómo son sus regiones, y de qué especie son, o de
qué género es su luz? 24. Y Jesús contestó a María: ¿Qué hay parecido en este
mundo a ellos? 25. ¿A qué los comparará y qué es lo que de ellos podré
deciros? 26. Nada en este mundo les es comparable, nada que se les
pueda asimilar. 27. Porque nada hay en este mundo que sea de la especie de
las cosas del cielo. 28. En verdad os digo que cada invisible es mayor que el
cielo y que la esfera que está bajo él. 29.
Porque nada hay en este mundo más
deslumbrante que la luz del sol. 30. Pero, en verdad, en verdad, os lo digo: Los
veinticuatro invisibles tienen una luz diez mil veces más brillante que la del
sol de este mundo. 31. Y la luz del gran antepasado invisible es diez mil
veces más brillante que la luz que os he dicho que tienen los veinticuatro
invisibles. 32. Mas esperad un poco y yo os conducirá a ti y los
discípulos, tus hermanos, a todos los lugares de las regiones superiores. 33. Y
llevaré a los tres fundamentos el primer misterio y hasta el lugar único del
círculo del Inefable.
Jesús
describe a sus discípulos el aspecto de las regiones superiores
XXX 1. Y
entonces veréis en la realidad esas formas que no tienen parangón. 2. Y cuando
os haya conducido a las regiones superiores, veréis la gloria de los que
pertenecen a las regiones superiores. 3.
Y sentiréis una admiración extrema y,
cuando os lleve a la región de los archones de la Heimarméné, veréis la gloria
en que están. 4. Y miraréis al mundo que está ante vosotros como la
obscuridad de la obscuridad. 5. Y cuando miráis al mundo que habita el género humano,
os parecerá un grano de polvo, por la gran distancia que os separará de él. 6. Y cuando
os conduzca a la región de los doce eones, veréis la gloria en que están. 7. Y esta
gloria os hará ver la región de los archones de la Heimarméné como la obscuridad
de las tinieblas y ella será ante mí como un grano de polvo. 8. Y cuando
os haya llevado a la región trece de los eones, las doce regiones de los eones
os parecerán como la obscuridad de las tinieblas. 9. Y cuando
miráis las doce regiones de los eones, os parecerán como un grano de polvo. 10. Y cuando
os lleve a la región del medio y veáis la gloria que allí brilla, la
decimotercera región de los eones os parecerá la obscuridad de las tinieblas. 11. Y si
desde allí miráis a los doce eones, y a sus esferas, y cuanto los acompaña, os
parecerán, por la distancia y por la superioridad sobre ellos, como un grano de
polvo. 12. Y cuando os haya conducido a las regiones de aquellos
que pertenecen a la derecha, y veáis la gloria en que están, las regiones de
los que pertenezcan al centro os parecerán como la noche del mundo de los
hombres. 13. Y al mirar el centro, vuestros ojos lo verán como un
grano de polvo, por la gran distancia que lo separa de las regiones donde
habitan los que están a la derecha. 14.
Y cuando yo os conduzca a la tierra
de luz donde está el tesoro de la luz, para que veáis la gloria que esplende
allí, las regiones de la derecha os parecerán como la luz de mediodía en el mundo de los hombres cuando el sol
no brilla. 15. Y cuando miréis las regiones de la derecha, os
parecerán como un grano de polvo, por la gran distancia que las separa del
tesoro de la luz. 16. Y cuando yo os conduzca a las regiones de los que han
recibido los misterios de la luz, para que veáis la gloria de luz en que están,
la tierra de la luz os parecerá semejante a la luz del sol del mundo del género
humano. 17. Y cuando miréis a la tierra de la luz, la distancia y
lo inferior que es os la harán parecer como un grano de polvo. 18. Y cuando
Jesús acabó de decir estas palabras a sus discípulos, María Magdalena se
adelantó. 19. Y dijo: Señor, no te incomodes si te pregunto, porque
nosotros nos informamos con celo de todas las cosas. 20. Y Jesús
contestó a María: Pregunta lo que quieras preguntar. 21. Y yo te
contestaré claramente, sin parábola, y os diré todas las cosas desde el
interior de los interiores hasta el exterior de los exteriores. 22. Y desde
el Inefable hasta la obscuridad de las tinieblas, para que tengáis de todo
conocimiento completo. 23. Dime, pues, María, lo que deseas saber y yo te lo
revelará con satisfacción. 24. Y ella dijo: Señor, los hombres que hayan recibido los
misterios de la luz ¿serán más ensalzados en tu reino que los próbolos del
tesoro de la luz? 25. Porque yo te he oído decir: Cuando os haya llevado a
la región de los que recibieron los misterios, la región de la tierra de la luz
os parecerá como un grano de polvo. 26.
Y esto por la gran distancia y la
gran gloria en que está la región de los que han recibido los misterios. 27. Dinos,
pues, Señor: ¿Los hombres que reciban los misterios serán más ensalzados que la
tierra de la luz? 28. ¿Serán, pues, más altos que ella en el reino de luz? 29. Y Jesús
contestó a María: Bien está que te informes con celo de todo. 30. Mas yo
te hablaré de la misión de los eones y de la erección del universo.
Jesús
explica a sus discípulos los misterios de los doce salvadores, las parábolas y
los árboles del tesoro de la luz
XXXI 1. Porque ya
os lo dije: Cuando os haya conducido a las regiones que son patrimonio de aquellos
que han recibido los misterios de la luz, las regiones de los próbolos de la
luz no os parecerán más que un grano de polvo, y como la luz del sol del día. 2. Y estas
cosas ocurrirán en el tiempo de la erección del universo. 3. Y los
doce salvadores de los tesoros, y los doce rangos de aquellos que son los
próbolos de las siete voces y de los cinco árboles estarán conmigo en las
regiones del patrimonio de la luz. 4. Y estarán conmigo en mi reino. 5. Y cada
uno estará sobre sus próbolos, y cada uno será rey sobre su gloria, grande
sobre su grandeza y pequeño sobre su pequeñez. 6. Y el
salvador del próbolo de la primera voz estará en la región de las almas que
recibieron el primer misterio del primer misterio en mi reino. 7. Y el
salvador del próbolo de la segunda voz estará en la región de las almas que
recibieron el segundo misterio del primer misterio en mi reino. 8. Y el
salvador del próbolo de la tercera voz estará en la región de los que
recibieron el tercer misterio del primer misterio en el patrimonio
de la luz. 9. Y el salvador del próbolo de la cuarta voz del tesoro
de la luz estará en la región de las almas de los que recibieron el cuarto
misterio del primer misterio en el patrimonio de la luz. 10. Y el
salvador del próbolo de la quinta voz del tesoro de la luz estará en la región
de las almas que recibieron el quinto misterio del primer misterio en el
patrimonio de la luz. 11. Y el sexto salvador del próbolo de la sexta voz
residirá en las regiones de las almas que hayan recibido el sexto misterio del
primer misterio. 12. Y el séptimo salvador del próbolo de la séptima voz
del tesoro de la luz estará en la región de las almas que recibieron el séptimo
misterio del primer misterio en el tesoro de la luz. 13. Y el
octavo salvador, que es el salvador del próbolo del primer árbol del tesoro de
la luz, estará en la región de las almas que reciben el octavo misterio del
primer misterio en el patrimonio de la luz. 14. Y el noveno salvador, que
es el salvador del próbolo del segundo árbol del tesoro de la luz, estará en la
región de las almas que reciben el noveno misterio del primer misterio en el
patrimonio de la luz. 15. Y el décimo salvador, que es el salvador del próbolo
del tercer árbol del tesoro de la luz, estará en la región de las almas que
reciben el décimo misterio del primer misterio en el patrimonio de la luz. 16. Y el
undécimo salvador, que es el salvador del próbolo del cuarto árbol del tesoro
de la luz, estará en la región de las almas que reciben el onceno misterio del
primer misterio en el patrimonio de la luz. 17. Y el duodécimo salvador,
que es el salvador del próbolo del quinto árbol del tesoro de la luz, estará en
la región de las almas que reciben el duodécimo misterio del primer misterio en
el patrimonio de la luz. 18. Y los siete amén, y los cinco árboles, y los
tres amén estarán a mi derecha, como reyes que subsisten en el
patrimonio de la luz. 19. Y los salvadores gemelos que son el hijo del hijo. 20. Y los
nueve guardianes estarán a mi izquierda, como reyes que siguen siendo en el
patrimonio de la luz. 21. Y cada uno de los salvadores será rey sobre su
próbolo, en el patrimonio de la luz, como lo son en el tesoro de la luz. 22. Y los
nueve guardianes de los tesoros de la luz estarán más elevados que los
salvadores en el patrimonio de la luz. 23. Y los salvadores gemelos estarán más elevados que
los nueve guardianes en el reino. 24. Y los tres amén estarán más elevados que los
dos salvadores gemelos en el reino. 25.
Y los cinco árboles estarán más
elevados que los tres amén en el patrimonio de la luz. 26. Y Jeû,
guardián de las posesiones de la luz, y el gran Sabaoth, el bueno, serán reyes
sobre el primer salvador de la primera voz del tesoro de la luz, que está en la
región de aquellos que reciban el primer misterio del primer misterio. 27. Porque
Jeû es el guardián de las regiones de los que están a la derecha, y
Melquisedec, el gran heredero de la luz. Y los dos grandes jefes que emanan de
la luz elegida, que es la pureza misma, y que se extiende desde el primer árbol
hasta el quinto. 28. Jeû es el obispo de la luz, que emana el primero en la
pureza de la luz del primer árbol. 29. Y es el
guardián del patrimonio de los que pertenecen a la derecha y emanan del segundo
árbol, y los dos jefes emanan también de la pura luz elegida del tercero y del
cuarto árbol en el tesoro de la luz. 30.
Y Melquisedec emana del quinto árbol.
31. Y el gran Sabaoth, el bueno, a quien yo he llamado mi Padre, emana de
Jeû, el guardián de la luz.
Jesús
explica a sus discípulos el destino de los hombres que no hayan sido iniciados
en los misterios
XXXII 1. Y a causa
de la sublimidad de la esencia que ha sido puesta en ellos, todos serán reyes
asociadamente en el primer misterio de la primera voz del tesoro de la luz. 2. Y estarán
en la región de las almas que reciben el primer misterio del primer misterio. 3. Y donde
están la virgen de la luz y el gran conductor del medio, que los archones de
los eones llaman el gran Iaô. 4. Y este es el nombre del gran archón que está en sus
regiones. 5. Y él y la virgen de la luz y sus doce diáconos serán
también todos ellos reyes. 6. Y vosotros habréis la forma y la fuerza de los doce
diáconos. 7. Y el primer salvador de la primera voz estará en la
región de las almas de los que recibieron el primer misterio del primer
misterio en las posesiones de la luz. 8.
Y los quince satélites de las siete
vírgenes de la luz que están en el medio emanarán de las regiones de los doce
salvadores. 9. E igualmente los demás ángeles del medio, cada uno
sobre su gloria. 10. Para que sean reyes conmigo en las posesiones de la
luz. 11. Y yo seré rey sobre todos ellos en las posesiones de
la luz. 12. Y todas las cosas que os digo no sucederán ahora. 13. Sino que
sucederán cuando se verifique la asociación de los eones, que es la solución de
todas las cosas, y la erección total de la cuenta de las almas que participen
en las posesiones de la luz. 14. Y antes de la asociación que os digo, ninguna de estas
cosas tendrá lugar. 15. Y cada uno estará en su región donde ha sido colocado
desde el comienzo, hasta que el número de la congregación de las almas
admitidas se haya completado. 16. Y las siete voces, y los cinco árboles, y los tres amén,
y los salvadores gemelos. 17. Y los nueve guardianes, y los doce salvadores, y los
que están en las regiones de los que pertenecen a la derecha, y los que están
en el medio, todos permaneceran en la región y en el sitio en que fueron
colocados. 18. Hasta que sean transportados afuera y el número de las
almas admitidas a la luz haya sido cumplido. 19. Y los otros archones que
pertenecen al medio permanecerán igualmente en sus lugares hasta que estas
mismas cosas se hayan cumplido. 20. Y todas las almas llegarán en el tiempo en que cada
una reciba su misterio. 21. Y serán transportadas hacia los archones que están en
el medio y vendrán a las regiones de los que pertenecen al medio. 22. Y los
que pertenecen al medio las bautizarán con la unción espiritual. 23. Y
pasarán por las regiones de los que pertenecen al medio y pasarán a las
regiones de los que están a la derecha. 24.
Y a las regiones de los nueve
guardianes y a las regiones de los salvadores gemelos. 25. Y a las
regiones de los tres amén y de los doce salvadores. 26. Y a los
cinco árboles, y a las siete voces, y cada uno le dará sus claves y sus
misterios. 27. Y ellos vendrán a todas estas almas que llegan a las
regiones de la luz a medida que vayan recibiendo los misterios de la luz y
vayan tomando posesión de la luz.
María
da el sentido perfecto de las revelaciones del Salvador
XXXIII 1. Y todas
las almas humanas que reciban la luz llegarán a los archones que están en el
medio. 2. Y llegarán a todos cuantos pertenecen a las regiones
del medio. 3. Y a las regiones de cuantos pertenecen a la derecha. 4. Y a todos
los que pertenecen a todas las regiones del tesoro de la luz y entrarán en
todas. 5. Y llegarán a todos los que pertenecen a las regiones
del primer mandato. 6. Para llegar en las posesiones de la luz hasta la
región de su misterio. 7. Y para que cada uno permanezca en la región que ha
recibido el misterio para él. 8. Tanto los que pertenecen a la región del medio, como
los que pertenecen a la derecha, y como los que pertenecen a cualquiera de las
regiones de la luz. 9. Y cada uno estará en la región y en el puesto en que
ha sido situado desde el principio, hasta que todas las cosas sean consumadas. 10. Y hasta
que cada uno haya cumplido la misión que se le ha destinado con respecto a la
congregación de las almas que han recibido los misterios. 11. Y para
que pongan su sello sobre todas las almas que han recibido los misterios y que
han de pasar a los que comparten los tesoros de la luz. 12. Y esto
es, María, lo que tan celosamente querías saber. 13. Que oiga
quien tenga oídos para oír. 14. Y cuando Jesús hubo acabado de decir estas palabras,
María Magdalena se adelantó y dijo: Señor, cuantas palabras has dicho han sido
para mis oídos tesoros de luz. 15. Mas permite que te interrogue sobre lo que has dicho,
Señor. 16. Porque has dicho que todas las almas de la raza de los
hombres que reciban los misterios de la luz entrarán en el patrimonio de la luz
ante todos los archones. 17. Y ante todos los que pertenecen a toda la región de la
derecha y a todas las regiones del tesoro de la luz. 18. Mas tú
nos has dicho siempre: los primeros serán los últimos y los últimos serán los
primeros. 19. Y los últimos son la raza de los hombres que entrarán
primero en el reino de la luz, como aquellos que pertenecen a las regiones
superiores y son los primeros. 20. Y tú nos has dicho, Señor: el que tenga oídos para oír
que oiga. 21. Y eso significa que tú quieres saber si nosotros
comprendemos las palabras que tú has dicho. 22. Y cuando María dejó de
hablar, Jesús admiró lo que acababa de decir, porque daba el sentido perfecto
de lo que él había revelado. 23. Y el Salvador contestó: Está bien, María. 24. Y tú has
hablado con gran sabiduría, porque ésa es la explicación de mi discurso.
María
y Juan dialogan con Jesús acerca de sus revelaciones
XXXIV 1. Y Jesús,
continuando, dijo a sus discípulos: Oíd. 2.
Porque voy a hablaros de la gloria de
los que pertenecen a las alturas y cómo son; según os he hablado hasta aquí. 3. Cuando yo
os conduzca a la región del último fundamento del tesoro de la luz, y cuando yo
os conduzca a esas regiones para que veáis la gloria que allí hay, la región
del patrimonio de la luz no estará más en vuestro pensamiento que la imagen de
la del mundo. 4. Y esto, por la grandeza del último fundamento y de la
gran luz que hay allí. 5. Y os hablaré de la gloria del compañero que está
encima del compañero menor. 6. Y os hablaré de las regiones que están encima de los
compañeros. 7. Nada hay en este mundo con lo que se las pueda
comparar, ninguna semejanza que las pueda expresar, ninguna luz, ninguna fuerza
que les pueda ser puesta en parangón. 8.
Porque no hay medio de explicar en
este mundo cómo son las cosas de que os hablo. 9. Y cuando
Jesús cesó de hablar, María Magdalena se adelantó. 10. Y le
dijo: Señor, no te incomodes contra mí, si yo quiero averiguarlo todo con
interés y con celo. 11. Porque es con el fin de que mis hermanos lo anuncien a
la raza de los hombres. 12. Y para que los hombres, oyéndolos y creyéndolos, se
salven de los rigurosos tormentos que les harían sufrir los malvados archones. 13. Y para
que los hombres lleguen al reino de los cielos. 14. Porque
nosotros, Señor, no somos solamente misericordiosos para con nosotros mismos. 15. Sino que
sentimos misericordia de toda la raza humana y no queremos que sufra tormentos
crueles. 16. Y por eso, Señor, nos informamos de todas las cosas
con ardor. 17. Para que nuestros hermanos las anuncien a toda la raza
de los hombres. 18. Y para que no caigan en las manos de los crueles
archones de las tinieblas. 19. Y para que sean preservados del sufrimiento de las
tinieblas exteriores. 20. Y cuando Jesús hubo oído las palabras que dijo María,
el Salvador manifestó por ella su gran misericordia. 21. Y dijo:
Pregunta lo que quieras preguntar, y yo te lo revelará claramente, sin
parábola. 22. Y cuando María escuchó las palabras del Salvador,
sintió un vivo júbilo y dijo: Señor, ¿cuánto es más grande el segundo
antepasado que el primero? 23. ¿Qué distancia los separa y cuánto es más grande su
luz? 24. Y Jesús respondió así a María, entre sus discípulos:
En verdad, en verdad, os digo que el segundo antepasado está alejado del
primero una distancia tal que ninguna medida puede expresarla. 25. Ni según
la altura y profundidad, ni según lo ancho y lo largo. 26. Y está
alejado a una distancia inmensa, que ninguna medida puede expresar, de los
ángeles, los arcángeles y los dioses. 27.
Y la superioridad de su luz es tal
que ninguna cifra puede computarla. 28.
Y el tercero, y el cuarto y el quinto
antepasado son, cada uno de ellos, tan superior al otro, que ninguna
superioridad puede serles comparada para dar la medida. 29. Y cada
uno posee respecto al otro una luz superior en un grado inexpresable. 30. Y cuando
Jesús hubo dicho estas frases a sus discípulos, Juan habló a Jesús. 31. Y dijo:
Señor y Salvador mío, permíteme que yo hable. 32. No te encolerices contra
mí si te pregunto con interés y celo, porque has prometido revelarnos cuanto te
preguntemos. 33. No nos ocultes nada, Señor, de las cosas que te
preguntemos. 34. Y Jesús, en su gran misericordia, contestó a Juan. 35. Y le
dijo: Tú también, querido Juan, eres bienaventurado. 36. Pregunta
lo que quieras, y yo te contestará francamente y sin parábolas. 37. Y te
instruiré en cuanto me preguntes con fervor y celo. 38. Y Juan
dijo a Jesús: Señor, aquel que haya recibido el misterio ¿quedará en el lugar
donde está, y no podrá ir a las otras regiones que están sobre él, ni descender
a las demás regiones que hay bajo él?
Jesús
revela a sus discípulos quién es el conocedor de todos los misterios
XXXV 1. Y Jesús,
contestando, dijo a Juan: Mis queridos y buenos discípulos, vosotros os
informáis de todo con fervor. 2. Escucha, Juan, lo que voy a decirte. 3. Todo el
que reciba el misterio de la luz permanecerá en el lugar en que ha recibido el
misterio. 4. Mas ninguno tendrá la facultad de elevarse a las
regiones que están encima de él. 5. Y el que haya recibido el misterio en la primera
disposición, tendrá la facultad de ir a los sitios que están bajo él, mas no a
los que están encima. 6. Y el que haya recibido el misterio del primer misterio
podrá ir a los lugares que están fuera del suyo, mas no a los que están sobre
el suyo. 7. Y éstos serán los que hayan recibido los misterios
superiores. 8. Y en verdad os digo que el hombre, que en la destrucción
del mundo será rey sobre todos los órdenes de los pleromas, y aquel que
recibirá el misterio del Inefable soy yo. 9. Él conoce el misterio en
virtud del cual ha sido hecha la luz y han sido hechas las tinieblas. 10. Y Él
conoce el misterio de la creación de las tinieblas de las tinieblas y de la luz
de las luces. 11. Y conoce el misterio de la creación del caos y de la
del tesoro de la luz. 12. Él conoce el misterio de la creación de la tierra de
la luz. 13. Y conoce el misterio de la creación de los castigos
reservados a los pecadores, y conoce el misterio de la regeneración del reino
de la luz. 14. Y conoce el misterio de por qué los pecadores han sido
creados y por qué han sido creados los dominios de la luz. 15. Y conoce
el misterio de por qué han sido hechos los impíos y por qué han sido hechos los
santos. 16. Y conoce el misterio de por qué se han hecho las penas
para los malvados y por qué han sido hechas todas las emanaciones de la luz. 17. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecho el pecado y de por qué han sido hechos los
bautismos y los misterios de la luz. 18.
Y conoce el misterio de por qué han
sido hechos los juegos del castigo y los chorros de la luz. 19. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecha la cólera y de por qué ha sido hecha la
paz. 20. Y por qué ha sido hecha la blasfemia y por que han
sido hechos los himnos de la luz. 21. Y conoce el misterio de por qué han sido hechas las
similitudes de la luz. 22. Y conoce el misterio de por qué ha sido hecha la
injuria y por qué ha sido hecha la bendición. 23. Y conoce el misterio de
por qué ha sido hecha la maldad. 24. Y el misterio de por qué ha sido hecha la muerte y de
por qué ha sido hecha la vivificación del alma. 25. Y conoce
el misterio de por qué han sido hechos el adulterio y el engaño y de por qué ha
sido hecha la pureza. 26. Y conoce el misterio por el que ha sido hecha la
gratitud y por el que ha sido hecha la ingratitud. 27. Y conoce
el misterio de por qué han sido hechos el orgullo y la soberbia y de por qué
han sido hechas la humildad y la dulzura. 28. Y conoce el misterio de
por qué ha sido hecho el llanto y por qué ha sido hecha la risa. 29. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecha la maledicencia y por qué ha sido hecho el
discurso provechoso. 30. Y conoce el misterio de por qué ha sido hecha la
obediencia y por qué ha sido hecha la resistencia. 31. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecha la murmuración y por qué han sido hechas
la sencillez y la humildad. 32. Y conoce el misterio de por qué ha sido hecha la
fuerza y de por qué ha sido hecha la debilidad. 33. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecha la pobreza y de por qué ha sido hecha la
opulencia. 34. Y conoce el misterio de por qué ha sido hecha la
dominación y por qué ha sido hecha la esclavitud. 35. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecha la muerte y de por qué ha sido hecha la
vida.
Jesús
sigue explicando a sus discípulos los misterios del Inefable
XXXVI 1. Y cuando
Jesús hubo dicho estas palabras a sus discípulos, ellos quedaron muy gozosos de
lo que les había comunicado. 2. Y Jesús siguió hablando, y les dijo: Queridos
discípulos míos, escuchad lo que os digo del conocimiento completo de los
misterios del Inefable. 3. El misterio del Inefable conoce por qué ha sido hecha
la severidad y por qué ha sido hecha la misericordia. 4. Conoce
por qué han sido hechos los reptiles y por qué deben ser destruidos. 5. Y conoce
por qué han sido hechos los animales y por qué deben ser destruidos. 6. Y conoce
por qué han sido hechos los rebaños y por qué han sido hechos los pájaros. 7. Y conoce
por qué han sido hechas las montañas y por qué lo han sido las piedras
preciosas que hay en ellas. 8. Y conoce por qué ha sido hecha la materia del oro y
por qué ha sido hecha la materia de la plata. 9. Y por qué ha sido hecha la
materia del aire y por qué ha sido hecha la materia del hierro. 10. Y por
qué ha sido hecha la materia del plomo y por qué ha sido hecha la materia del
vidrio y por que ha sido hecha la materia de la cera. 11. Y conoce
por qué han sido hechas las plantas y por qué han sido hechas sus materias. 12. Y conoce
por qué han sido hechas las aguas de la tierra y todas las cosas que en ellas
hay. 13. Y por qué la tierra misma ha sido hecha. 14. Y por
qué han sido hechos los mares y por que han sido hechos los animales que
habitan los mares. 15. Y conoce
por qué ha sido hecha la materia del mundo y por qué debe ser destruida. 16. Y Jesús
siguió hablando, y dijo a sus discípulos: Compañeros, discípulos y hermanos
míos. 17. Recogeos cada uno en vuestro espíritu, para que
obedezcáis a mi palabra y recojáis cuanto os voy a decir. 18. Porque a
partir de ahora, continuaré hablándoos de todas las ciencias del Inefable. 19. Porque
Él conoce el misterio de por qué ha sido hecho el oriente y por qué ha sido
hecho el occidente. 20. Y conoce el misterio de por qué ha sido hecho el
mediodía y por qué ha sido hecho el septentrión. 21. Y conoce
el misterio de la creación de los demonios y de la creación del género de los
hombres. 22. Y conoce el misterio de la creación del calor y de la
creación de la brisa. 23. Y conoce el misterio de la creación de las estrellas y
de la creación de las nubes. 24. Y conoce el misterio de por qué la tierra es profunda
y de por qué las aguas vienen a su superficie. 25. Y conoce
el misterio de por qué la tierra es árida y de por qué la lluvia cae sobre
ella. 26. Y conoce el misterio de por qué ha sido hecha la
sequía y por qué ha sido hecha la fertilidad. 27. Y conoce el misterio de
por qué ha sido hecha la helada y por qué el rocío. 28. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecho el polvo y de por qué ha sido hecho el
frescor. 29. Y conoce el misterio de por qué ha sido hecho el
granizo y de por qué ha sido hecha la nieve. 30. Y conoce el misterio de
por qué se ha hecho la tempestad que se remonta y el viento que se calma. 31. Y conoce
el misterio de por qué se ha hecho el ardor del calor y de por qué se han hecho
las aguas. 32. Y conoce el misterio de la creación del viento del
norte y del viento del sur. 33. Y conoce el misterio de la creación de las estrellas
del cielo y de los astros, y de todas sus revoluciones. 34. Y conoce
el misterio de la creación de los archones de las esferas, y de las esferas, y
de todas sus regiones. 35. Y conoce el misterio de la creación de los archones de
los eones y de la creación de los eones. 36.
Y conoce el misterio de la creación
de los archones que presiden los suplicios, y de la creación de los decanos. 37. Y conoce
el misterio de los ángeles y de la creación de los arcángeles. 38. Y conoce
el misterio de la creación de los señores y de la creación de los dioses. 39. Y conoce
el misterio de la creación del odio y de la creación del amor. 40. Y conoce
el misterio de la creación de la discordia y de la creación de la
reconciliación. 41. Y conoce el misterio de por qué ha sido hecha la
avaricia, y la renunciación a todo, y el amor. 42. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecha la gula y de por qué ha sido hecha la
saciedad. 43. Y conoce el misterio de por qué ha sido hecha la
impiedad y por qué ha sido hecho el amor a Dios. 44. Y conoce
el misterio de por qué han sido hechos los guardianes y por qué han sido hechos los salvadores. 45. Y conoce
el misterio de por qué han sido hechas las tres potencias y por qué han sido
hechos los invisibles. 46. Y conoce el misterio de por qué han sido hechos los
antepasados y por qué han sido hechos los puros. 47. Y conoce
el misterio de por qué han sido hechos los presuntuosos y por qué han sido
hechos los fieles. 48. Y conoce el misterio de por qué ha sido hecho el gran
triple poder y por qué ha sido hecho el gran antepasado de los invisibles. 49. Y conoce
el misterio de por qué ha sido creado el decimotercero eón y por qué han sido
creadas las regiones que pertenecen al medio. 50. Y conoce el misterio de
por qué han sido hechos los ángeles del medio y las vírgenes de la luz. 51. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecha la tierra de la luz y por qué ha sido
creado el patrimonio de la luz. 52. Y conoce el misterio de por qué han sido creadas las
regiones de los guardianes de los que están a la derecha y por qué han sido
hechos sus jefes. 53. Y conoce el misterio de por qué han sido hechas las
puertas de la vida y de por qué ha sido hecho Sabaoth el bueno. 54. Y conoce
el misterio de por qué ha sido hecha la región de los que están a la derecha y
de por qué ha sido hecha la tierra de luz, que es el tesoro de la luz. 55. Y conoce
el misterio de por qué han sido hechas las emanaciones de la luz y por qué han
sido hechos los doce salvadores. 56. Y conoce el misterio de por qué han sido hechas las
tres puertas del tesoro de la luz y por qué han sido creados los nueve
guardianes. 57. Y Él conoce también el misterio relativo al por qué
han sido creados los salvadores gerudos y por qué han sido hechos los tres amén.
58. Y conoce el misterio de cómo han sido hechos los cinco
árboles, y cómo han sido hechos los siete amén. 59. Y conoce
el misterio de cómo ha sido hecha la mezcla que no existía, y de cómo ha sido
purificada.
Jesús
contesta a una nueva observación de María Magdalena
XXXVII 1. Y dijo
luego Jesús: Esforzaos todos vosotros en comprender. 2. Y
procurad tener en vuestro interior la fuerza de luz precisa para someteros. 3. Porque
desde ahora os hablaré de las regiones que habita la verdad del Inefable y de
cómo esos parajes son. 4. Y al oír los discípulos estas palabras, quedaron
silenciosos. 5. Y María Magdalena se adelantó y se prosternó a los
pies de Jesús. 6. Y los adoró, llorando, y dijo: Ten piedad de mí,
Señor. 7. Porque mis hermanos se han conturbado cuando has dicho
que les ibas a dar conocimiento del misterio del Inefable, y por eso han
guardado silencio. 8. Y Jesús tranquilizó a sus discípulos. 9. Y les
dijo: No temáis no poder comprender los misterios del Inefable. 10. Porque
os digo en verdad que este misterio está en vosotros y en todo el que os
obedezca. 11. Y en verdad os digo que, para todo el que se consagre
a Dios y renuncie al mundo y a lo que en él se halla, este misterio es más
sencillo que todos los misterios del reino de la luz, y más fácil de comprender
que cualquiera de ellos. 12. Porque
aquel que renuncie a este mundo y a sus afanes entrará en conocimiento de este
misterio. 13. Y por eso os he dicho: Y quienquiera que sufra bajo
las fatigas del mundo y trabaje bajo su peso que venga a mí y yo le daré el
reposo. 14. Porque mi fardo es ligero y mi yugo suave. 15. No
penséis, pues, que no habéis de comprender este misterio. 16. Porque
en verdad os digo que la comprensión de este misterio es más sencilla que la
comprensión de los otros misterios. 17.
Y os digo que en verdad este misterio
está en vosotros y en cuantos renuncien al mundo y a lo que en él se encierra. 18. Escuchadme,
pues, discípulos, amigos y hermanos. 19.
Porque os voy a conducir al
conocimiento del misterio del Inefable. 20.
Puesto que yo he venido para traeros
el conocimiento completo de la emanación del universo. 21. Porque
la emanación del universo es el conocimiento de este misterio. 22. Y cuando
el número total de las almas justas se complete y el misterio se cumpla, yo pasaré
mil años, según el cómputo de los años de la luz, reinando sobre los próbolos
de la luz, y sobre el conjunto de las almas de los justos que hayan recibido
todos los misterios.
Jesús
explica a sus discípulos el signo de los años de luz
XXXVIII 1. Y cuando
Jesús hubo acabado de decir estas frases a sus discípulos, María Magdalena se
adelantó. 2. Y dijo: Señor, ¿cuántos años terrestres comprende un
año de luz? 3. Y Jesús contestó y dijo a María: Los días de la luz
son mil años del mundo de los hombres. 4.
Y treinta y seis miríadas y media de
años terrestres son un año de luz. 5. Y yo reinaré durante mil años de luz como rey en el
último misterio. 6. Y seré rey sobre todos los próbolos de la luz y sobre
todas las almas justas que hayan recibido los misterios de la luz. 7. Y
vosotros, discípulos míos, así como cuantos hayan recibido el misterio del
Inefable, estaréis a mi izquierda y a mi derecha. 8. Y seréis
reyes, en mi reino, y cuantos hayan recibido los tres misterios de los cinco
misterios del Inefable serán reyes con vosotros en el reino de la luz. 9. Y los que
hayan recibido los misterios brillantes serán reyes en las regiones brillantes.
10. Y los que hayan recibido los misterios inferiores serán reyes en las
regiones inferiores. 11. Y todos, según la categoría del misterio que hayan
recibido.
Jesús
explica a su auditorio el modo de alcanzar los misterios de la luz
XXXIX 1. Iesús
prosiguió hablando. 2. Y dijo a sus discípulos: Cuando yo venga en la luz
para predicar a todo el mundo, decidles: No dejéis noche ni día de buscar hasta
que hayáis encontrado los misterios del reino de la luz. 3. Porque
ellos os purificarán y os llevarán al reino de la luz. 4. Y
decidles: renunciad al mundo y a cuanto hay en él. 5. Y a todas
sus sevicias, y a todos sus pecados, y a todas sus gulas. 6. Y a sus
discursos todos, y a cuanto hay en él, para que seáis dignos de los misterios
de la luz. 7. Y para que seáis preservados de los suplicios
reservados a aquellos que se han separado de los buenos. 8. Y
decidles: Renunciad a la murmuración, para que seáis preservados del ardor de
la boca del can. 9. Y decidles: Renunciad a la obediencia, para que seáis
librados del ardor de la boca del can. 10.
Decidles: Renunciad al juramento,
para que seáis dignos de los misterios de la luz. 11. Y para
que seáis librados de los suplicios de Ariel. 12. Decidles: Renunciad a la
lengua embustera, para que seáis dignos de los misterios de la luz. 13. Y para
que seáis preservados de los ríos ardientes de la boca del can. 14. Decidles
también: Renunciad a los falsos testigos, para que seáis dignos de los
misterios de la luz. 15. Y para que seáis librados y preservados de los ríos
ardientes de la boca del can. 16. Decidles: Renunciad al orgullo y a la vanidad, para
que seáis dignos de los misterios de la luz. 17. Y para que seáis
preservados de los abismos de fuego de Ariel. 18. Y decidles: Renunciad al
amor propio, para que seáis dignos de los misterios de la luz. 19. Y para
que seáis salvados de los suplicios del infierno. 20. Renunciad
a la elocuencia, para que seáis dignos de la luz. 21. Y para
que seáis preservados de las llamas del infierno. 22. Renunciad
a los malos pensamientos, para que seáis dignos de los misterios de la luz. 23. Y para
que se os preserve de los tormentos del infierno. 24. Renunciad
a la avaricia, para que seáis dignos de los misterios de la luz. 25. Y para
que se os libre de los arroyos de humo de la boca del can. 26. Renunciad
al amor del mundo, para que seáis dignos de los misterios de la luz. 27. Y para
que seáis salvados de las vestes de pez y de las llamas de la boca del can. 28. Renunciad
a las rapiñas, para que seáis dignos de los misterios de la luz. 29. Y para
que seáis preservados de los arroyos de Ariel. 30. Renunciad
a las malas palabras, para que seáis dignos de los misterios de la luz. 31. Y para
que seáis salvados de los suplicios del río de humo. 32. Renunciad
al engaño, para que seáis dignos de los misterios de la luz. 33. Y para
que seáis preservados de los mares de fuego de Ariel.
Jesús
continúa predicando a sus discípulos
XL 1. Renunciad
a la crueldad, para que seáis dignos del misterio de la luz. 2. Y para
que seáis preservados de los suplicios de las fauces de los dragones. 3. Renunciad
a la cólera, para que seáis dignos de los misterios de la luz. 4. Y para
que seáis librados de los ríos de humo de las fauces de los dragones. 5. Renunciad
a la desobediencia, para que seáis dignos de los misterios de la luz. 6. Y para
que seáis preservados de Jaldabaóth y de los ardores del mar de fuego. 7. Renunciad
a la cólera, para que seáis dignos del misterio de la luz. 8. Y para
que seáis preservados de los demonios de Jaldabaôth y de todos sus suplicios. 9. Renunciad
al adulterio, para que seáis dignos del misterio de la luz. 10. Y para
que seáis preservados del mar de azufre y de la fauce de león. 11. Renunciad
a los homicidios, para que seáis dignos de los misterios de la luz. 12. Y para
que seáis preservados del archón de los cocodrilos, que es la primera de las
criaturas que están en las tinieblas exteriores. 13. Renunciad
a las obras perversas e impías, para que seáis dignos del misterio de la luz. 14. Y para
que seáis preservados de los archones de las tinieblas exteriores. 15. Renunciad
á la impiedad, para que seáis dignos de los misterios de la luz. 16. Y para
que seáis preservados del llanto y del rechinar de dientes. 17. Renunciad
a los envenenamientos, para que seáis dignos de los misterios de la luz. 18. Y para
que seáis salvados de la gran helada y el granizo de las tinieblas exteriores. 19. Renunciad
a las blasfemias, para que seáis dignos de los misterios de la luz. 20. Y para
que seáis defendidos contra el gran dragón de las tinieblas exteriores. 21. Renunciad
a las malas doctrinas, para que seáis dignos de los misterios de la luz. 22. Y para
que seáis preservados de todos los suplicios del gran dragón de las tinieblas
exteriores. 23. Y decid a quienes predican y a quienes escuchan malas
doctrinas: ¡Malhaya vosotros! 24. Porque si no os arrepentís de vuestra malicia, caeréis
en los tormentos rigurosísimos del gran dragón y de las tinieblas exteriores. 25. Y nada
en el mundo os rescatará hasta la eternidad. 26. Sino que seréis sin
existencia hasta el fin. 27. Y decid a quienes descuidan la doctrina de la verdad
del primer misterio: ¡Malhaya vosotros! 28.
Porque los suplicios que habéis de
experimentar superarán a los que experimenten los demás hombres. 29. Y
permaneceréis entre la nieve, en medio de los dragones, en las tinieblas
exteriores. 30. Y nada podrá rescataros hasta la eternidad. 31. Y
decidles: Amad a todos los hombres. 32.
Para que seáis dignos del misterio de
la luz y para que os elevéis en el reino de la luz. 33. Sed
dulces, para que podáis recibir el misterio de la luz y elevaros al misterio de
la luz. 34. Asistid a los pobres y a los enfermos, para que os
hagáis dignos de recibir el misterio de la luz y os podáis elevar al reino de
la luz. 35. Amad a Dios, para recibir el misterio de la luz y
llegar al reino de la luz. 36. Sed caritativos, para que recibáis el misterio y
lleguéis al reino de la luz. 37. Sed santos, para recibir el misterio de la luz y
elevaros al reino de la luz. 38. Renunciad a todo, para ser dignos del misterio de la
luz y elevaros al reino de la luz. 39.
Porque éstas son las vías de los que
se hacen dignos del misterio de la luz. 40.
Y cuando halláis hombres que
renuncien a cuanto constituye el mal y practiquen lo que yo digo, transmitidles
los misterios de la luz, sin ocultarles nada. 41. Y cuando fuesen
pecadores, y cometiesen los pecados y faltas que os he enumerado, dadles
también los misterios, para que se conviertan y hagan penitencia, y no les
ocultéis nada. 42. Porque yo he traído los misterios a este mundo para
remitir cuantos pecados han sido cometidos desde el principio. 44. Y por
eso os he dicho que no he venido para llamar a los justos. 45. Yo he
traído los misterios para remitir los pecados de todos, y para que todos sean
llevados al reino de la luz. 46. Porque estos misterios son un don del primer misterio
para borrar los pecados de todos los pecadores.
Palabras
de Jesús sobre el perdón de los pecados
XLI 1.Y cuando
Jesús hubo dicho estas palabras a sus discípulos, María le preguntó: Mi Señor y
Salvador, ¿los hombres justos de toda justicia, y en quienes no hay ningún
pecado, sufrirán o no los suplicios de que nos hablaste? 2. ¿Será
este hombre admitido, o no, en el reino de los cielos? 3. Y el
Salvador contestó a María: El hombre justo, del todo perfecto, limpio de
pecado, y que no haya recibido ningún misterio de la luz, cuando llegue su hora
y salga del mundo, será puesto en poder de los satélites de una gran triple
potencia. 4. Y se apoderarán de su alma, y durante tres días
recorrerán con ella el mundo, y el tercero la llevarán al caos, para conducirla
al lugar de todos los suplicios. 5. Y Juan se adelantó y dijo: Señor, si un consumado
pecador renuncia a todo por el reino de los cielos, y renuncia a todo pecado, y
sabemos que ama a Dios, y le damos los misterios, y recae en sus pecados, y
vuelve a hacer penitencia, ¿es tu voluntad que le remitamos siete veces sus
faltas y le demos siete veces los misterios del primer orden? 6. Y el
Señor contestó a Juan: En verdad os digo que no siete veces, sino que le
remitáis sus pecados muchas veces siete veces, dándole todas ellas los
misterios desde el comienzo hasta lo extremo de lo exterior. 7. Porque
así podréis ganar el alma de nuestro hermano y darle posesión del reino de la
luz. 8. Y cuando me habéis interrogado diciendo si podéis
perdonar los pecados hasta siete veces, yo os he respondido en parábola. 9. Y os he
dicho. Perdonadle los pecados no siete veces, sino setenta y siete veces. 10. Perdonadle,
pues, muchas veces, para que reciba otras tantas los misterios y pueda salvarse
el alma de ese hermano. 11. Porque en verdad os digo que el que haya vivificado un
alma la conservará para su luz en el reino de la luz. 12. Y
recibirá más gloria por el alma que haya salvado, y quien haya salvado muchas
almas haciéndoles entrar en la gloria de su gloria tendrá tanta más gloria
cuantas más almas haya salvado. 13. Y cuando el Salvador habló así, Juan le preguntó: Y si
mi hermano, que es un gran pecador, renuncia al mundo y a sus vanidades, ¿cómo
sabremos que no es hipócrita? 14. ¿Y cómo sabremos que es sincero para conocer si le
podemos dar los misterios de segunda y tercera categoría, y si podemos darle
todos los misterios para que participe del reino de la luz? 15. Y el
Salvador contestó a Juan, rodeado de todos sus discípulos. 16. Y le
dijo: Si conocéis de un modo seguro que ese hombre ha renunciado al mundo y a
sus pecados, y que no es mentiroso ni hipócrita, y que ama sinceramente a Dios,
no le ocultéis los misterios y hacedlo conocer los de segundo y tercer grado. 17. Hacedlo
participar de los misterios de que lo creáis digno, y cuando le hayáis
comunicado los misterios del grado tercero y segundo, si recae en el pecado, no
continuéis comunicándoselos. 18. Porque os digo en verdad que el hombre que haya
recibido estos misterios y peque sufrirá una sanción rigurosa. 19. Porque
será objeto de escándalo y no habrá para él desde entonces redención de su alma
en este mundo. 20. Sino que su morada estará en la puerta de los
dragones, en las tinieblas exteriores, allí donde es el llorar y el rechinar de
dientes. 21. Y en la destrucción del mundo, su alma será
atormentada por un hielo frigidísimo y un ardor cruel. 22. Y
permanecerá sin existencia hasta la eternidad. 23. Mas si
este hombre se convierte de nuevo y renuncia al mundo y a sus pecados, y tiene
gran arrepentimiento y penitencia, la misericordia se tenderá sobre él. 24. Y su
penitencia le será admitida en remisión de sus pecados. 25. Para que
consiga el misterio del primer misterio y hasta el misterio del Inefable. 26. Y verá
sus pecados remitidos, porque estos misterios son piadosos y perdonan el pecado
en toda hora.
Jesús
expone a sus discípulos el modo de comunicar los misterios y de retirar su
conocimiento a los que de ellos no son dignos
XLII 1. Y Juan,
cuando hubo hablado así el Salvador, continuó interrogándolo. 2. Y le
dijo: Señor, no te incomodes contra mí por mi celo. 3. Mas yo
quiero saber cómo hemos de obrar con los hombres de este mundo. 4. Y el
Salvador repuso a Juan: Pregunta lo que quieras, y yo te contestaré claramente
y sin parábolas. 5. Y dijo Juan: Cuando entremos en una ciudad o aldea
para predicar y sus vecinos vengan a nosotros, nosotros no sabremos si vienen
con falacia o hipocresía. 6. Y si nos llevan a sus casas y desean recibir a Dios y
conocer sus misterios, ¿qué haremos si averiguamos que no han hecho nada digno
de los misterios, o que se comportan pérfidamente con nosotros? 7. Y el
Salvador dijo contestando a Juan: Si entráis en una ciudad o en una aldea, y os
conducen a alguna casa, reveladles los misterios. 8. Y si son
dignos de ellos, ganaréis sus almas para el reino de la luz. 9. Y si no
lo son, u obrasen pérfidamente con vosotros, elevad la voz hacia el primer
misterio. 10. Y decid: Nosotros hemos revelado el misterio a almas
impías y pérfidas. 11. Vuelve el misterio a nosotros, y prívalas hasta la
eternidad del misterio de tu reino. 12.
Y sacudid el polvo de vuestros pies,
y decid: Que vuestras almas se sumerjan en el polvo de vuestra casa. 13. Y os
digo en verdad que los misterios que les hubieseis dado volverán a vosotros. 14. Y cuantos
misterios y palabras les comunicaseis antes les serán quitados. 15. Porque
ya os hablé en parábola de hombres así. 16.
Cuando os dije: Dondequiera que
vayáis y se os reciba, decid: La paz sea con vosotros. 17. Y si
ellos son dignos de la paz, la paz será con ellos y, si no, volverá sobre
vosotros. 18. Y si les dieseis los misterios del reino de la luz y
ellos obrasen falsamente con vosotros, efectuad el primer misterio del primer
misterio, y los misterios que les hubieseis transmitido volverán a vosotros. 19. Y ellos
quedarán privados del tesoro de la luz hasta la eternidad. 20. Y os
digo en verdad que su morada será en la puerta de los dragones de las tinieblas
externas. 21. Mas si hacen penitencia, y renuncian al mundo, y a su
materia, y a sus pecados, y se someten a los misterios de la luz, sus pecados les
serán remitidos. 22. Porque los oirá el misterio único del Inefable, que
tiene piedad de todos y perdona los pecados de todos.
Jesús
contesta a las preguntas de sus discípulos sobre la distinción entre justos y
pecadores
XLIII 1. Y cuando
Jesús acabó de decir estas frases a sus discípulos, María se prosternó a los
pies de Jesús. 2. Y los abrazó y le dijo: Señor, perdóname y no te
irrites si te incomodo. 3. Y el Salvador contestó a María: Pregunta lo que
quieras preguntar. 4. Porque yo te lo revelaré claramente. 5. Y María
dijo: Señor: si un hermano es santo y bueno y ha recibido todos los misterios,
y tiene un hermano pecador e impío, y éste sale del mundo y el hermano bueno se
aflige de que su hermano esté en el lugar de los tormentos y los suplicios,
¿qué haremos, Señor, hasta que sea retirado del lugar de las torturas? 6. Y el
Salvador dijo: Ya os be hablado de lo que debéis hacer. 7. Mas
escuchad y os lo diré de nuevo, para que seáis perfectos en todos los misterios
y los hombres os llamen perfectos en todo. 8. Cuando queráis que un
hombre, pecador o no, salga de los suplicios terribles, y que sea transportado
a un cuerpo justo para que reciba el misterio de la divinidad y se eleve a las
regiones superiores para participar en el reino de la luz, practicad el tercer
misterio del Inefable. 9. Y decid: Toma el alma de ese hombre en el que nuestro
espíritu piensa. 10. Y sácala de los suplicios de los archones y elévala
con presteza al templo de la luz. 11. Y en el templo de la luz, márcala de un sello
brillante y ponla en un cuerpo justo y bueno, para que se eleve a las regiones
superiores y participe del reino de la luz. 12. Y os digo en verdad que,
cuando así hayáis dicho, los espíritus que presiden los suplicios en las
regiones de los archones se contendrán. 13.
Y transmitirán su alma al templo de
la luz para que sea marcada con los signos del reino del Inefable. 14. Y la
entregarán a sus satélites, y la conducirán al cuerpo de un justo. 15. Y
hallará los misterios de la luz, para que sea buena, y se eleve a las regiones
superiores y participe del reino de la luz. 16. Y ésta es la contestación
a lo que me habéis preguntado.
Jesús
promete a todos los hombres la resurrección de entre los muertos
XLIV 1. Y María
contestó al Salvador, y le dijo: Señor: tú no has traído los misterios a este
mundo para que el hombre no sufriese la muerte que le tienen predestinada los
archones de la Heimarméné. 2. Porque si un hombre ha sido destinado a morir por el
hierro, o en el agua, o por las calamidades del mundo, o de cualquier forma
violenta, tú no has traído los misterios para evitar que el hombre muera así,
sino de una muerte súbita, sin el dolor de su género de muerte. 3. Puesto
que muchos nos perseguirán por ser tus discípulos y nos atormentarán por ti. 4. Y, si nos
maltratan y afligen, ¿hemos de ejercer los misterios para salir de nuestro
cuerpo sin experimentar ningún dolor? 5.
Y el Salvador, en respuesta, dijo a
todos sus discípulos: Ya os he hablado antes de esto que me preguntáis, mas os
lo diré otra vez. 6. No sólo
vosotros, mas todo hombre que cumpla el primer misterio del primer misterio del
Inefable, recorrerá todas las regiones y todas sus estaciones. 7. Y cuando
haya cumplido ese misterio y recorrido todas las regiones, será preservado de
todas las cosas que le hayan destinado los archones de la Heimarméné. 8. Y saldrá
del cuerpo de la materia de los archones y todas las regiones de la luz, hasta
que llegue a las regiones del reino de la luz. 12. Sino por
todas estas cosas, para que cuando lleguemos a las tierras de los hombres y no
tengan fe en nosotros, y no escuchen nuestras palabras, practiquemos el
misterio para que ellos Conozcan la verdad y sepan las palabras del universo. 13. Y el Salvador
contestó a María entre sus discípulos: Ya os he hablado sobre todas las cosas
que me preguntáis. 14. Mas yo os repetirá mis palabras. 15. Escucha,
María: te digo en verdad que no sólo Vosotros, sino todos los hombres pueden
cumplir el misterio de la resurrección de entre los muertos. 16. Para
curarse de la posesión de los demonios y de toda aflicción y enfermedad. 17. Y para
curar a los cojos, y a los mutilados, y a los mudos, y a los paralíticos. 18. Porque
os he dicho antes que era preciso practicar el misterio para poder cumplir
estas cosas. 19. Y vosotros obtendréis la pobreza y la opulencia, la
salud y la enfermedad, la debilidad o el vigor, si la pedís. 20. E
igualmente podréis sanar a los enfermos y resucitar a los muertos, y curar a
los cojos y ciegos y mudos, y toda enfermedad o aflicción. 21. Porque a
quien haya ejercido el misterio todas las cosas le serán concedidas.
Jesús
sigue instruyendo a sus discípulos
XLV 1.Y cuando
el Salvador hubo dicho estas cosas, todos los discípulos lanzaron gritos,
diciendo: Señor, tú nos has herido de locura con las cosas que nos has dicho. 2. Y
nuestras almas quieren salir de nosotros para ir a ti, ya que nosotros venimos
de ti. 3. Nuestras almas han quedado como sin sentido por las
cosas que nos has dicho. 4. Y nos atormentan grandemente, porque quieren salir de
nosotros para ir a las regiones superiores que son tu reino. 5. Y cuando
los discípulos hablaron así, el Salvador prosiguió dirigiéndose a ellos y les
dijo: Cuando lleguéis a ciudades o países, saludad a los habitantes. 6. Y
decidles así: Buscad siempre sin cesar, hasta que halléis los misterios de la
luz, que os conducirán al reino de la luz. 7. Y decidles: Guardaos de
las doctrinas oscuras. 8. Porque muchos irán en mi nombre diciendo: yo soy y no
soy, y así engañarán a muchos hombres. 9.
Y para que todos los hombres que se
lleguen a vosotros tengan fe y sean dignos del misterio de la luz, dadles los
misterios de la luz. 10. Y no les ocultáis nada, y al que sea digno del
misterio máximo, dádselo, y al que sea digno del misterio menor, dádselo
también. 11. Mas el misterio de la resurrección de los muertos y de
la curación de los enfermos, no se los deis a todos. 12. Sino dad
la doctrina, porque ese misterio pertenece a los archones 13. No lo
deis, pues, a todos, hasta que hayáis consolidado la fe en todo el mundo. 14. Para que
cuando lleguéis a una ciudad y no tengan fe en vosotros, resucitéis a los
muertos y curéis a los ciegos y a los cojos, y todas las enfermedades, para que
crean en vosotros cuando prediquéis al Dios del Universo. 15. Y por
eso os he dado ese misterio, hasta que consolidéis la fe en todo el mundo.
Jesús
describe a sus discípulos las tinieblas exteriores
XLVI 1. Y María
siguió hablando a Jesús. 2. Y le dijo: Señor, ¿cómo son las tinieblas exteriores? 3. ¿Y
cuántos son los lugares de tormento que contienen? 4. Y Jesús
contestó: Las tinieblas exteriores son un gran dragón. 5. Y su cola
está dentro de su garganta, y está fuera del mundo, y lo rodea. 6. Y
contiene gran número de lugares de tortura, que están comprendidos en doce
divisiones, consagradas a terribles suplicios. 7. Y cada
una de esas divisiones es un archón, y las figuras de estos archones son
distintas, y se transforman adoptando diversas figuras. 8. Y el
primer archón preside la primera división y tiene forma de cocodrilo. 9. Y su cola
entra en su garganta, y de su boca salen el hielo, la peste, el frío de la
fiebre y toda clase de enfermedades. 10.
Y el verdadero nombre que tiene en el
lugar que habita es Enchtonin. 11.
Y el archón de la segunda división
tiene forma de perro y se llama en el sitio que habita Xhurakhar. 12. Y el
archón de la tercera división tiene forma de gato y se llama en el sitio que
habita Arkharôth. 13. Y el archón de la cuarta división tiene aspecto de
serpiente y se llama en donde reside Akrôkar. 14. Y el
archón de la quinta división tiene forma de un ternero negro y se llama Markhour.
15. Y el de la sexta división se llama Lamkhamôr. 16. Y el
archón de la séptima división tiene figura de oso, y se llama Lokhar. 17. Y el de
la octava división tiene forma de murciélago y se llama Lavaokh. 18. Y el
archón de la novena división tiene figura de basilisco y se denomina Arkheôkh.
19. Y en la décima división hay gran número de dragones, que tiene
cada uno siete cabezas, y su jefe se llama Xarnarôkh. 20. Y en la
oncena división hay también muchos dragones, que tienen cada uno siete cabezas
de gato, y su jefe es un archón que se llama Rokhar. 21. Y en la
duodécima división hay muchos más archones que en las otras, y cada uno tiene
siete cabezas de perro. Y su jefe se llama Khrêmaôr. 22. Y éstos
son los archones de las doce divisiones que hay en el gran dragón, que
constituye las tinieblas exteriores. 23.
Y cada uno cambia de nombre y de
figura de hora en hora. 24. Ycada división tiene una puerta, que se abre hacia
arriba, y el dragón de las doce tinieblas exteriores, que se compone de doce
divisiones, se convierte en rey de cada una cada vez que se abre hacia arriba. 25. Y un
ángel de las regiones superiores vigila sobre la puerta de cada unade estas
doce divisiones. 26. Y ha sido colocado allí por el eón el primer hombre,
el guardián de la luz, para que el dragón y todos los archones permanezcan en
los lugares que les han sido asignados.
Jesús
explica a sus discípulos los tormentos del gran dragón de las tinieblas
exteriores
XLVII 1. Y cuando el Salvador hubo hablado así, María Magdalena
le dijo: Señor, ¿las almas conducidas a esos lugares han de pasar por esas doce
puertas para sufrir los tormentos que merecen? 2. Y el
Salvador contestó a María: Ningún alma es conducida hacia el dragón por esas
puertas, no siendo las almas de los blasfemos y de los que siguen una doctrina
falsa. 3. Y de los que enseñan a mentir, y las de los que pecan
contra natura, y las de los hombres manchados de vicios y enemigos de Dios. 4. Y las de
todos los impíos, adúlteros y envenenadores. 5. Porque todas las almas de
esos pecadores, si no han hecho penitencia en este mundo, y han persistido en
su pecado, cuando se cumpla su hora, serán conducidas por la puerta de la cola
del dragón a las tinieblas exteriores. 6.
Y cuando hayan sido llevadas a las
tinieblas exteriores por la puerta de su cola, colocará la cola en su boca,
para cerrar la puerta. 7. Y de este modo serán llevadas las almas a las
tinieblas exteriores. 8. Y los doce nombres del dragón están escritos en las
puertas de las distintas divisiones. 9.
Y estos nombres son diferentes, y
alternan entre ellos para que quien diga un nombre diga los doce. 10. Y éstas
son las tinieblas exteriores, que son las mismas que las del dragón. 11. Y cuando
el Salvador hubo hablado, María le replicó: Señor, ¿son más terribles los
tormentos del dragón que todos los demás que existen? 12. Y el
Salvador contestó a María: Esos tormentos son los mayores que existen. 13. Mas las
almas que vayan a esos lugares serán atormentadas también por un frío riguroso
y un fuego violentísimo. 14. Y dijo María: ¡Desventuradas almas de los pecadores! 15. Mas
dinos, Señor, ¿qué fuego es más violento, el del infierno o el del mundo? 16. Y el
Salvador contestó a María: En verdad te digo que el fuego del infierno es nueve
veces más ardiente que el fuego del mundo. 17. Y el fuego de los
suplicios del gran caos es nueve veces más ardiente que el del infierno. 18. Y el
fuego del tormento de los archones en el camino del medio es nueve veces más
ardiente que el de los suplicios del gran caos. 19. Y el
fuego del dragón de las tinieblas exteriores y de los lugares de castigo que
hay en él es siete veces más terrible que el fuego de los tormentos de los
archones del medio.
Diálogo
entre María y Salomé
XLVIII 1. Y luego
que el Salvador hubo dicho esto a María, ella se hirió el pecho y lloró. 2. Y
lloraron también todos los discípulos y decían: ¡Desgraciados los pecadores! 3. Porque su
castigo es muy grande. 4. Y Salomé se levantó y dijo: Señor, tú nos has dicho:
Quien no deje a su padre y a su madre para seguirme no es digno de mí. 5. Y nos has
dicho después: Abandonad a vuestros padres para que yo os haga hijos del primer
misterio hasta la eternidad. 6. Mas, Señor, está escrito en la ley de Moisés que el
que abandone a sus padres debe morir. 7.
¿Es, pues, contrario a la ley lo que
tú nos enseñas? 8. Y cuando
Salomé hubo dicho estas palabras, María Magdalena, inspirada por la fuerza de
luz que había en ella, dijo al Salvador: 9.
Señor, permíteme que hable a mi
hermana Salomé para explicarle tus palabras. 10. Y el Salvador contestó a
María: Yo te permito, María, explicar mis palabras a Salomé. 11. Y cuando
el Salvador habló así, María fue hacía Salomé. 12. Y le
dijo: Hermana Salomé, tú has citado la ley de Moisés, que dice que debe morir
quien abandona a sus padres. 13. Mas la ley se refiere a los cuerpos y no al alma. 14. Y la ley
no se refiere a los hijos de los archones, sino que lo dice de la fuerza salida
del Salvador y que está hoy en nosotros. 15.
Y dice la ley: Quien esté fuera del
Salvador y de sus misterios morirá de muerte y perecerá en su maldad. 16. Y cuando
María habló así, Salomé se volvió a María. 17. Y dijo Salomé: La
potencia del Salvador basta para igualarme a ti en inteligencia. 18. Y
ocurrió que cuando el Salvador oyó las palabras de María la felicitó
grandemente.
Jesús
habla a sus discípulos sobre el modo de elegir entre las doctrinas verdaderas y
las falsas
XLIX 1. Y el
Salvador siguió hablando entre sus discípulos. 2. Y dijo a
María: Escucha, María, cuál es el estado del hombre hasta que comete un pecado.
3. Los archones de las potencias perversas combaten contra el alma constantemente.
4. Y la hacen cometer todos los pecados. 5. Y llaman al enemigo del
alma y le dicen: Si el alma sale otra vez del cuerpo, no la perdones. 6. Mas
condúcela a todos los lugares de tortura, pues que ha incurrido en todos los
pecados que tú la has hecho cometer. 7.
Y cuando Jesús habló así, María le
dijo: Señor, ¿cómo sabrán los hombres que buscan la luz si las doctrinas que
encuentran son engañadoras o no? 8. Y contestó el Salvador: Ya os lo he dicho. 9. Sed como
buenos cambiantes. Aceptad la buena moneda y rechazad la falsa. 10. Y decid
a los hombres que buscan a Dios: Si sopla el aquilón, ya sabéis que es frío lo
que se sentirá. 11. Y si sopla el viento oeste, ya sabéis que vendrán el
calor y la sequía. 12. Decid, pues, a esos hombres justos: Si conocéis los
signos de los vientos, conoceréis también si las palabras que halléis buscando
a Dios concuerdan y armonizan con las que yo os he dicho, desde los dos
martirios al tercer testimonio. 13. Y las que concuerden en la constitución del cielo, y
del aire, y de la tierra, y de los astros. 14. Y en todas las cosas que
la tierra contiene, y en las aguas, y en las cosas que contienen las aguas. 15. Y en la
constitución de los cielos, y de los astros, y de los círculos, y de cuanto se
encierra en el mundo. 16. Y los que vengan hacia vuestras palabras verán que
concuerdan con cuantas os he dicho. 17.
Y yo recibiré a los que nos
pertenecen. 18. Y esto es lo que diréis a los hombres para que se
defiendan de las falsas doctrinas. 19. Porque
yo he venido al mundo para redimir a los pecadores de sus pecados. 20. Y no por
los hombres que no han hecho mal ni pecado ninguno. 21. Y que
encontrarán los misterios que yo he querido que fuesen consignados en el libro
de Jeü. 22. Para que Enoch escribiese en el paraíso, cuando yo le
hablaba del árbol de la ciencia y del árbol de la vida. 23. Y he
querido que él los pusiese en la piedra de Ararad. 24. Y he
puesto el archón Calapaturoth que está sobre el Skemmuth, donde está el pie de
Jeü. 25. Y rodea todos los archones y las Heimarménés. 26. Y he
puesto a este archón para que guarde los libros de Jeü, para impedir que nadie
los destruya. 27. Y para que ninguno de los archones envidiosos destruya
los que yo os daré y en los que os diré la emanación del universo.
María
interroga a Jesús sobre el destino de las almas antes de venir él al mundo
L 1. Cuando el
Salvador hubo hablado así, María le preguntó: 2. Señor, ¿qué hombre hay en
el mundo que esté limpio de todo pecado? 3.
Porque si ha evitado una falta, caerá
en otra, y no podrá encontrar los misterios en el libro de Jeü. 4. Y no
habrá en el mundo hombre del todo exento de pecado. 5. Y el
Salvador contestó a María: Encontraréis uno entre mil, y dos entre diez mil,
por la consumación del misterio del primer misterio. 6. Y por
esto yo he traído los misterios, porque todos en el mundo están bajo el pecado
y necesitan del don de los misterios. 7.
Y María dijo al Salvador: Señor,
¿antes que tú vinieses a la región de los archones y al mundo, no había llegado
ningún alma a la luz? 8. Y el Salvador contestó a María: En verdad, en verdad
os digo que antes que yo viniese ningún alma había llegado a la luz. 9. Y ahora
que yo he venido, he abierto los caminos de la luz, y los que sean dignos de
los misterios recibirán el misterio para llegar a la luz. 10. Y María
dijo: Señor, yo creía que los profetas habían alcanzado la luz. 11. Y el
Señor respondió a María: En verdad, en verdad te digo que ninguno de los
profetas ha llegado a la luz. 12. Sino que los archones de los eones les han hablado
desde el círculo de los eones, y les han dado los misterios de los eones. 13. Y cuando
he venido a las regiones de los eones, he tomado a Elías y lo he enviado al
cuerpo de Juan el Bautista. 14. Y he enviado a otros a cuerpos justos, para que encuentren
los misterios de la luz, y se eleven a las regiones superiores y entren en
posesión del reino de la luz. 15. Y he remitido a Abraham, y a Isaac, y a Jacob, todas
sus faltas. 16. Y les he dado los misterios de la luz en el círculo de
los eones. 17. Y los he puesto en las regiones de Jabraoth y de todos
los archones que pertenecen al medio. 18.
Y cuando me eleve, recogerá sus almas
y las llevaré conmigo a la luz. 19. Porque en verdad te digo, María, que ningún alma
entrará en la luz antes que la tuya y la de tus hermanos. 20. Y los
demás mártires y justos, desde Adán hasta ahora. 21. Y cuando
yo vaya a las regiones de los eones, las colocará en los cuerpos de los justos
por nacer. 22. Para que encuentren todos los misterios de la luz y
entren en posesión del reino de la luz. 23.
Y dijo María: Nosotros somos dichosos
entre todos los hombres por las grandes cosas que nos has revelado. 24. Y el
Salvador dijo a María y a todos sus discípulos: Yo os revelaré todos los
secretos, desde lo profundo de las cosas interiores hasta lo más exterior de
las cosas exteriores. 25. Y María dijo al Salvador: Señor, nosotros creemos
sinceramente que tú has traído las llaves de todos los misterios del reino de
la luz, que remiten los pecados de las almas. 26. Para que las almas se
purifiquen y, al hacerse dignas de la luz, sean llevadas a la luz.
Invocaciones
de Jesús y su elevación en el espacio
LI 1. Cuando
Nuestro Señor fue crucificado, resucitó de entre los muertos al tercer día. 2. Y sus
discípulos, reunidos en torno suyo, clamaban a él. 3. Y le
decían: Señor, ten piedad de nosotros, que hemos abandonado a nuestros padres y
renunciado al mundo, para seguirte. 4.
Y Jesús, sentado con sus discípulos
junto al mar Océano, elevó una plegaria. 5.
Y dijo: Escuchadme, Padre mío, de
toda paternidad y de la infinita luz: 6.
Aeion, ao, aoi, ôiaprinother,
thernops, nopsither, zagoyrê, zagoyrê, nethmomaoth, nepriomaoth, marachachta,
thobarrabai, tharnachachan, zorokothova, Jean, sabaoth. 7. Y cuando Jesús decía estas palabras, Tomás, Andrés,
Jacobo y Simeón el cananeo estaban a occidente, con los rostros vueltos hacia
oriente. 8. Y Felipe y Bartolomé estaban al sur, con los rostros
vueltos hacia el septentrión. 9. Y los otros discípulos y las mujeres estaban detrás de
Jesús. 10. Y Jesús estaba en pie junto al altar. 11. Y todos
sus discípulos se cubrían con túnicas de lino. 12. Y Jesús
se volvió hacia los cuatro puntos cardinales. 13. Y dijo: Jaô, iaô, iaô.
14. Esta es la significación de este nombre: la iota significa que el
universo ha sido emanado. 15. Y el alfa que volverá adonde ha salido, y omega que
ése será el fin de los fines. 16. Y cuando hubo pronunciado estas palabras, dijo: Japhta,
japhta, moinmaêr, moinaêr, ermanoier, ermanoieier. 17. Y esto
significa: Padre de toda paternidad y del infinito, tú me oirás, por los
discípulos que he traído ante ti. 18. Porque ellos han creído las palabras de tu verdad. 19. Y tú
harás las cosas por las que he clamado, porque yo conozco el nombre del padre del
tesoro de la luz. 20. Y Jesús clamó de nuevo y pronunció el nombre del padre
del tesoro de la luz. 21. Y dijo: Que todos los misterios de los archones, y de
los ángeles y arcángeles, y todas las fuerzas y todas las cosas de los dioses
invisibles las lleven arriba, para situarlas a la derecha. 22. Y los
cielos giraron hacia occidente, y los eones, y la esfera, y todos sus archones
huyeron hacia occidente, a la izquierda del disco del sol y del disco de la
luna. 23. Y el
disco del sol era un gran dragón y su cola estaba en su boca. 24. Y montó
en las siete potencias de la izquierda e iba arrastrado por cuatro potencias
bajo figura de caballos blancos. 25. Y la base de la luna tenía la figura de una barca
arrastrada por los bueyes blancos, uncidos, y dirigidos por un dragón macho y
por un dragón hembra. 26. Y una figura de niño dirigía desde la popa a los
dragones, y éstos quitaban la luz a los archones, y la figura de un gato estaba
ante él. 27. Y el mundo, y las montañas, y los mares corrían hacia
occidente. 28. Y Jesús y sus discípulos estaban en las regiones del
aire, en los caminos del medio, que está encima de la esfera. Y llegaron a la
primera división, que está en el medio, y Jesús estaba en píe en el aire, con
sus discípulos. 29. Y los discípulos le preguntaron: ¿En dónde estamos? 30. Y Jesús
les respondió: En el camino del medio. 31.
Porque cuando los archones de Adán se
sublevaron, se entregaron entre sí a acciones reprobables. 32. Y
procrearon archones, y ángeles, y arcángeles, y decanos. 33. Y Jeû,
el padre de mi padre, salió de la derecha, y los encadené en una Heimarméné de
la esfera. 34. Y había allí doce eones y Jabaoth, además, estaba
encima de seis. 35. Y Jabraoth, su hermano, estaba sobre otros seis.
Jesús
sigue explicando a sus discípulos los hechos sucedidos en las regiones de los
archones
LII 1. Y
Jabraoth, con sus archones, tuvo fe en los misterios de la luz. 2. Y obró
según los misterios de la luz y dejó los lazos de la unión culpable. 3. Mas
Sabaoth Adamas, con sus archones, continuó practicando la unión culpable. 4. Y viendo
Jeû, el padre de mi padre, que Jabraoth y sus archones tenían fe, los elevó. 5. Y los
recibió en la esfera, y los condujo en el aire puro, ante la luz del sol, en
las regiones de los que pertenecen al medio, y ante el invisible de Dios. 6. Y a
Sabaoth Adamas y a sus archones, que no tenían fe en los misterios de la luz y
seguían en las obras de la unión culpable, los encadenó en la esfera. 7. Y
encadenó mil ochocientos archones, y coló trescientos sesenta sobre ellos. 8. Y colocó
cinco grandes archones sobre los trescientos sesenta archones y sobre todos los
archones encadenados. 9. Y estos cinco archones se llaman así en el mundo: el
primero, Cronos; el segundo, Aries; el tercero, Hermes el cuarto, Afrodita, y
el quinto, Dios. 10. Y Jesús siguió hablando y dijo: Escuchad y os contaré
sus misterios. 11. Cuando Jeû los hubo encadenado, sacó una gran potencia
del gran Invisible y la ligó al llamado Cronos. 12. Y a
Aries le ligó una potencia que sacó de Ipsantachoinchainchoicheôch, que es uno
de los tres dioses triples poderes. 13.
Y sacó una potencia de Xaïnchôâôch,
que es uno de los tres dioses triples poderes, y la ligó en Hermes. 14. Y sacó
una potencia de la Sabiduría fiel, hija de Barbelos, y la ligó sobre Afrodita. 15. Y
pensando que necesitaban un gobernalle para dirigir al mundo y a los eones de
la esfera, para que su malicia no perdiese el mundo, subió hacia el medio y
tomó la potencia del menor Sabaoth, el bueno, que pertenece al medio. 16. Y la
ligó en Aries, para que su bondad lo dirigiese. 17. Y
dispuso el orden de su marcha de modo que pasase trece veces en cada estación, para que cada archón al que llegase no pudiese ejercer
la malicia. 18. Y le dio por compañeros dos eones de la región a que
pertenecía Hermes. 19. Y ahora escuchad que os diga cuáles son los verdaderos
nombres de estos cinco archones. 20. Orimoith es Cronos, Moinichoiaphor es Aries,
Tarpetanoiph es Hermes, Chôsi es Afrodita y Chômbal es Dios. Y éstos son sus
nombres.
Jesús
promete otra vez a sus discípulos el conocimiento de todos los misterios
LIII 1. Y cuando
los discípulos oyeron estas palabras, se prosternaron ante Jesús. 2. Y lo
adoraron y dijeron: Somos dichosos. 3.
Porque nos has revelado tantas
maravillas, que estamos por encima de todos los hombres. 4. Y
continuaron rogándole y le dijeron: Revélanos para qué son estos diversos
caminos. 5. Y María vino hacía él y le besó los pies. 6. Y dijo:
Señor, ¿cuáles son los secretos de los caminos del medio? 7. Porque tú
nos has dicho que están situados sobre grandes tormentas. 8. ¿Cómo
están ordenadas y cómo hemos de librarnos de ellas? 9. ¿Y cómo
se apoderan de las almas y qué tiempo pasan las almas en sus tormentos? 10. Ten
piedad de nosotros, Señor y Salvador nuestro. 11. Porque nosotros tememos
que los señores de estos caminos se apoderen de nuestras almas y las sometan a
terribles tormentos y nos priven de la luz de tu Padre. 12. No
permitas que caigamos en la desgracia de ser alejados de ti. 13. Y cuando
María hubo hablado así, llorando, Jesús, por su gran misericordia, le contestó:
14. Y le dijo: Regocijaos, hermanos amados, que habéis abandonado a
vuestros padres por mi nombre. 15. Porque yo os daré todo conocimiento y os revelaré
todos los misterios. 16. Y os mostraré los misterios de los doce archones de
los eones, y de sus funciones y de sus categorías. 17. Y la
manera de invocarlos, para llegar a sus regiones. 18. Y os
daré el misterio del decimotercer eón y el modo de invocarlo para alcanzar sus
regiones. 19. Y os daré el misterio del bautismo de los que
pertenecen al medio, y la forma de invocarlos, para llegar a su región. 20. Y os
comunicaré el misterio de los que pertenecen a la derecha, que es nuestra
región, y la manera de invocarlos, para alcanzarla. 21. Y os
daré todo misterio y todo conocimiento, y así seréis llamados los hijos
completos que poseen todo conocimiento y están instruidos de todo misterio. 22. Bienaventurados
vosotros, entre todos los hombres de la tierra, porque las hojas de la luz han
venido en vuestra edad.
Jesús
habla de los demonios a sus discípulos
LIV 1. Y Jesús
continuó su discurso y dijo: Jeû, el padre de mi padre, tomó trescientos
sesenta archones entre los archones de Adamas que no tenían fe en los misterios
de la luz. 2. Y los encadenó en las regiones del aire en las que
estamos ahora, encima de la esfera. 3. Y
estableció sobre ellos cinco grandes archones, que son los que están en el
camino del medio, que se llama Paraplez. 4.
Y es un archón que tiene la figura de
una mujer cuya cabellera baja hasta sus pies. 5. Y hay bajo su dirección
veinticinco archidemonios. 6. Y éstos son los jefes de otros muchos demonios y estos
demonios son los que entran en los hombres. 7. Para que se entreguen a la
cólera y a las malas acciones, y son los que se apoderan de las almas de los
pecadores y los atormentan con el humo de sus tinieblas y con sus suplicios. 8. Y María
dijo: Perdona que te pregunte, Señor, y no te incomodes por mi afán de saberlo
todo. 9. Y Jesús dijo: Pregunta lo que quieras. 10. Y María
dijo: Señor, revélanos cómo los demonios se apoderan de las almas, para que mis
hermanos lo sepan también. 11. Y Jesús dijo: El padre de mi padre, que es Jeû, y es
el que vigila a todos los archones y a los dioses, y a todas las potencias
hechas de la materia de la luz, y Melquisedec, enviado de todas las luces que
purifican entre los archones, los conducen al tesoro de la luz. 12. Porque
ellos son dos grandes luces y su misión es ésta: Descendiendo hacia los
archones, se purifican en ellos, y Melquidesec separa la parte de luz que ha
purificado entre los archones para llevarla al tesoro de la luz. 13. Y
pasarán ciento treinta y tres años y nueve meses en los tormentos de ese lugar.
14. Y después de ese tiempo, cuando la esfera del menor Sabaoth, Dios, se
vuelva hacia el primer eón de la esfera que se llama Afrodita y llegue a la
séptima figura de la esfera, que es la luz, será entregada a los satélites que
están entre los que pertenecen a la izquierda y a la derecha. 15. Y el
gran Sabaoth, el bueno, soberano de todo el mundo y de toda la esfera, mirará
desde lo alto a las almas que están en tormento y las enviará otra vez a la
esfera. 16. Y Jesús siguió hablando y dijo: El segundo lugar es el
que se llama Arioith, la Etiópica, que es un archón hembra negro. 17. Y tiene
bajo sí catorce demonios y está sobre otros muchos demonios. 18. Y estos
demonios que están bajo Arioith la Etiópica son los que hacen a los hombres
incendiarios, y los que los excitan a combatir, para que cometan muertes. 19. Y
endurecen los corazones de los hombres para que hagan homicidios. 20. Y las
almas sometidas a este grado estarán ciento trece años en su región y serán
atormentadas por su humo y por su ardor. 21.
Y cuando gire la esfera vendrá el
menor Sabaoth, el bueno, a quien se llama en el mundo Zeus. 22. Y cuando
llegue a la cuarta esfera de los eones, y cuando llegue Afrodita, para que
venga a la sexta esfera de los eones, que se llama Capricornio, será entregada
a los que están entre los que pertenecen a la izquierda y a la derecha. 23. Y Jeû
mirará a la derecha, para que el mundo se agite, así como los eones de todas
las esferas. 24. Y mirará el lugar en que habita Arioith la Etiópica. 25. Y todas
sus regiones serán deshechas y todas las almas que padecen sus tormentos serán
sacadas de ellos. 26. Y serán arrojadas otra vez a la esfera, para que
perezcan en su humareda oscura y en su ardor.
Jesús
sigue describiendo los diversos tormentos a que se verán sometidas las almas
LV 1. Y Jesús continuó y dijo: El tercer rango se denomina
Hécate, y está dotado de tres rostros, y tiene bajo sí veintisiete demonios. 2. Y éstos
son los que entran en los hombres para incitarlos al perjurio y a la mentira y
a desear lo que no poseen. 3. Y las almas que caigan en poder de Hécate serán
entregadas a sus demonios para que las atormenten con su ardor. 4. Y durante
ciento quince años y seis meses, las atormentarán, haciéndolas sufrir terribles
suplicios. 5. Y cuando la esfera gire para que llegue el buen
Sabaoth, el menor, que pertenece al medio y se llama Zeus en el mundo, y para
que llegue a la octava esfera de los eones que se llama Escorpión. 6. Y para
que Bombastis, que se llama Afrodita, llegue a la segunda esfera denominada
Tauro, se correrán los velos de los que pertenecen a la izquierda y a la
derecha. 7. Y el pontífice Melquisedec mirará desde arriba para
que se conmuevan la tierra y las montañas. 8. Y los archones serán
tumbados, y mirará a todas las regiones de Hécate, para que sean disueltas, a
fin de que perezcan y de que las almas que hay en ellas sean arrojadas otra vez
a la esfera y sucumban al ardor de sus tormentos. 9. Y Jesús,
siguiendo, dijo: El cuarto rango se llama Tifón. 10. Y es un
potente archón bajo cuyo dominio están treinta y dos demonios. 11. Y éstos
son los que entran en los hombres para incitarlos a la impureza y al adulterio
y a ocuparse sin cesar en las obras de la carne. 12. Y las
almas que este archón tenga bajo su poder pasarán ciento treinta y ocho años en
sus regiones. 13. Y los demonios que están bajo él las atormentarán con
su ardor. 14. Y cuando gire la esfera para que llegue el menor
Sabaoth, que pertenece al medio y que se llama Zeus, y cuando llegue a la
novena esfera de los eones que pertenecen al medio y se llaman Dozotheu y
Bombastis, y en el mundo Afrodita, llegará un tercer eón al que se llama los
gemelos. 15. Y serán corridos los velos que hay entre los que
pertenecen a la izquierda y a la derecha, y el poderoso archón que se llama
Zaraxax. 16. Y mirará a la morada de Tifón, para que sus regiones
sean destruidas. 17. Y para que las almas sometidas a sus tormentos sean
arrojadas a la esfera, para que sucumban en su ardor. 18. Y el
quinto rango pertenece al archón llamado Jachtanubus. 19. Y es un
potente archón que tiene bajo sí muchos demonios. 20. Y éstos
son los que entran en los hombres para que cometan injusticias y favorezcan a
los pecadores. 21. Y para que reciban regalos y hagan juicios inicuos,
sin cuidarse de los pobres. 22. Y si no hacen penitencia, antes que sus almas dejen
sus cuerpos, caerán en poder de este archón. 23. Y las almas que este
archón posea serán entregadas a los suplicios durante ciento cincuenta años y
ocho meses, y sufrirán sumamente por el ardor de sus llamas. 24. Y cuando
gire la esfera para que llegue el buen Sabaoth, el menor, que llaman en el
mundo Zeus, y llegue a la oncena esfera de los eones y llegue Afrodita a la
quinta esfera de los eones, se correrán los velos que hay entre los que
pertenecen a la izquierda y a la derecha. 25. Y el gran Ino, el bueno,
mirará desde las regiones superiores, las regiones de Jachtanabus. 26. Para que
sus regiones sean destruidas y para que las almas sometidas a sus tormentos
sean arrojadas a la esfera y perezcan en sus suplicios. 27. Y éstos
son los secretos de las rutas del medio, sobre los que me habéis preguntado.
Jesús
hace ver a sus discípulos el fuego, el agua, el vino y la sangre
LVI 1. Y cuando
los discípulos hubieron oído estas palabras, se prosternaron ante Jesús. 2. Y lo
adoraron, diciendo: Ayúdanos, Señor, para librarnos de los terribles tormentos
que están reservados a los pecadores. 3.
¡Desgraciados los hijos de los
hombres, que van a tientas en las tinieblas y no saben nada! 4. Ten
piedad de nosotros, Señor, en la gran ceguera en que estamos. 5. Y ten
piedad de toda la raza de los hombres, porque sus enemigos acechan sus almas,
como los eones su presa. 6. Porque quieren extraviarlos y hacerlos caer en las
regiones de los tormentos. 7. Ten piedad de nosotros, Señor, y líbranos de esta gran
turbación del espíritu. 8. Y Jesús contestó a sus discípulos: Tened confianza y
no temáis. 9. Dichosos vosotros, porque yo os haré señores de todos
los hombres y ellos os serán sumisos. 10.
Acordaos de que os he dicho que os
daré la llave del reino de los cielos. 11.
Y os repito que os la daré. 12. Y cuando
Jesús hablaba así, las regiones del camino del medio quedaron ocultas. 13. Y Jesús
resplandecía con una luz brillante. 14.
Y Jesús dijo a sus discípulos:
Aproximaos a mí. Y se aproximaron. 15.
Y se volvió hacia los cuatro puntos
del horizonte, y pronunció un nombre supremo sobre su cabeza, y les predicó, y
les sopló en los ojos. 16. Y Jesús les dijo: Mirad. 17. Y
levantaron los ojos, y vieron una luz extraordinaria tal como no la hay en la
tierra. 18. Y Jesús dijo: Mirad y ved. ¿Qué veis? 19. Y ellos
contestaron: Vemos el fuego, el agua, el vino y la sangre. 20. Y Jesús
dijo: En verdad os digo que yo no he traído, al venir al mundo, más que ese
fuego, y esa agua, y ese vino, y esa sangre. 21. Porque he traído el agua
y el fuego de la región de la luz de las luces. 22. Y he
traído el vino y la sangre de las regiones de Barbetis. 23. Y
después mi Padre me ha enviado el Espíritu Santo bajo forma de paloma. 24. El
fuego, el agua y el vino son para curar todos los pecados del mundo. 25. Y la
sangre es para la salvación de los hombres. 26. Y yo la recibí bajo la
forma de Barbetis, la gran potencia de Dios. 27. Y el Espíritu atrae a sí
todas las almas y las lleva a las regiones de la luz. 28. Y por
eso os he dicho que he venido a traer el fuego sobre la tierra, esto es, que
venía a castigar con fuego los pecados del mundo. 29. Y por
eso dije a la Samaritana: Si tú conoces los dones de Dios, y a aquel que te ha
dicho: Dame agua para beber, tú misma le habrías pedido el agua de la vida,
para que fuese para ti un manantial constante hasta lo eterno. 30. Y por
eso os he dado el cáliz de la vida. 31.
Porque es la sangre de la alianza,
que será vertida por vosotros, para la remisión de vuestros pecados. 32. Y por
eso fue hundida en mi costado una lanza y brotó agua y sangre. 33. Éstos
son los misterios de la luz, que remiten los pecados y son los nombres de la
luz. 34. Y cuando Jesús hubo dicho esto, todos los poderes
siniestros volvieron a sus regiones.
Jesús
hace un sacrificio ante sus discípulos
LVII 1. Y Jesús y
sus discípulos quedaron sobre la montaña de Galilea. 2. Y los
discípulos le dijeron: ¿Cuándo remitirás nuestros pecados y nos harás dignos
del reino de tu Padre? 3. Y Jesús dijo: En verdad os digo que no sólo puedo
remitiros vuestros pecados y aun haceros dignos del reino de mi Padre. 4. Sino que
puedo concederos el poder de perdonar los pecados, para que los que perdonéis
en la tierra sean perdonados en los cielos. 5. Y para que lo que atéis en
la tierra sea atado en los cielos. 6. Yo os daré el misterio del reino de los cielos para
que lo hagáis conocer a los hombres. 7.
Y dijo Jesús: Traedme fuego y ramas
de palmera. 8. Y le trajeron lo que les pedía. Y Jesús puso un vaso
de vino a su derecha y otro a su izquierda. 9. Y colocó la ofrenda
delante y puso el cáliz de agua ante el vaso de vino que estaba a la derecha. 10. Y puso
el cáliz de vino ante el vaso de vino que estaba a la izquierda. 11. Y alineó
los panes en medio de los cálices. 12.
Y puso el cáliz de agua junto a los
panes. 13. Y Jesús, manteniéndose ante la ofrenda, colocó tras de
sí a sus discípulos, que iban todos vestidos de lino. 14. Y tenía
en sus manos el sello del nombre del Padre de los tesoros de la luz. (No hay
versículo 15) 16. Y clamó, diciendo: Escuchadme, Padre mío, Padre de
todas las paternidades, a quien he elegido para perdonar todos los pecados. 17. Remite
los pecados de mis discípulos y purifícalos, para que sean dignos de entrar en el
reino de mi Padre. 18. Padre del tesoro de la luz, sé propicio a los que me
han seguido y han observado mis mandamientos. 19. Que vengan, Padre de toda
paternidad, aquellos que perdonan los pecados. 20. Remitid
los pecados y extinguid las faltas de estas almas. 21. Que sean
dignas de ser admitidas al reino de mi Padre, Padre de la luz. 22. Porque
yo conozco a tus grandes potencias. 23.
Y yo las invoco: Aner, Bebiô,
Athroni, Heoureph, Heôné, Souphen, Kuitousochreôph, Manônbi, Mnenor, Jonôni,
Chôcheteôph, Chôchê, Anêmph, remitid los pecados de estas almas. 24. Extinguid
sus faltas, las que han sido hechas con conocimiento y las que han sido hechas
sin conocimiento. 25. Que los que participan en esta ofrenda sean dignos de
entrar en tu reino, ¡oh mi santo Padre! 26.
Y si me oyes, Padre mío, y les
perdonas sus pecados, y los consideras dignos de entrar en tu reino, dame un
signo. 27. Y el signo fue dado.
Los discípulos piden a Jesús que les comunique los
últimos misterios
LVIII 1. Y Jesús
dijo a sus discípulos: Regocijaos. 2. Porque vuestros pecados os son remitidos y vuestras
faltas borradas, y vosotros sois dignos de entrar en el reino de mi Padre. 3. Y cuando
hubo hablado así, los discípulos sintieron una gran alegría. 4. Y dijo
Jesús: Este es el misterio que transmitiré a los hombres sinceros y de limpio
corazón. 5. Y sus faltas y pecados les serán remitidos hasta el
día en que les comuniquéis este misterio. 6. Mas no deis este misterio
sino al hombre que siga los preceptos que os he dado. 7. Porque es
el misterio del bautismo de los que les perdonan sus pecados y les borran sus
faltas. 8. Y porque es el bautismo de la primera ofrenda, que
conduce a la región de la verdad y a la región del interior de la luz. 9. Y sus
discípulos dijeron: Maestro, revélanos los misterios de la luz de tu Padre. 10. Porque
te hemos oído decir: hay un bautismo de humo, y un bautismo del soplo de la luz
santa, y hay la unción pneumática, que conduce las almas al tesoro de la luz. 11. Enséñanos
esos misterios para que entremos en posesión del reino de tu Padre. 12. Y Jesús
les dijo: Ningún misterio hay más grande que el que queréis conocer. 13. Porque
conducirá vuestras almas a la luz de las luces y a las regiones de la verdad y
la bondad. 14. Y a las regiones del Santo de todos los Santos, y a
las regiones en que no hay hombre, ni mujer, ni forma ninguna. 15. Sino
sólo una luz constante e inefable, porque no hay nada más sublime que estos
misterios que queréis conocer. 16. Porque son los misterios de los siete caminos y las
cuarenta y nueve potencias. 17. Y no hay ningún nombre más elevado que el nombre que
contiene todos los nombres y todas las luces y todas las potencias. 18. Y al que
conozca este nombre, al salir de su cuerpo material, no lo podrán enojar
tinieblas, ni archones, ni arcángeles, ni potencias. 19. Porque
si dice ese nombre al fuego, se apagará, y si a las tinieblas, desaparecerán. 20. Y si lo
dice a los demonios y a los satélites de las tinieblas exteriores, y a los
archones y a las potencias de las tinieblas, todos perecerán, para que su llama
arda. 21. Y clamarán: Santo eres, santo eres, santo de todos los
santos. 22. Y si se dice este nombre a los satélites de los
castigos, y a sus dignidades, y a todas sus fuerzas, y a Barbelo, y al Dios
invisible, y a los tres dioses de las triples potencias, caerán unos sobre
otros. 23. Y serán destruidos, y clamarán: Luz de toda luz de las
luces infinitas, acuérdate de nosotros y purifícanos. 24. Y cuando
Jesús hubo dicho estas palabras, todos los discípulos lanzaron grandes gritos y
sollozaban. (...)
Jesús
explica a sus discípulos los castigos reservados a los maldicientes
LIX 1. Y la
conducirán al camino del medio para que los archones la atormenten durante seis
meses y ocho días. 2. Y cuando la esfera gire, la entregará a sus satélites,
para que la arrojen a la esfera de los eones. 3. Y los
satélites de la esfera la llevarán hasta el agua del interior de la esfera,
para que el fuego la devore y sea grandemente atormentada. 4. Y vendrá
Jalukam, el sirviente de Sabaoth Adamas, que da a las almas el cáliz del
olvido. 5. Y llevará un cáliz lleno del agua del olvido, para
darlo a este alma. 6. Para que beba y olvide todas las regiones que ha
recorrido, y sea arrojada al cuerpo que le corresponde, y se aflija
constantemente en su corazón. 7. Y María dijo: Señor, el hombre que persevere en la
maledicencia, ¿dónde va y cuál es su castigo? 8. Y Jesús dijo: Cuando el
que persevere en la maledicencia sale de su cuerpo, Abiuth y Carmon, servidores
de Ariel, vienen y están con él tres días enseñándole todas las criaturas del
mundo. 9. Y la llevan al infierno y la hacen sufrir tormentos
durante once meses y veintiún días. 10.
Y luego la llevan al caos, con
Jaldabaoth y sus cuarenta y nueve demonios. 11. Para que cada uno de
éstos pase en ella once meses y veintiún días, haciéndola sufrir el martirio
del humo. 12. Y la sacarán de los ríos de humo y la conducirán a los
lagos de fuego para hacerla sufrir durante once meses y veintiún días. 13. Y la
llevarán otra vez al camino del medio, para que cada archón la atormente
haciéndola sufrir sus suplicios durante once meses y veintiún días. 14. Y la
llevarán al templo de la luz, donde se hace la separación de los justos y de
los pecadores. 15. Y cuando gire la esfera la entregán a sus satélites,
para que la arrojen a la esfera de los eones. 16. Y los satélites de la
esfera la conducirán al agua del interior de la esfera, para que el humo la
devore y sea grandemente atormentada. 17.
Y Jaluham, sirviente de Sabaoth
Adamas, dará a esta alma el agua del olvido, para que olvide las regiones que
ha atravesado.
Jesús
explica los castigos reservados a los ladrones y a los homicidas
LX 1. Y María
dijo: ¡Malhaya los pecadores! 2. Y Salomé dijo: Señor, ¿qué castigo tiene un homicida
que no haya cometido más que ese homicidio? 3. Y dijo Jesús: Cuando un
homicida que no haya cometido otro pecado deja su cuerpo, los satélites de
Jaldabaoth lo entregan a un gran demonio en forma de caballo, para que durante
tres días corra con ella por el mundo. 4.
Y la llevarán a lugares llenos de
nieve y hielo, para que esté allí tres años y seis meses. 5. Y la
conducirán luego al caos, hacia los cuarenta y nueve demonios de Jaldabaoth,
para que cada uno la atormente tres años y seis meses. 6. Y la
llevarán luego a Proserpina, para que la atormente durante tres años y seis
meses. 7. Y la conducirán a la vía del medio, para que cada
archón la haga sufrir los suplicios de sus regiones durante tres años y seis
meses. 8. Y la conducirán a la región de la luz, donde se hace
la separación de los justos y de los pecadores. 9. Y cuando
gire la esfera, será arrojada en las tinieblas exteriores, hasta que
levantándose las tinieblas del medio, sea disuelta. 10. Y éste
es el castigo del que mata. 11. Y Pedro dijo: Señor, tú has contestado a la pregunta
de las mujeres. 12. Y también nosotros te queremos interrogar. 13. Y Jesús
dijo a María y a las mujeres: Dejad sitio a vuestros hermanos. 14. Y Pedro
dijo: Señor, ¿cuál es el castigo de un ladrón que persevera en su pecado? 15. Y Jesús
dijo: Cuando su tiempo sea cumplido, los sirvientes de Adonis vendrán a él. 16. Y lo
sacarán de su cuerpo y lo harán recorrer el mundo durante tres días,
mostrándole sus criaturas. 17. Y lo llevarán al infierno, y lo harán sufrir los
suplicios durante tres meses, ocho días y dos horas. 18. Y lo
llevarán a los demonios de Caldauoth, para que cada uno lo atormente tres
meses, ocho días y dos horas. 19. Y lo llevarán a los archones del medio, para que cada
uno lo atormente tres meses, ocho días y dos horas. 20. Y lo
llevarán a la virgen de la luz, donde son separados los justos de los
pecadores, y cuando la esfera gire, será entregado a los eones de la esfera. 21. Y ellos
lo conducirán al agua del interior de la esfera y lo harán sufrir grandes
tormentos. 22. Y vendrá Jaluham, y le dará el cáliz del olvido, y lo
hará olvidar cuanto ha visto, y entrará en el cuerpo de un cojo, ciego y
lisiado. 23. Y éste es el castigo del ladrón.
Castigo
de los soberbios y de los blasfemos
LXI 1. Y Andrés
dijo: ¿Qué castigo sufrirá el soberbio? 2.
Y Jesús respondió: Cuando su tiempo
se cumpla, los satélites de Ariel llevarán su alma durante tres días y la harán
ver las criaturas del universo. 3. Y la llevarán al infierno y será atormentada durante
veinte meses. 4. Y la llevarán a Jaldabaoth, y a sus cuarenta y nueve
demonios, para que cada uno la atormente veinte meses. 5. Y la
llevarán al camino del medio, para que cada archon la atormente otros veinte
meses. 6. Y la llevarán a la virgen de la luz, para separarla, y
cuando la esfera gire, será arrojada a los eones de la esfera. 7. Y será
llevada al agua del interior de la esfera y su humo la atormentará. 8. Y Jaluham
le dará el agua del olvido, para que olvide cuanto ha visto. 9. Y será
arrojada en un cuerpo (...), para que todos la desprecien. 10. Y éste
es el castigo del hombre soberbio. 11.
Y Tomás dijo: ¿ Qué castigo sufre el
hombre que constantemente blasfema? 12.
Y Jesús dijo: Cuando su tiempo se
haya cumplido, los satélites de Jaldabaoth llegarán a él, y lo atarán por la lengua
a un gran demonio en forma de caballo, que lo hará recorrer durante tres días
el mundo, atormentándolo. 13. Y lo llevarán a un lugar lleno de nieve y frío, para
atormentarlo durante once años. 14. Y lo llevarán al caos de Jaldabaoth y de sus cuarenta
y nueve demonios, para que cada uno lo atormente durante once años. 15. Y lo
conducirán a las tinieblas exteriores hasta que sea entregada al gran archón en
figura de dragón que recorre las tinieblas. 16. Y esta alma será dejada
en las tinieblas para que perezca. 17.
Porque tal es el castigo del
blasfemo.
Bartolomé, Tomás y Juan hacen preguntas a Jesús
LXII 1. Y
Bartolmé dijo: ¿Qué pena sufre el hombre que peca contra natura? 2. Y dijo
Jesús: El castigo de este hombre es igual que el del blasfemo. 3. Y cuando
su tiempo se cumpla, los satélites de Jaldabaoth llevarán su alma hacia los
cuarenta y nueve demonios, para que cada uno la atormente once años. 4. Y la
llevarán a ríos de humo y a lagos de pez hirviente, llenos de demonios, y será
atormentada aquí durante once años. 5.
Y luego la llevarán a las tinieblas
exteriores hasta el día del juicio. 6.
Y será separada y hundida en las
tinieblas exteriores, para que perezca. 7.
Y Tomás dijo: Hemos sabido que hay
hombres que comen hostias hechas con semen de hombre y sangre menstrual de
mujer. 8. Y dicen: Confiamos en Erán y en Jacob. ¿Es esto
lícito? 9. Y Jesús, en este momento, tuvo gran cólera contra el
mundo. 10. Y dijo a Tomás: En verdad os digo que ningún pecado
puede superar a éste. 11. Y los que lo cometan serán conducidos a las tinieblas
exteriores. 12. Y no serán vueltos a traer a las esferas, sino que
perecerán en las tinieblas exteriores, en un lugar donde no hay luz ni
misericordia, sino llanto y rechinar de dientes. 13. Porque
todas las almas que sean conducidas a las tinieblas exteriores pereceran. 14. Y Juan
dijo: ¿Qué será del hombre que no ha cometido pecado, mas no ha encontrado los
misterios? 15. Y Jesús dijo: Cuando el tiempo de este hombre se haya
cumplido, los servidores de Bainchôôôch, que es uno de los tres poderes
divinos, vendrán por su alma y la conducirán a la alegría. 16. Y
recorrerán con ella el mundo durante tres días, para mostrarle en gozo a todas
las criaturas del mundo. 17. Y la llevarán al infierno para mostrarle sus
suplicios, mas no se los harán sufrir. 18.
Pero el vapor de la llama de los
tormentos la rozará. 19. Y la llevarán a la vía del medio, para mostrarle los
tormentos, y el vapor de la llama la rozará. 20. Y la conducirán a la
virgen de la luz, y será colocada ante el buen Sabaoth, el menor, que pertenece
al medio. 21. Hasta que la esfera gire y Zeus y Afrodita vengan bajo
la forma de la virgen de la luz. 22. Y Cronos y Aries vendrán con ella. 23. Y el
alma de este justo será entregada a los satélites de Sabaoth y la llevarán a
los eones de la esfera, para que la conduzcan al agua del interior de la
esfera. 24. Para que su humo ardiente entre en ella y la con- suma
y la haga sufrir grandes tormentos. 25.
Y Jaluham, el que da a las almas el
cáliz del olvido, vendrá y le hará beber el agua del olvido, para que olvide
todo lo que ha visto. 26. Y después el sirviente de Sabaoth el menor, el bueno,
traerá un vaso lleno de prudencia y sabiduría, y en el que está la aflicción. 27. Y lo
hará beber a esta alma y será colocada en un cuerpo donde no podrá dormir, pero
podrá olvidar, por el brebaje de aflicción que se le ha dado. 28. Y su
corazón se purificará, a fin de que pueda buscar los misterios de la luz, hasta
que los encuentre, según la orden de la virgen de la luz, y para que entre en
posesión de la luz eterna.
Postrera invocación de los discípulos
LXIII 1. Y María dijo: Un hombre que haya cometido un pecado o
una falta cualquiera, y no encuentre los misterios de la luz, ¿será sometido a
la vez a esos diversos suplicios? 2. Y Jesús dijo: Los sufrirá. Y si ha cometido tres
pecados, sufrirá tres castigos. 3. Y Juan dijo: ¿Puede salvarse un hombre que haya
cometido todos los pecados y todas las faltas si encuentra al fin los misterios
de la luz? 4. Y Jesús dijo: El que haya cometido todos los pecados y
todas las faltas y encuentra al fin los misterios de la luz será perdonado de
todos sus pecados y faltas, y entrará en posesión de los tesoros de la luz. 5. Y Jesús
dijo a sus discípulos: Cuando la esfera gire y sea mudada, de manera que Cronos
y Aries lleguen junto a la virgen de la luz, y Zeus y Afrodita lleguen a la
virgen, girando en sus órbitas, éste será un día de gozo, al ver estas dos
estrellas de luz ante ella. 6. Y en este instante las almas de que ella puebla los
círculos de las esferas de los eones, para que vengan al mundo, serán buenas y
justas. 7. Y se convertirán en los misterios de la luz, hasta que
sean enviadas otra vez a descubrir los misterios de la luz. 8. Y si
Aries y Cronos llegan a la virgen, dejando tras ella a Júpiter y Afrodita, para
que no los vea, las almas que en este momento sean lanzadas a la esfera serán
propensas a la cólera, y perversas, y no descubrirán los misterios de la luz. 9. Y cuando
Jesús hubo hablado así a sus discípulos en medio del infierno, ellos clamaron. 10. Y
dijeron, llorando: Malhaya, malhaya los pecadores que sufren el olvido y la
indiferencia de los archones hasta que salen de sus cuerpos para sufrir estos
tormentos. 11. Ten piedad de nosotros, hijo del santo, ten piedad de
nosotros, para que seamos preservados de los castigos y de los suplicios
reservados a los pecadores. Ten piedad de nosotros, aunque hayamos pecado,
Señor nuestro y luz nuestra.
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